Efectivamente,
se trata de un novelón y no solo por su extensión, 547 páginas, sino por la
gran narración que hace de la historia de esta familia centrada en los tres
personajes masculinos: David, el abuelo; Georg, el padre; y Yegor, el hijo, que
dan título a las tres partes en las que se divide el libro.
Hace algo más
de una año leí las memorias inconclusas de Singer y ya me pareció que era muy
bueno narrando. Ahora lo confirmo con esta lectura. De hecho, es uno de los
grandes de la literatura escrita en yiddish (lengua desde las que se ha
traducido esta edición).
La obra abarca
un período de unos 40 años. De vez en cuando hay algunas referencias que dan
idea del momento histórico como, por ejemplo, la necesidad de grandes
cantidades de dinero para ir a la compra para que se sepa que se está en 1923.
Otros son más obvios como cuando Georg va como médico a la Primera Guerra
Mundial o cuando se empieza a hablar del “nuevo orden”, de “los hombres de las
botas altas” o de “la fotografía del colérico hombre con botas, bramando con la
boca abierta bajo el oscuro bigote”.
La primera
parte la dedica a los inicios de la familia en un pueblo de Polonia y su
desplazamiento hasta Berlín ya que David estaba en la línea de la ilustración
judía y en el pueblo dominaban los jasídicos. (Aprovecho para decir que en esta
edición hay un glosario de términos muy útil). En Berlín se unirán a los judíos
orientales y Singer mostrará las diferencias y enfrentamientos de estos con la
comunidad judía alemana. Es la parte del libro en la que tiene más presencia la
religión y en la que se hacen bastantes citas del antiguo Testamento.
En la segunda
la familia se exilia en Estados Unidos, en Nueva York más concretamente, por el
auge del nuevo orden en Alemania. Aquí vemos los problemas de adaptación a su
nueva realidad y conocemos cómo era la comunidad judía de esa ciudad. De hecho
Singer es capaz de hacer en solo tres páginas centradas en la sinagoga del
Upper West Side una gran síntesis sobre la emigración judía y sus distintas
fases. No obstante lo dicho, en esta parte la religión va perdiendo presencia
en la historia.
En la tercera
toma protagonismo Yegor que, al tener una madre no judía, decide que él tampoco
lo es y se verá envuelto en varios problemas.
Este resumen
no es más que una mínima aproximación a la historia que cuenta Singer. El libro
está lleno de grandes momentos y de personajes singulares que, como el caso del
doctor Landau -un judío socialista que deja que cada paciente pague según su
voluntad y posibles-, hacen que se tenga una visión bastante completa de ese
mundo.
Evidentemente,
todo esto teniendo en cuenta que, como decía al principio, estamos ante un
grandísimo narrador, uno de esos escritores que te mantiene pegado al libro y
que no desees que termine la historia.
El libro lo
escribió entre 1940 y 1941 y se publicó en 1943, el año en que murió.
Muy recomendable.
Israel
Yehoshua Singer, La familia Karnowsky.
Traducción Rhoda Henelde y Jacob Abecasís.
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