martes, 19 de septiembre de 2023

Novelón sobre la posguerra



Este autor ha aparecido ya en el blog por varios de sus libros con la curiosidad de que uno de ellos, El día de mañana,  lo ha hecho dos veces porque mi penosa memoria me llevó a releerlo sin darme cuenta de que ya lo había leído (¡y en el lapso de solo tres años!). Valga esta introducción para demostrar que es un escritor que me interesa.

El que ahora comento es un auténtico novelón, 698 páginas, sobre la posguerra española pues abarca de noviembre de 1939 a septiembre de 1945. Novelón no solo por su tamaño sino, creo, por su intención de dejar constancia de la mayoría de las cosas que estaban pasando.

Para ello, convierte a la ciudad de Madrid en protagonista (idea que obtengo de la magnífica reseña de Ricardo Baixeras en epe.es). Una ciudad por la que circulan personajes reales como los falangistas Ridruejo o Arrese o los comunistas Monzón, Quiñones y Trilla y un conjunto de personajes de ficción que convierten la historia en una historia coral; personajes que van desde Valentín, el exmilitante de las juventudes comunistas que termina siendo policía de la brigada político- social tras denunciar previamente a muchos “rojos”, a Basilio, profesor represaliado y padre de Gloria, novia de Eloy, militante comunista que también estará en el maquis o Matías Revilla el típico aprovechado que se dedica a ir recogiendo lo que de valor queda en edificios vacíos porque sus dueños huyeron, y así hasta unos treinta que abarcan gran parte del espectro social de la época.

La novela está dividida en cinco libros. Tengo que reconocer que los que más me han gustado son los dos primeros porque son los más corales y los que reflejan mejor el ambiente asfixiante del momento: las depuraciones, las delaciones, el enchufismo para acceder a los trabajos, el estraperlo, la cárcel, los fusilamientos y, en general, la miseria no solo económica.

En el resto de los libros se va centrando más en algunos personajes, aunque sin abandonar ese carácter coral, y en temas como los problemas internos de la falange y, sobre todo, la lucha de los restos del partido comunista por reorganizarse, por un lado, y combatir militarmente en el maquis, por otro.

Como decía antes todo eso sucede en un Madrid que el autor demuestra conocer muy bien y haberlo trabajado para la novela. Gran parte de la trama se desarrolla en el barrio en que nací y viví muchos años, y los recorridos que hacen los personajes e incluso los tiempos que invierten en ellos están muy bien reflejados.

Martínez de Pisón es un magnífico narrador y, como han dicho de él algunos críticos, de la estirpe de Galdós o Baroja. Es un libro que cuesta dejar de leer y aunque creo que flojea algo en la parte intermedia vuelve a tomar impulso en el resto.

A mí por diferentes razones me ha traído muchos recuerdos pues nací poco después de esa época, viví como he dicho en ese espacio y conocí personalmente a Carmen de Icaza a la que se menciona en varios momentos.

Desde luego es un libro muy recomendable para quien quiera conocer la época desde un enfoque literario, eso sí no exento de conocimiento histórico como demuestra la bibliografía que cita el final del libro.

 

Ignacio Martínez de Pisón, Castillos de fuego.

 

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