Este es el segundo libro que leo del Premio Nobel de
2021 y me ha gustado aún más que el anterior. Gurnah es un gran contador de
historias y lo hace, además, con una buena escritura.
En este caso se trata de una historia que se inicia
a finales del siglo XIX y termina en los sesenta del siglo pasado. Es una
historia de amores y relaciones familiares contada de una forma bastante
fragmentaria y con algunas elipsis que pueden despistar en algún momento. Hay
muchos personajes y todos están muy bien caracterizados, -se nota una especial
preocupación del autor en este aspecto-. El libro está dividido en tres partes.
En la primera, finales del XIX, utiliza la tercera persona. En las otras dos
alterna con la primera. Los diferentes capítulos están encabezados por los que
van a ser los principales protagonistas.
No podían faltar las referencias a la situación de Zanzíbar bajo el dominio británico. Así, por poner un ejemplo, el siguiente fragmento:
“– Este continente tiene el potencial necesario para convertirse en una nueva América (…), pero no mientras siga en manos de los africanos. Fijaos en esta región. Los negros se han dejado corromper por los árabes, por su religión y sus… alambicados modales. Los propios árabes tampoco dan mucho de sí. Son en su mayoría unos fanfarrones incapaces de mover un dedo salvo que les vaya la vida en ello o tengan puestos los ojos en algún botín”. (p. 111) (Dicho por Turner, el capataz de una posesión).
En la misma línea se encuentra lo narrado por uno de
los protagonistas y principal narrador, Rashid, a su llegada a Londres donde
padece el rechazo xenófobo de los británicos. Aquí creo que está lo más
autobiográfico del libro ya que Gurnah se trasladó a esa ciudad más o menos por
las mismas fechas que su personaje. Por cierto, desde entonces, unos cincuenta
años, vive en esa ciudad.
Un libro recomendable porque está muy bien contada
la historia, nos pone en contacto con realidades poco conocidas y tiene un
conjunto interesante de personajes.
Reproduzco a continuación el texto que ya puse en la
entrada en la que comenté el anterior libro del autor.
“Un
comentario sobre la traducción. Me ha sorprendido que utiliza el sistema
antiguo de acentuación de pronombres y palabras monosilábicas que ha cambiado
hace ya unos años. Además, hay bastantes términos en lengua imagino que suajili
de los que no se explica el significado”.
Abdulrazak Gurnah,
El desertor. Traducción Rita da Costa.
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