Aunque conozco
bastante bien el tema de la represión que hizo la dictadura argentina a partir
de 1976 por haber leído los libros de Miguel Bonasso o El vuelo de Verbitsky (citado por Bianchini) entre otros, además de
haber visto la película Garaje Olimpo
o La historia oficial junto con
muchos documentales sobre el tema, a pesar de esto me ha interesado mucho este
libro por dos razones: primero porque desconocía bastante el tema de los niños
robados que luego han podido ser recuperados y después por lo bien que ha
contado el autor la historia.
El libro está
organizado de una forma un tanto fragmentaria de manera que el lector tiene que
terminar de armarlo aunque es una operación que no resulta demasiado difícil,
eso sí, yo he vuelto a leer la primera parte tras terminar la lectura de todo
el libro. Precisamente este planteamiento algo complejo lo hace más
interesante.
El texto está
dividido en tres partes.
En la primer conocemos
a Claudia, la protagonista, y algo a sus dos familias, la de “adopción” y la
biológica, así como la desaparición de esta. También las leyes que los
presidentes Alfonsín y Menem pusieron en marcha para intentar terminar con el
“problema” de la represión en los años anteriores. Finalmente, vemos cómo su
abuela inicia la búsqueda de la nieta desaparecida y de ahí su ingreso en el
grupo primero de las Madres de la Plaza de Mayo y luego de las Abuelas.
En la segunda
parte el autor reproduce fragmentos de las declaraciones que familiares y
amigos hicieron a las abuelas de la Plaza de Mayo.
En la tercera,
para mí la más novedosa y emotiva, se trata la relación que Claudia establece
con su tío Fernando y cómo a partir de ahí, y con el paso de los años, va
recuperando su verdadera identidad y la relación con su verdadera familia y
alejándose de sus “apropiadores” (este es el término que se utiliza en el
texto).
Testimonios
emocionantes; personajes que, como la abuela, llaman la atención por su
perseverancia y valentía o su padre, miembro del FLP (Frente de Lisiados
Peronistas) porque había perdido las piernas en un accidente ferroviario,
militante del que todos hacen encendidos elogios o el suicidio de la abuela
materna, todo ello muy bien narrado, con un lenguaje muy preciso en el que no
sobra nada, pero en el que tampoco nada falta.
Un libro no
solo interesante sino un ejemplo más de hasta dónde puede llegar el ser humano,
algo de lo que, desgraciadamente, estamos teniendo estos días multitud de
ejemplos en Oriente Medio, muchos, además, por parte de una gente cuyos
antepasados tuvieron que sufrir uno de los peores genocidios de la historia.
Una lectura
muy recomendable incluso para quien conozca bien el tema e imprescindible si no
es el caso.
Federico
Bianchini, Tu nombre no es mi nombre.
Historia de una identidad robada en la dictadura argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario