Este es un
libro difícil de leer; de hecho a mí me ha costado bastante tiempo al tener que
dejarlo de vez en cuando unos días para poder continuar luego con la lectura.
Es difícil por lo que cuenta, no por cómo lo hace.
La autora, una
feminista británica, estuvo durante un tiempo introduciéndose con diferentes
perfiles en medios de la machosfera desde páginas web a foros, siguiendo también
a youtubers e incluso videojuegos. Fruto de ese trabajo son las 376 páginas de
este libro en las que podemos ver cómo funcionan y cuáles son los mensajes y
las estrategias de los diferentes grupos que tienen la misoginia y el supremacismo
masculino como bandera de enganche.
Ya desde el principio advierte:
”Quienes hablan de “masculinidad tóxica” no están criticando a los hombres, sino defendiéndolos: describen una ideología y un sistema que presiona a los niños y a los hombres de nuestra sociedad, de nuestra familia, para que se atengan a unos ideales impracticables, insalubres e insostenibles. Los aplastantes estereotipos de género perjudican a los hombres a nivel individual, además de a la sociedad en la que viven”. (p. 13)
Una advertencia
útil aunque no creo que sea muy necesaria precisamente para los hombres que
leamos este libro. Desgraciadamente, no creo que haya prácticamente ninguno de
los que pueblan la machoesfera que se atreva a una lectura como esta.
La autora ha
dividido el libro en diez capítulos en
los que va describiendo los diferentes enfoques y grupos existentes. Así: Los
hombres que odian a las mujeres, Los hombres que depredan a las mujeres, que
rehúyen…, que culpan …, que acosan…, que maltratan…, que temen…, Los hombres
que se aprovechan de otros hombres, Los hombres que no saben que odian a las
mujeres y Los hombres que odian a los hombres que odian a las mujeres.
Como se ve un
estudio exhaustivo del tema, teniendo en cuenta, además, que en cada capítulo
aparecen multitud de ejemplos de textos elaborados por gente del grupo que está
describiendo, textos que son en muchos casos de una brutalidad difícil de
soportar, algo que me lleva a pensar
cuánto puede haber de enfermedad en muchos miembros de esos grupos.
Por poner solo un ejemplo. Hablando de los incels afirma:
“Se trata de un movimiento radical y extremista compuesto por al menos decenas de miles de miembros que difunden de manera deliberada una doctrina de misoginia y supremacismo masculino avivada por el odio y defiende activamente la violación salvaje y el asesinato de mujeres. Capta a hombres jóvenes que buscan respuestas sobre las relaciones, adoctrina a los adeptos mediante una ideología dogmática y todo un léxico de creación propia y exonera e idolatra a los que matan en su nombre”. (p. 59)
Es cierto que
este grupo, tal y como lo trata Bates, parece el más exaltado y peligroso, pero
tampoco se quedan cortos el resto de los grupos.
En esta cita se
menciona una cantidad elevada de miembros. Lo mismo sucede en los otros casos.
Es cierto que se está refiriendo principalmente a Estados Unidos que es un país
con más de 300 millones de habitantes, pero sumando las diferentes cifras el
resultado es bastante elevado teniendo en cuenta que hablamos de participantes
activos o, al menos, de gente suscrita o inscrita en los diferentes foros.
Como no podía
ser de otra forma, Bates muestra las relaciones con la derecha alternativa y
menciona a varios miembros de esta bastante conocidos como participantes en
algunos de estos foros porque, al fin y al cabo, se trata del supremacismo
masculino blanco (sin negar que pueda existir, y de hecho algo menciona, el de
otros colores).
Para finalizar,
me gustaría llamar la atención sobre el capítulo 9, Los hombres que no saben que odian a las mujeres, porque puede ser
muy útil para padres y/o educadores ya que trata sobre cómo penetran en los
jóvenes estas ideas a través de algunos youtubers y videojuegos. Por cierto,
aunque creo que es bastante obvio, el libro habla fundamentalmente de lo que
sucede en Estados Unidos y algo en el Reino Unido, pero también por estos pagos
se nota ya la incidencia de esta ideología y de estos comportamientos.
Desde luego es
un libro algo más que recomendable aunque para estómagos resistentes.
Hay una
entrevista interesante de Ana Requena con la autora en el diario.es y una
reseña completísima y muy buena de Marc Peig en unlibroaldia.blogspot.com.
Laura Bates. Los hombres que odian a las mujeres. Incels, artistas de la seducción y otras
subculturas misóginas online.
Traducción Paula Zumalacárregui Martínez.
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