Este libro obtuvo este año el 5º premio Anagrama de
Crónica/Fundación Giangiacomo Feltrinelli otorgado por un jurado en el que
entre otros estaban Leila Guerriero y Martín Caparrós, es decir, que tiene que
tratarse de un buen libro.
Para ser una crónica, el texto es bastante extenso pues tiene
nada menos que 367 páginas, pero es que es algo más. Está dividido en cinco
capítulos aunque son tres los que ocupan la mayor parte del espacio.
En el primero, lo más importante es una larga y muy interesante entrevista
con Ismael Zambada, “el más antiguo jefe de la mafia en México”, realizada en
2021. También inicia las informaciones sobre el movimiento zapatista y los
preparativos para el viaje del barco La Montaña que va a atravesar el Atlántico
hacia Europa para dar a conocer allí el mensaje del movimiento, viaje en el que
les va a acompañar el autor del libro.
El segundo está centrado fundamentalmente en entrevistas con
diferentes subcomandantes zapatistas que van explicando las diferentes fases
por las que ha pasado su lucha y las condiciones en las que se desarrolla la
vida en los territorios que controlan.
En la tercera, la más extensa, Osorno cuenta no tanto la
travesía, que daría para poco, sino las conversaciones que va teniendo con los
diferentes miembros del movimiento que van en el barco, con el capitán, un
alemán, y otros miembros de la tripulación (alemanes en su mayoría) y algunos
acompañantes como, por ejemplo, una cinefotógrafa uruguaya. De los extractos
que Osorno reproduce de estas conversaciones se obtiene una visión bastante
completa de cómo funciona el territorio controlado por los zapatistas y también
de las motivaciones que llevaron a muchos a adherirse al movimiento.
Por lo dicho hasta ahora ya se puede apreciar el interés de esta
crónica que está, además, muy bien escrita.
No obstante, me he encontrado con algunas cosas que me han
dificultado en algún momento la comprensión del texto. Así, a veces hay algo de
lío con las fechas y también con los cambios dentro del movimiento zapatista.
Creo que supone tener algunos conocimientos previos de lo sucedido en México en
los últimos treinta años para poder comprender bien todo lo que se narra. Por
último, desde otro punto de vista, a veces resulta algo reiterativo lo que se
reproduce de lo que cuentan los pasajeros zapatistas.
En cualquier caso, estos son pequeños detalles que no
ensombrecen, ni mucho menos, el valor de un texto que enseña mucho y que prueba
la importancia de la colectividad a la hora de lograr mejoras sociales.
En definitiva, un libro muy recomendable.
Por cierto, hay que agradecer a la editorial Anagrama esta colección en la que está publicando libros fundamentales para los que disfrutamos del buen periodismo.
Diego Enrique Osorno, En la montaña
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