Lo
primero que tengo que decir es que debo la lectura de este interesante libro a
la gentileza de la autora que me lo remitió desde Atlanta, donde ahora reside.
El libro está editado por Debate pero en México y, al menos que yo sepa, no
está disponible en España en papel, sí en ebook.
Este
libro es fruto de una estancia de la autora en Nicaragua y de la concesión de una beca de Crónica
Viajera por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo
Iberoamericano. Este periodismo, que poco a poco voy conociendo, me parece no
solo muy interesante, sino que está compuesto por profesionales que son también
magníficos escritores. Los ejemplos más recientes son: Óscar Martínez (que
tiene libros en la misma editorial), Juan Miguel Álvarez, Carlos Manuel Álvarez
(del que estoy leyendo estos días Los
intrusos) y la misma Sabrina Duque. Claro que tienen detrás gente como Alma
Guillermoprieto, Martín Caparrós o Leila Guerriero que están entre mis
escritores favoritos.
Pero
volvamos al libro de Duque. Está compuesto por doce crónicas que se inician con
visitas a diferentes lugares del país en los que destaca siempre la presencia
de algún volcán. Ahora bien, a partir de la mitad más o menos la autora
introduce en sus crónicas otro tipo de “erupciones”. Desde abril de 2018 se
inicia una gran conflictividad social contra el gobierno de Daniel Ortega y su
mujer Rosario Murillo que poco a poco se había convertido en una auténtica
dictadura.
En
palabras de la autora:
“Comencé
a escribir sobre un país lleno de volcanes activos. Y algunos dormidos. No me
di cuenta de que el verdadero volcán dormido era el país”. (p. 104)
Aquí
el libro adquiere una nueva intensidad y un renovado interés. Si antes podíamos
leer interesantes fragmentos como el siguiente:
“En
Nicaragua instalarse en una casa es elegir su catástrofe preferida en un menú
de peligros naturales (…)
En
el Mapa Interactivo de Vulnerabilidades de Google “hay ocho mapas, cada uno con
un peligro que se corre en el país: terremotos, huracanes, tsunamis,
erupciones, inundaciones, deslizamientos, sequías e incendios forestales”. (p.
34-35)
Ahora
hay capítulos dedicados a la intervención de algunos sacerdotes intentando
evitar las masacres que hacían la policía y los paramilitares. Masacres
indiscriminadas que costaron cientos de vidas. Quiero hacer una especial
mención al capítulo titulado Un hombre y
una ciudad que no se dejan borrar porque está dedicado al descubrimiento de
una ciudad, León Viejo, pero sobre todo a un personaje, Carlos Tünnermann, que
fue rector de la UNAN, participó en el primer gobierno tras la revolución
sandinista y estaba apoyando a los estudiantes levantados contra Ortega. Un
personaje de gran talla intelectual y moral.
Como
se ve, aunque estamos ante un libro no muy extenso, pues apenas pasa de las 170
páginas, sí tiene variados elementos para llamar la atención del lector, tanto
en su parte más descriptiva, en la que por cierto hay también interesantes
aportaciones históricas, como en la que trata la situación política del
momento.
El
libro cuenta con un buen Prólogo de Sergio Ramírez (otro escritor que ha
aparecido varias veces en este blog) y una Playlist en la que un conjunto de
artistas nicaragüenses cantan un mix de Mejía Godoy. Eso sí, he echado en falta
alguna fotografía que dejase constancia de la belleza de alguno de los lugares
que Duque describe.
Un
libro muy recomendable que descubre aspectos físicos e históricos poco
conocidos del país y nos vuelve a conectar con un país que fue portada en todos
los medios hace ya más de cuarenta años.
Hay
una buena reseña de Diego Fernández Romeral con entrevista a la autora en
pagina12.com.ar.
Sabrina
Duque, Volcánica. Crónicas desde un país
en erupción.
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