No son muchas las traducciones que se hacen de escritores
del África subsahariana y, además, la mayoría de las veces se trata de autores
que se han trasladado a occidente y suelen dar clases en alguna universidad.
Este es el caso de Mabanckou que actualmente da clases en la UCLA y vive en
Santa Mónica. En el blog se pueden encontrar otros ejemplos parecidos.
Sin embargo, bien sea por los temas que tratan, bien por la
forma de hacerlo, lo cierto es que suelen ofrecer visiones que resultan
interesantes para un lector occidental.
En este libro Mabanckou aborda un momento clave de la
historia de su país, la República del Congo, como fue el asesinato de Marien
Ngouabi, el presidente que intentó implantar un régimen marxista-leninista.
El libro está dividido en tres partes que se corresponden
con tres días: 19 de marzo de 1977, el día en que fue asesinado, 20 y 21. A
pesar de lo dicho hasta ahora no se trata de una novela estrictamente política,
ni mucho menos de una crónica de lo sucedido. Hay, sí, una fuerte crítica del
colonialismo, pero también de la corrupción tras la independencia, de los
“capitalistas negros” o de las diferencias entre el norte y el sur del país.
Ahora bien, todo eso lo muestra a través de los ojos de un niño que vive todos
los conflictos por lo que ve hacer a sus padres y a sus tíos. El autor
hace gala también de un buen sentido del humor.
De los muchos fragmentos que la editorial ha reproducido de
las críticas recibidas por el libro destaco el siguiente de la revista Lire:
“Combinando historias pequeñas e historias en mayúsculas, el escritor aborda de un modo incisivo el imperialismo y los callejones sin salida del continente negro”.
Efectivamente, de esa mezcla sale un texto muy variado en el
que yo destaco sobre todo algunos capítulos que se alejan del acontecer
político como, por ejemplo, en el que vemos a Michel, así se llama el niño, en
el colegio y enamorado. Esto no quiere decir que el resto interese menos, no
desde luego para quien, como es mi caso, tiene un desconocimiento enciclopédico
de la historia de ese país, sino que desde un punto de vista más literario es
cierto que me ha llegado más. Por otra parte, hay algunos momentos en que no me
ha resultado fácil seguir los conflictos por ese mismo desconocimiento.
Sea como sea, se trata de un libro que se puede leer con gusto y aprovechamiento.
Alain Mabanckou, Las
cigüeñas son inmortales. Traducción Regina López Muñoz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario