Estamos ante otro magnífico texto de los que nos
viene ofreciendo la editorial Capitán Swing. Se suelen caracterizar por un
lado, por el interés de lo que tratan y, por otro, por ser sus autores
periodistas que conocen el tema de primera mano y que lo explican de forma
clara sin perder por ello la precisión ni la profundidad de los análisis.
En este caso es un periodista británico de origen
alemán, como indica su apellido, que fue corresponsal en Alemania hace tiempo y
que volvió unos meses para elaborar el libro, el encargado de darnos a conocer
la realidad de ese país.
Para ello ha dividido el libro en siete capítulos
dedicando los primeros a narrar la reconstrucción tras la segunda Guerra Mundial
y la unificación, realmente absorción, con la RDA. El resto lo dedica a
explicar el funcionamiento de los diferentes aspectos de la realidad alemana
desde la economía a la cultura pasando por la política exterior, la educación o
la sanidad. Prácticamente ningún sector importante queda fuera de su análisis.
Evidentemente, unos los trata con mayor profundidad que otros, pero en todos
hay informaciones interesantes y en muchos casos muy novedosas, al menos para
mí que, claro, no conozco demasiado ese país.
Particularmente interesantes me han resultado cosas
como: la diferencia entre ossis y wessis, así como las visiones que tienen
ambos; la política migratoria de Merkel; la posición abiertamente contraria a Alternativa
por Alemania de, por ejemplo, el presidente de Siemens; el concepto de “cultura
rectora” que implica la precedencia de la cultura alemana que tienen que
aceptar quienes quieran vivir en el país; el mayoritario deseo de relaciones
más estrechas con Rusia incluyendo a un partido como Alternativa; el carácter
voluntario de la mayor parte de los bomberos (esto ya lo conocía porque un
exalumno mío alemán lo era) y finalmente, por no hacer demasiado extensa la
lista, dos frases una de las cuales me ha sorprendido: los bancos “son un
desastre” (p. 232) y “la infraestructura del país chirría” (p. 235).
Para dar una idea de qué es lo que hace a los alemanes diferentes y, al menos en parte, explica su éxito, reproduzco unos fragmentos en los que Kampfner lo sintetiza muy bien:
“La sociedad alemana está basada en un sentido de compromiso mutuo, de un objetivo compartido, y en la confianza en el carácter benigno de un orden basado en el cumplimiento de unas normas.” (p. 25)
“La única forma de patriotismo que muchos alemanes profesan es el constitucionalista.” (p. 33
“(…) El Estado social alemán constituye un choque cultural para las personas con una mentalidad forjada en el libre mercado anglosajón.” (p 220)
“Esta “economía social de mercado” se basa en unas normas y unas prácticas ampliamente aceptadas: fomentar una perspectiva a largo plazo; promover la colaboración en el mercado laboral, más que el conflicto; fomentar la inversión de las empresas en la cualificación y la productividad de sus trabajadores; y procurar garantizar que la prosperidad esté al alcances de los alemanes de todas las regiones y no solo los de una.” (241-242) (palabras de Steward Wood, asesor del exPrimer Ministro británico Gordon Brown)
En el fondo se trata de una mentalidad social,
mayoritariamente asumida, en la que prima el compromiso por los valores y los
intereses comunes por encima de los individuales, de ahí ese choque que apunta con
lo que sucede en el mundo anglosajón. Compromiso, y esto es muy importante, que
aceptan tanto los trabajadores como los empresarios.
John Kampfner, Por
qué los alemanes lo hacen mejor. Notas sobre la primera economía europea.
Traducción Mireia Bofill Abelló.
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