Este
es uno de esos libros que me ha costado leer. Como madrileño de nacimiento, y
además en el barrio de Chamberí, aunque lleve ya más años en Mallorca de los
que viví allí (35) siempre me afecta lo que pasa en esa ciudad y en esa
comunidad. En ella me formé, estudié en la universidad, tuve mis primeros
trabajos y mis primeras participaciones en la política. Y si me afecta lo que
pasa ni que decir tiene lo que me puede afectar que la máxima representante sea
esta señora de nombre Isabel.
No
obstante, que el libro lo escriba Alicia Gutiérrez ha hecho que me sobreponga a
ese rechazo. Es una muy buena periodista, seria y siempre bien documentada como
he tenido ocasión de comprobar por sus artículos en infolibre.es o sus
participaciones en tertulias en la televisión.
El libro es otro buen ejemplo de su hacer. Se trata de una crónica de la llegada de Ayuso hasta el poder y de algunos de los problemas que ha tenido que afrontar como el asunto de su hermano con las mascarillas o, sobre todo, la gestión de las residencias cuando la epidemia. También de un intento de caracterizar lo mejor posible al personaje; alguien por el que bastante gente desde la izquierda siente cierto desprecio hacia sus capacidades, aspecto este que Gutiérrez intenta contrarrestar en fragmentos como los siguientes:
“De
hecho, yerran quienes se aferran a que Rodríguez es el verdadero y único
cerebro de una política discursiva, la de Díaz Ayuso, dirigida a seducir al
electorado con mantras donde libertad se equipara, por ejemplo, con irse de
cañas”. (p. 63)
Este
segundo fragmento podría parecer que entra en contradicción con el primero,
aunque yo creo que lo complementa de alguna manera porque la autora plantea que
Ayuso se aplica a la construcción y transmisión de esa imagen.
De
todas formas, creo que esta ausencia de dependencia de Rodríguez no queda
suficientemente acreditada. Además, quienes hemos tenido ocasión de ver alguna
de sus intervenciones en la Asamblea de Madrid o en otros foros públicos, hemos
podido comprobar cómo sin el papel es alguien que difícilmente es capaz de
transmitir algo más que alguna frase de cierta chulería, o como ahora se dice:
“de ir de sobrada”.
En
este sentido tengo que reconocer que me ha costado mucho leer la cantidad de
frases que Gutiérrez reproduce en las dos primeras partes del libro. Si eso es
autenticidad y empatizar, prefiero otra forma de actuar más educada y
respetuosa.
Por
otra parte, no me ha quedado demasiado claro el currículum no sé si porque su
exposición ha quedado un tanto desordenada, o soy yo que me he perdido un poco
en algún momento.
Desde
otro punto de vista, hay algunos temas que me parece que están muy bien traídos
como, entre otros: la reproducción de los 30 conceptos “sanchistas” que la CAM
ha recurrido de la ley de educación y que son un magnífico resumen de la
ideología de esta política; el dejar constancia de los porcentajes de gasto que
la CAM dedica a sanidad, educación y dependencia y su comparación con otras
comunidades; la curiosa historia de una empresa catalana cercana al
independentismo que Ayuso contrató para que hiciese un informe fiscal y,
finalmente, todo el espacio que dedica a la gestión tanto de la sanidad como de
las residencias.
Desde
luego, al terminar el libro se sale con una visión bastante completa de quién es
y cómo actúa la presidenta de la CAM. Una visión que, al menos en mi caso,
lleva al cabreo, la indignación y cierta desmoralización por pensar en el
Madrid actual y lo diferente que es de aquel que abandoné en 1984.
En
todo caso, un texto recomendable porque la autora es una garantía de que los
temas están bien tratados y sin soflamas de ningún tipo; no hacen falta.
Alicia
Gutiérrez, Porque me da la gana. Ayuso,
la nueva lideresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario