martes, 29 de septiembre de 2015

A vueltas con la Transición




 
En los últimos tiempos están apareciendo bastantes estudios que ofrecen un enfoque de la Transición bastante diferente al que hasta ahora estábamos acostumbrados y que, dicho sea de paso, hace ya años que sus principales estudios ni se reeditan ni se renuevan.
De los nuevos ya he comentado en el blog los de Juan Carlos Monedero y Juan Andrade interesantes ambos aunque muy diferentes en la perspectiva que adoptan.
El que ahora comento me parece el más interesante de los tres ya que ofrece una visión bastante completa de todo el proceso aunque, eso sí, desde el punto de vista principalmente político y social y dejando a un lado, salvo alguna breve referencia, el tema económico.
Se trata de un libro muy sugerente e interesante tanto para el análisis histórico como para reconocer algunos de los problemas del momento actual. No obstante, también se trata de un texto desigual pues junto a algunas partes más analíticas, para mí las más importantes, ofrece otras demasiado descriptivas basadas, además, en las memorias de los protagonistas que, aunque sirven para refrescar las cosas que pasaron, no aportan gran cosa a su estudio. Otro aspecto que tampoco me ha convencido del todo es el análisis que hace de lo sucedido en Cataluña y el País Vasco.
Evidentemente, en un libro con este tema de protagonista, escrito además desde una perspectiva de izquierda crítica, son muchas las ideas que merecen destacarse y analizarse en profundidad. Pondré tres fragmentos que pueden resultar más polémicos y que a mí no solo me han llamado mucho la atención, sino que uno de ellos me ha hecho pensar también en mi caso personal.
 
“La Constitución selló la partitocracia que dominaría los siguientes treinta años sin ninguna integración sustantiva de nuevas formaciones partidarias, al tiempo que fijó unos débiles instrumentos de participación directa y de reforma interna. Dejó los derechos sociales como un asunto meramente “informativo”. Y blindó la reforma a cualquier iniciativa que no contara con el apoyo de los grandes partidos. En cierta forma, la caducidad de la Constitución estaba destinada a coincidir con la del propio régimen que finalmente sancionó.” (p.160)
 
“La solución (para cerrar la crisis social y económica del final del franquismo) estaba en las clases medias, única base posible de ese equilibrio. Sobre estas y no sobre la “clase obrera” gravitó la estabilización del cambio. Acabar con la crisis política implicaba acabar con la presión sobre los beneficios, con la amenaza que esta suponía para los intereses oligárquicos: respeto y continuidad de los privilegios y de los poderes fácticos. Estos eran los contenidos de la paz social, pero la clave de bóveda de esa estabilización estaba en la adhesión de las clases medias. Por eso, el nuevo marco político debía aparecer como un régimen que públicamente apareciese de y para las clases medias.” (p.349)
 
 
“(…) la clave de la Transición no está, por tanto, en la traición y malicia de esa clase política, que la mayor parte de las veces se había formado en el antifranquismo, cuanto en su molicie, en su autocomplacencia. En tanto hijos de su clase hicieron lo que tenían que hacer.” (p.354)
 
 
Como se ve lo que plantea son temas que no solo están de rabiosa actualidad analítica, sino que sobre ellos pivotan buena parte de las discusiones políticas del momento. Creo que es un libro muy recomendable sobre todo para quien le interese entender el cómo y el porqué estamos donde estamos.
Dejo el enlace con un comentario interesante y más completo.
Algo que me ha extrañado mucho es el error que se produce por tres veces de confundir el XXVIII Congreso del PSOE con el XVIII (y el "18 y medio").
 
Emmanuel Rodríguez López,  Por qué fracasó la democracia en España. La Transición y el régimen del `78

lunes, 28 de septiembre de 2015

Provechosa relectura



 
No soy relector habitual, de hecho creo que se pueden contar con los dedos de una mano los libros de narrativa que he releído. Sin embargo, con esta Primavera mantengo desde hace años una relación muy especial. Como ya comenté en una entrada del blog hace tiempo, cuando me dedicaba a mi profesión de profesor y empezaba el curso, ante las ansiedades y los nervios, usaba como relajante la lectura de este libro. Como estoy jubilado desde hace seis años no lo había vuelto a leer y me pareció hace unos días que el inicio de este nuevo curso era un buen momento para recordar aquellos tiempos.
Benedetti está considerado y valorado como poeta y no tanto como novelista. A mí, sin embargo, me gusta mucho su prosa que desgraciadamente no cultivó en exceso. He leído todas sus novelas y con todas también he tenido la misma sensación: una cierta tristeza y bastante cercanía con muchos de sus personajes. Creo que, precisamente,  lo mejor del autor es la forma en la que trata a sus personajes: suelen tener una gran humanidad, son seres siempre de carne y hueso, no especialmente felices, con cierta carga de soledad, con mucha historia detrás, con dudas, con vacilaciones,…Seres, en definitiva, en los que resulta fácil encontrar cosas de uno mismo.
En este libro hay varios así y es una de las cosas que más me atraen del mismo, pero es que además está construido de un forma magnífica a través de monólogos, correspondencia, escritos de la niña que componen un contrapunto con cierta carga humorística para un tema que no lo es, pensamientos y también alguna escena dialogada. Además están los temas de fondo: el exilio, la soledad, el amor y el desamor,  que hacen que el texto sea muy atractivo.
Como decía antes, a medida que lo releía me iba invadiendo una cierta tristeza, pero al mismo tiempo una curiosa serenidad que, imagino, es lo que me llamaba la atención y me hacía bien hace años.
Un libro muy recomendable que no ha perdido valor ni vigencia,  con el que he vuelto a disfrutar, que se ha convertido con mucha diferencia en el libro que más veces he leído y que me anima a releer las otras novelas del autor.
Como curiosidad tengo que decir que el título del blog sale del de una novela de Benedetti, y que el primer intento de blog se llamaba Primavera con una esquina rota, algo que, lógicamente, no era casual.
 
 
Mario Benedetti,  Primavera con una esquina rota

domingo, 27 de septiembre de 2015

Citas últimas lecturas

 
Nación
 
“Por supuesto, dijo Z., “toda nación necesita relatos fantásticos sobre los que edificar su historia. El templo destruido, la doncella en la hoguera, la batalla de Kosovo, los partisanos en los bosques…, para eso, el colectivo no necesita ningún novelista. Pasando por alto los hechos, la nación se inventa lo que le viene bien y se lo cree. En vano intentan arqueólogos e historiadores sacarla de su error.”
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
 
 
 Capitalismo
 
En las discusiones habituales sobre el capitalismo, declaró Z., le molestaba el singular. El capitalismo era uno de esos conceptos comodín que andaban faltos de claridad. “¿Alguien creer que las circunstancias que se consideran normales en Suecia y en el Congo, en Groenlandia y en Irán, pueden meterse en el mismo saco? A la vista está que el sistema económico que se designa con esta palabra puede convivir casi con cualquier régimen político: la dictadura militar, el nacionalsocialismo, el imperio de la mafia, el partido único comunista, el apartheid, el Estado judío o el Estado islámico, así como la democracia parlamentaria. Lo que pasa por alto este singular es la proteica capacidad de transformación de esta forma de economía, capacidad a la que debe su supervivencia.”
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
 
 
Hijos, padres
 
 "Me necesitaba para que hiciera o que los hijos hacen por sus padres: dar fe de que son entes con sustancia, de que no están huecos, de que no son carencias sonoras. De que importan, cuando tan pocas cosas parecen importar.
Richard Ford, Canadá
 
 
Nacionalismo, nación
 
Nací en un planeta, no en un país. Sí, claro, también nací en un país, en una ciudad, en una comunidad, en una familia, en una maternidad, en una cama,… Pero lo único importante, para mí y para todos los seres humanos, es el hecho de haber venido al mundo. ¡Al mundo! Nacer es venir al mundo, y no en tal o cual, país, ni en tal o cual casa.
Amin Maalouf, Los desorientados
 
 
Esperanza
 
-Más vale equivocarse en la esperanza que acertar en la desesperación.
Amin Maalouf, Los desorientados
 
 
Libro, lectura
 
Coger un libro y perderme en el texto en los momentos difíciles ha sido siempre mi modo de buscar alivio, consuelo o, al menos, respiro. Cuando los asuntos amorosos se torcían, echaba mano de un libro. Como consuelo después de un fracaso en el trabajo teatral o con textos cuyo final se me resistía, siempre he tenido los libros. Como linimento, pero más aún como instrumentos para desviar los pensamientos hacia otro lugar. Para hacer acopio de fuerzas.
 Henning Mankell, Arenas movedizas

jueves, 24 de septiembre de 2015

Un tipo admirado y admirable


 
Basándose en las entrevistas y encuentros con Mujica a lo largo de más de diez años y organizando la información en torno a características del personaje (el anarco, el ejemplo, el zorro, el testigo, etc.), estos dos periodistas uruguayos ofrecen una visión bastante completa y caleidoscópica de uno de los políticos más admirados de los últimos tiempos.
Desde luego, el personaje ofrece multitud de atractivos, desde su forma de vida austera  hasta algunas de sus propuestas (esa legalización de la producción de la marihuana por poner un ejemplo significativo), desde su militancia en los tupamaros, que le llevó a catorce años de cárcel, hasta terminar convirtiéndose en presidente de la República Oriental y así un largo etcétera.
De todo ello se habla en este interesante libro. Lo hacen los periodistas y también Mujica de quien se hace una espléndida y muy acertada selección de fragmentos de sus conversaciones. (Por cierto, creo que no se dice si están recogidas en algún medio electrónico, escritas a mano o simplemente recordadas.)
Como hay de todo limitaré mi comentario a aquello que más me ha llamado la atención o me parece más relevante de su personalidad y sus ideas.
Por un lado, su elevado grado de pragmatismo que desconocía y que se manifiesta en frases como: “Lo peor es cuando la matriz ideológica no te permite percibir la realidad como es. Hace tiempo que abandoné eso y me di cuenta de la importancia de los matices.” (p.51),  o su defensa del capitalismo en: “Ser amigo de un burgués es inconcebible para un tipo de esa izquierda. No ven lo que yo veo, que es  la capacidad de gerenciar, de administrar, de generar trabajo, de todo eso. Es más complejo de lo que parece. Los capitalistas son la energía creadora del mundo.” (p.143)
Ambas son bastante chocantes oídas de quien es uno de los bastiones de la izquierda en Sudamérica.
También me ha parecido interesante su papel de mediador entre Estados Unidos y Cuba o entre las FARC y el gobierno colombiano.
Desde un punto de vista muy diferente hay una anécdota que demuestra el tipo de persona de que se trata. Cuando al jugador de la selección Luis Suárez le castigaron por el famoso mordisco que dio a un contrincante en el mundial, fue a recibirlo en persona al aeropuerto ya que: “Le gusta ver cómo personas que nacieron en la pobreza llegan a ser los mejores deportistas del mundo y se burlan de su pasado, sentir cómo a veces la calle se impone a las grandes universidades. Respeta a los que muestran un camino alternativo, por más que ese camino no sea del todo recto.” (p.135)
En una línea parecida: “¡El protocolo, la liturgia del poder y todas esas estupideces me chupan un huevo!”, resumió en una de las tantas charlas que tuvimos. (p.81)
En definitiva, un personaje original, rompedor, iconoclasta, con un lenguaje absolutamente popular que los autores han dejado, con muy buen criterio, en el texto. Alguien que no me extraña que levante pasiones tanto a favor como en contra. En mi caso, reconozco que soy un ferviente admirador desde hace mucho tiempo.
Un libro hecho desde una perspectiva bastante favorable para Mujica y en el que he echado en falta dos cosas: mayor información sobre el proceso en el que ganó las internas del Frente Amplio para aspirar a la presidencia y mayor información también sobre sus tareas en el gobierno.
 
 
Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, Una oveja negra al poder. Pepe Mujica, la política de la gente
 

martes, 22 de septiembre de 2015

Testimonio y testamento


 
 
El autor está entre mis escritores favoritos y como tal hay una entrada en el blog sobre su obra que, por otra parte, he leído casi en su totalidad. Sin embargo, desconocía la existencia de su enfermedad. Cuando compré este libro ni siquiera leí la contraportada, no me hacía falta saber de qué trataba. Por eso, cuando empecé su lectura, me llevé la desagradable sorpresa del cáncer de pulmón con metástasis en las cervicales que padece Mankell.
Si dijese que este libro trata de eso no mentiría, pero solo reflejaría una parte del contenido de este extraño y magnífico texto. La enfermedad como telón de fondo, como leit motiv, le da pie al autor para hablar de muchas cosas y para remitirse a algunos recuerdos de la infancia y de sus estancias en Mozambique.
La preocupación por el enterramiento de los residuos nucleares, dada su gran duración,  está detrás de todo lo que cuenta en la primera parte de las tres en que se divide el libro; su original visión de los aspectos positivos del gas mostaza para el tratamiento del cáncer; la necesidad de la esperanza y la inevitabilidad del olvido; el papel de la mujer; los celos; la técnica empleada en las pinturas rupestres; los estudios sobre las glaciaciones; la historia real que está detrás del cuadro  La balsa de la Medusa de Gericault; su preocupación por la extinción de especies animales; etc. Como se ve, hay un poco de todo mezclando, además, reflexiones con historias reales o investigaciones científicas con historias personales.
Decía más arriba que se trata de un libro magnífico y lo  es aunque Mankell no habla de su obra escrita en ningún momento (de hecho solo aparece dos veces el nombre de Kurt Wallander y es porque buscaba localizaciones en Dinamarca para una novela de la serie), lo que como seguidor echo un poco en falta, solo habla y bastante de su obra como director, y en algún caso autor teatral, pero es que no es un libro de memorias y, mucho menos, una autobiografía. El texto está lleno de reflexiones interesantes, de algunas informaciones muy curiosas, pero por encima de todo se trata de un texto entrañable, de una especie de testamento vital que tiene momentos, como el de los niños de la calle en Maputo, que provocan que se forme un nudo en la garganta y que  haya que contenerse para no llorar.
Escrito con la conocida facilidad de Mankell no exenta de calidad, es un libro que he leído con el corazón en un puño en algunos instantes, prácticamente de un tirón y que, a pesar del drama de fondo, me ha dejado un buen sabor de boca final. Por supuesto creo que es un libro muy recomendable aunque no se conozca al autor y, lógicamente, ineludible para un seguidor de su obra.
Hay dos buenos y completos comentarios en El País y El Mundo.
 
Henning Mankell, Arenas movedizas

domingo, 20 de septiembre de 2015

Artículos interesantes

El predominio de las elecciones en Cataluña es total y, al mismo tiempo, los argumentos de los diferentes articulistas son prácticamente iguales y a estas alturas tan oídos que carecen de interés, por eso he elegido dos artículos al margen de la política y otros dos bien diferentes que tratan de Podemos.
 
Carlos Boyero habla de cine, series y libros. Estoy de acuerdo en casi todo lo que comenta. (El País)

Pongo este artículo de Alex Grijelmo porque, a pesar de no ser aficionado al deporte, tengo que oír muchas veces esas expresiones absurdas y generalmente incorrectas. Ha reunido una buena porción de ellas. (El País)

Larguísima y muy interesante entrevista con Juan Carlos Monedero. (ctxt)

Curioso análisis el de Félix Ovejero sobre Podemos principalmente en la parte en que critica su falta de antinacionalismo. (Además de profesor de universidad como aparece en el artículo es uno de los fundadores de Ciudadanos.) (El País)

viernes, 18 de septiembre de 2015

Risas y algo más




 

“Encontramos a Cristo ocupando la posición del hijo en el maravilloso chiste acerca del rabino que se dirige desesperado a Dios, y le pregunta qué puede hacer con su malvado hijo, que lo ha decepcionado profundamente: Dios le contesta con tranquilidad: “Haz lo mismo que yo, escribe un nuevo testamento,” (p.92)

 

“Nuestra tarea es descubrir cómo dar un paso más; nuestra tesis nº 11 debería ser: en nuestras sociedades, los izquierdistas críticos hasta ahora sólo han ensuciado de polvo las pelotas de los que están en el poder: lo importante es cortárselas.” (p.122)


 
Estos pueden ser dos buenos ejemplos del contenido del libro. Zizek, ese filósofo esloveno radical en el fondo y en la forma, parte muy a menudo de un chiste para la reflexión posterior o para ejemplificar alguna idea. En este libro se recogen multitud de chistes, 107 se dice en la contraportada, repartidos por su extensa obra. Los hay de todo tipo, pero destacan por su número los dedicados al “socialismo real” sea el de la Unión Soviética o el de Yugoslavia o de cualquiera de las partes en las que se descompuso, los que tienen como protagonistas a los judíos y los de tema religioso. Además, hay protagonistas como Lenin o Clinton así como  gran cantidad de referencias a Hegel, Lacan (creo que este es quien se lleva la palma) y a Marx (Karl pero también Groucho). En definitiva, un poco de todo.
El resultado final es, lógicamente, un tanto desigual. Yo me he reído y con ganas con bastantes de los chistes, pero creo que en más de una ocasión me he perdido la reflexión filosófica o psicoanalítica. No es la primera vez que me pasa con este autor, ya que de los dos libros que he leído solo en el segundo logré captar más o menos bien sus ideas.
Sea como sea, se pasa un buen rato y sirve también para acercarse a uno de los pensadores más originales de la actualidad.

 
Slavoj Zizek, Mis chistes, mi filosofía

jueves, 17 de septiembre de 2015

Historia en África escrita por africano


 
 
Hace mucho tiempo que tengo esta novela entre los libros pendientes; de hecho, compré todos los que encontré de Achebe hace tres o cuatro años a partir de lo que me gustó el primero que leí. (En el blog está lo que comenté de los tres anteriores). Sin embargo, este se quedó ahí durante este tiempo quizá por haberme saturado un poco de las historias del autor.
A diferencia de lo que recuerdo de los anteriores, aquí Achebe habla menos de política y más del funcionamiento de la realidad rural de su zona de origen, el norte de la actual Nigeria. En algunos pasajes casi se podría considerar un libro antropológico por la cantidad de informaciones que aparecen sobre ritos, ceremonias, concepciones religiosas, etc. Esto constituye una de las partes más interesantes de un libro que como novela no me ha gustado demasiado.
Es cierto que está muy bien narrado y que tiene un original personaje protagonista, Ezeulu, un sacerdote de Ulu cuyo orgullo y testarudez da lugar a los momentos más brillantes de la novela, pero a mí me ha parecido que está desarrollada de forma muy desigual, pues junto a capítulos de gran interés (informativo o dramático) hay otros que se leen un poco por encima.
En todo caso, dejo este fragmento del prólogo de Marta Sofía López: “Con una maestría admirable, Achebe consigue así en esta novela crear personajes altamente individualizados y al mismo tiempo arquetípicos, engarzar la intrahistoria de la sociedad tradicional igbo en el marco de la narrativa histórica occidental, transformar acontecimientos aparentemente anecdóticos y particulares en elementos significativos dentro de la constante reflexión sobre el ejercicio ético del poder que abarca toda su obra.”
Para quien no hay leído nada del autor es más recomendable empezar por alguna de sus otras novelas.
 
Chinua Achebe, La flecha de Dios

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Citas últimas lecturas

Educación
 
Poco  después se le ocurrió prevenirnos frente a un exceso de educación. La educación, dijo, era tan adictiva como el tabaco. Al que se hubiera entregado a ella durante suficiente tiempo le costaba desengancharse. El riesgo de sobredosis es elevado, aun cuando hiciera tiempo que la víctima se hubiera saciado de su droga.
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
 
 
Edad, vejez
 
Antes, la ancianidad se valoraba, incuso se reverenciaba y se le atribuía sabiduría, mientras que ahora impera el miedo ante el descubrimiento que hiciera el doctor Alois Alzheimer en 1901. Por ello, responder a la simple pregunta “¿cómo le va?” resulta cada vez más complicado.
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
 
 
Indignación
 
La indignación, en cambio, actuaba a largo plazo. No había que despilfarrarla por motivos insignificantes.
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
 
 
Política
 
“Puesto que la política puede conferir bienestar, arrebatar la vida, encarcelar y liberar a la gente y representar una historia con fuertes asociaciones emocionales e ideológicas, sus procesos se convierten en objetos en los que fácilmente se desplazan las emociones privadas, especialmente fuertes ansiedades y esperanzas.”
Edelman en
Luis Arroyo, El poder de la política en escena. Historia, estrategias y liturgias de la comunicación política
 
 
Poder
 
“(El) significado del protocolo de Luis XIV… no es un asunto ceremonial, sino un instrumento para el gobierno de los súbditos. Si el poder existe pero no se manifiesta en la apariencia del gobernante, el pueblo no creerá en él. Debe ver para creer. Cuanto más se distancia un príncipe, más respeto le mostrará el pueblo,”
Norbert Elías en
Luis Arroyo, El poder de la política en escena. Historia, estrategias y liturgias de la comunicación política
 
 
Información
 
Otro periodista convertido en asesor de políticos, el viejo Roger Ailes, lo dice con la misma rotundidad: “Afrontémoslo, hay tres cosas en la que los medios están interesados: imágenes, errores y ataques. Es mi teoría del foso de la orquesta de la política. Si tienes a dos tipos en escena y uno dice: ”Tengo la solución del problema de Oriente Próximo” y el otro se cae al foso de la orquesta, ¿quién crees que saldrá en el telediario."
Luis Arroyo, El poder de la política en escena. Historia, estrategias y liturgias de la comunicación política

martes, 15 de septiembre de 2015

Recuerdos de niñez de Auschwitz




 
 Kulka es historiador y profesor emérito en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Además, uno de sus campos de investigación ha sido precisamente el antisemitismo y el Holocausto. Sin embargo, este libro es otra cosa. Dice en la introducción: “(…) durante una década (entre 1991 y 2001) hice unas grabaciones que me permitieron describir las imágenes que brotaban en mi memoria y explorar el recuerdo de lo que en mi mitología privada se llama “La Metrópoli de la Muerte, o con engañosa ingenuidad “Paisajes de Infancia en Auschwitz”. Esas grabaciones no fueron ni un testimonio histórico ni unas memorias autobiográficas, sino las reflexiones de una persona, entonces entre sus últimos cincuenta y primeros sesenta años de edad, dándole vueltas a la cabeza a aquellos fragmentos de memoria e imaginación aún pertenecientes al mundo de aquel asombrado niño de diez u once años que una vez fue.” (p.15)
El libro consiste así en un conjunto de recuerdos mezclados con algunas reflexiones hechas desde el momento actual. Por lo tanto, hay referencias a hechos concretos, pero siempre desde una lejanía lógica para el recuerdo de quien era un niño de tan corta edad. Hay algunas páginas muy emotivas como las que tienen a la madre como protagonista, pero a mí el libro no termina de llegarme. Seguramente se debe a que después de haber leído tanto sobre el tema es muy difícil encontrar nuevos registros. También a que tengo muy reciente el documental de Lanzmann El último de los injustos que, como ya comenté en el blog, tanto me impactó.
No obstante las críticas que acompañan a esta edición son muy favorables: “sorprendente e inclasificable…Excepcional”, “a la vez deslumbrante y tenebroso…”, ”Sencillamente extraordinario, “Magistral…Un texto estremecedor y sarcástico cuya lectura no deja indemne.”
Recomendable en  cualquier caso.
 
 
Otto Dov Kulka, Paisajes de la Metrópoli de la Muerte

lunes, 14 de septiembre de 2015

Trepidante historia real



 
“Éste es un relato reconstruido a base de historias, de biografías, de archivos, de cartas familiares, de antiguas grabaciones magnetofónicas y de entrevistas con los supervivientes. Y es una historia que, por una serie de razones que espero que queden claras, nunca contaron del todo sus dos protagonistas: Hanns y Rudolf.” (p.25)
Con estos  elementos, que explica en el Prólogo, el autor va construyendo en paralelo la historia de ambos personajes desde su nacimiento hasta el momento en que tiene lugar su encuentro.
Hanns Alexander, que resulta ser un tío abuelo de Harding, era un judío alemán que se exilió en Inglaterra junto con su familia al iniciarse la guerra y se alistó en el ejército británico; Rudolf Höss, entró a formar parte de las SS desde muy pronto haciendo carrera hasta terminar como comandante del campo de Auschwitz.
Harding nos ofrece en este magnífico relato, que adquiere por momentos el estilo y la emoción de un thriller, los momentos fundamentales de la vida de ambos personajes que nos ayudan a entender lo que hicieron y el porqué lo hicieron. Para ello, como decía antes, se sirve de una estructura de capítulos en paralelo alternando ambas historias desde la niñez hasta el final de la guerra. Escrita con un gran ritmo narrativo, con apuntes muy interesantes de cómo fue el exilio de toda una familia judía y de los problemas que se encontraban al llegar a Gran Bretaña y con una también interesante demostración de cómo se ascendía en el escalafón nazi. Cuenta además con el hecho de que deja ver los grises de ambos personajes y no los muestra, como parecería lógico, en ese blanco y negro tan generalizado en estos temas.
Un libro muy entretenido pero mucho más que eso: original en su planteamiento, instructivo sobre la vida en aquellos difíciles momentos y extraordinariamente bien estructurado y narrado (se nota la profesión periodística de su autor). Para un comentario más detallado se puede acudir al siguiente enlace de El País.
 
Thomas Harding, Hanns y Rudolf. El judío alemán y la caza del Kommandant de Auschwitz

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Importante descubrimiento


 
A la hora de adquirir libros suelo utilizar alguno de los siguientes criterios: es de un autor al que sigo habitualmente; está publicado por una editorial cuya línea me gusta; he leído alguna referencia en prensa o escuchado alguna recomendación en la radio o a algún amigo; pertenece a una literatura que o bien me interesa o quiero descubrir; … En este caso, no utilicé ninguno de esos criterios sino otro que rara vez empleo: la portada del libro. La foto de Enquist con ese gesto entre adusto y apesadumbrado, parece que me decía “tengo algo que contarte porque he tenido una vida intensa”.
Cuento lo anterior porque es una forma de manifestar mi desconocimiento de quien, ahora sí que sé,  es uno de los escritores suecos más importantes del siglo pasado y del actual. No tenía ni idea de su existencia a pesar de que tiene varias obras traducidas y publicadas en España y de que es también un autor teatral de los más importantes.
Buscando algo más de información sobre el autor y el libro, he encontrado dos excelentes comentarios: el de Gregorio Morán en La Vanguardia, y el de Javier Rodríguez, acompañado de una entrevista, en El País. Para quien tenga interés, recomiendo la lectura de ambos ya que reflejan perfectamente al personaje y explican muy bien de qué tipo de autor y libro se trata.
Por mi parte, simplemente algún comentario que pueda animar también a su lectura. El libro, por cierto que escrito en tercera persona a pesar de tratarse de una autobiografía, está dividido en tres partes. En la Primera, nos habla de su infancia y juventud en ese norte de Suecia tan lejos de todo y con la compañía exclusiva de su madre -el padre murió a los seis meses de nacer el autor-, que era un persona con un elevado grado de puritanismo y que quería para su hijo el oficio de pastor de la iglesia. En la segunda, cuenta la parte central de su vida: su experiencia como atleta saltador de altura, su adicción a las aspirinas, sus viajes a la RDA, Israel o Estados Unidos, su presencia en los Juegos olímpicos de Múnich, sus primeros pasos en la creación literaria, su relación con la política (con Olof Palme en particular), su trabajo de crítico teatral cuando apenas había visto funciones de teatro,…En fin, la lista es muy larga y aunque lo hasta aquí expuesto parezca un tanto superficial, puedo asegurar que su interés es máximo. La tercera parte la dedica casi exclusivamente a su relación con el alcohol y a sus varios intentos de desintoxicación hasta conseguirlo al fin  a raíz de la escritura de uno de sus libros, La biblioteca del capitán Nemo, que obviamente ya tengo encargado.
Impactante en algunos episodios, emocionante en otros a pesar del aparente distanciamiento del escritor con su personaje, interesante siempre y extraordinariamente bien escrito.
Un libro absolutamente recomendable aunque no se conozca nada del autor ya que esta autobiografía es en sí misma una gran obra literaria. Tiempo habrá para buscar algo más de lo publicado. ¡Ah!, se me olvidaba, el libro tiene 572 páginas.
 
Per Olov Enquist, Otra vida

martes, 8 de septiembre de 2015

Una visión cruda de la guerra




 
Desde septiembre de 1943 y durante un año Lewis formó parte del Cuerpo de Seguridad de Campaña del ejército estadounidense. En este libro  cuenta, en forma de diario, lo que vio de una forma bastante descarnada y sin temor a relatar sucesos no muy favorables para las tropas aliadas. Así, nada más empezar su estancia en Italia comenta:
“Lo que no nos dijo fue que él y los demás oficiales se disponían a retirarse sigilosamente dejando abandonados a sus hombres” (p.20)
“Muchos de los soldados que vemos deambulando por aquí no tienen ni idea de dónde están sus oficiales ni los han visto desde que empezó el contraataque alemán.” (p.21)
Órdenes de no hacer prisioneros alemanes, amas de casa prostituyéndose por unas latas de comida, Battipoglia convertida en el “Guernica italiano”, saqueos de las tropas aliadas sobre todo por parte de los oficiales, corrupción policial, caos y sobornos en la administración de justicia, robos hasta de una locomotora, y un largo etcétera son algunas de las cosas que encuentra en Nápoles y sus alrededores.
También creo que en algún caso se basa más en el rumor que en la información o, al menos, a mí me cuesta creer cosas como: que hubiera un plan para enviar prostitutas contagiadas de sífilis al norte, a la zona controlada por Alemania, para que contagiasen al mayor número posible  de soldados alemanes; o que en un camión de provisiones fuese escondido un soldado quien con una bayoneta cortaba dedos o manos de quien intentara coger algún producto; o que “las tropas coloniales francesas han violado a todas las mujeres de los poblados de…” y más adelante lo generaliza también a niños y ancianos.
Lo anterior no quita que la mayor parte del relato no solo sea totalmente creíble sino que es seguro que se adapta a lo que sucedía en esos días de caos y miseria total.
Lewis lo cuenta todo con un estilo muy periodístico, como se si se tratara de un gran reportaje en el que incluye también aspectos como la religiosidad, sobre todo la devoción por San Gennaro y San Antonio Abad, la erupción del Vesubio que pudo presenciar o el papel que jugaba nada menos que Vito Genovese (el lugarteniente de Al Capone) en la organización del territorio.
Muy entretenido, interesante e iluminador sobre lo que significa la guerra, los desastres que deja tras de sí y las dificultades que se encuentran para recuperar las instituciones y, sobre todo, las personas tras el conflicto. (En este caso, la guerra no había terminado, pero al entrar los aliados sí que había dejado de ser frente de batalla.)
 
 
Norman Lewis, Nápoles 1944. Un oficial del Servicio de Inteligencia en el laberinto italiano

lunes, 7 de septiembre de 2015

ANDAMIO

 
Hace tiempo que no hago un Andamio sobre estos temas por lo que se me acumulan sobre todo las series.
 
Series
 
1864. Serie danesa de carácter histórico. Trata de la guerra con Prusia de ese año. Demasiado premiosa en muchos momentos; parece que le cuesta avanzar. Lo mejor es la acerada crítica que hace al nacionalismo danés de la época.
 
Mad men. Temporada final de esta afamada y espléndida serie. Sorprendente pero verosímil final. Echaremos de menos a varios de sus protagonistas.
 
State of play. Miniserie británica que tiene ya unos años. De hecho en 2009 se hizo un remake en cine. Interesante y muy bien contada e interpretada.
 
The americans. Tercera temporada de una de las series que más me gustan. Además, a medida que avanzan las temporadas la serie mejora y se va centrando más en el análisis de la familia de esos espías soviéticos convertidos en perfectos ciudadanos americanos.
 
Better call Saul. Entretenida y con elementos originales que le da el tener el mismo creador que Breaking Bad. Hay escenas que recuerdan mucho esa serie. No obstante, creo que le falta algo para ser una buena serie.
 
House of Cards. Tercera temporada y, como en el caso de The americans y casi por las mismas razones, mejorando. Ese presidente de los Estados Unidos y la primera dama, resultan algo más que peculiares. Esperando ya la cuarta temporada tras el, quizá lógico, final de esta tercera.
 
Accused. Muy entretenida y variada miniserie británica de seis episodios con un mismo inicio, alguien sale hacia la sala de juicios, pero con historias muy diferentes y muy interesantes.
 
Transparent. Original producción de Amazon. Diez capítulos con una muy particular familia protagonista. Buena comedia.
 
The missing. Miniserie europea de ocho capítulos sobre la desaparición de un niño de 5 años que, para gente que tiene un niño de esa edad –que es mi caso- resulta un poco asfixiante a veces. Está bien construida e interpretada.
 
 
Cine
 
En comparación con la cantidad de series, el número de películas es bajo y, además, sin que tengan tanto interés como las series. Eso sí, la procedencia es enormemente variada.
 
Nuestro último verano en Escocia. Divertida comedia británica con un parte un poco más dramática.
 
Phoenix. Película alemana en la línea del cine alemán que suele venir a nuestras pantallas. Drama interesante y bien interpretado.
 
La profesora de parvulario. Un drama israelí en el que no resulta fácil comprender las actitudes de su protagonista. Tuvo críticas bastante positivas, pero me pareció aburrida y con un guion muy mejorable.
 
Los caballos de Dios. Magnífica película de una cinematografía prácticamente desconocida en España a pesar de la cercanía geográfica como es la marroquí. Muy bien contada la interesante historia.
 
Un día perfecto. Muy buena película española sobre el tema de la guerra (en este caso en los Balcanes en 1995) que tiene, además, bastante sentido del humor a pesar del drama.
 
Mientras seamos jóvenes. Entretenida comedia estadounidense sobre las diferencias generacionales y algo más.
 

domingo, 6 de septiembre de 2015

Artículos interesantes

Hay mucho sobre el niño Aylan y, por supuesto, sobre Cataluña. En este caso la inflación hasta el 27 de septiembre creo que batirá récords. Es difícil en ese bosque encontrar los artículos que más merecen la pena. En mi opinión son estos:
 
Buena reflexión de Josep Ramoneda sobre el tema de la semana. (El País)
 
Editorial inaudito de El País en el que critica un artículo que publica en ese mismo número (llega a decir que no resiste una mínima crítica literaria). Digo que inaudito, por un lado porque es la primera vez que veo algo así y por otro, porque si hiciera eso con otros artículos que publica se le duplicaría el trabajo. (El País)
 
Buen recordatorio de Jesús Maraña. (infolibre.es)

jueves, 3 de septiembre de 2015

Más novela negra irlandesa


 
Hace solo dos días que terminé de leer a Benjamin Black (hay entrada en el blog) y me parecía interesante leer inmediatamente otra novela negra también de un autor irlandés para ver si había puntos de contacto entre ambos.
La verdad es que se trata de dos estilos radicalmente diferentes aunque, eso sí, con una cosa en común: la aparición del tema de los abusos sexuales en la Iglesia irlandesa (muy presente en Kerrigan, le dedica todo un capítulo, y también en  Black, sobre todo en su primera novela ).
A mí me gusta más el estilo de Black en la medida en que da más importancia a los personajes que a la acción; a las relaciones que a la trama propiamente dicha y el desarrollo se va produciendo pausadamente. Este libro de Kerrigan, como queda expresado ya en su título, tiene un ritmo trepidante, muy cinematográfico, de película de acción, sobre todo en dos de las partes en que está dividido.
Entronca con la mejor novela negra en lo que tiene de crítica social como, por ejemplo, en el siguiente fragmento: “En Buenos días, Irlanda estaban acabando de ofrecer una entrevista con el ministro de algún ramo. El ministro no dejaba de repetir que no había alternativa. El entrevistador hizo aparecer en antena a un economista que trabajaba para un banco, el cual comenzó a decir que estaba de acuerdo con el político en que eso era la único que se podía hacer.” (p.327) (Esto me parece haberlo oído en "alguna que otra" ocasión en nuestra radio y televisión.)
Y también se permite en algunos momentos, bien es verdad que pocos, introducir ciertas dosis de humor: “El asesinato ideal es aquel en el que se sabe que la víctima cabreó a alguien, y cuando llega la policía ese alguien está junto al cadáver con un hacha ensangrentada en la mano. Con un poco de suerte, varias personas habrán presenciado lo que ocurrió y alguien habrá descargado un vídeo del asesinato de treinta segundos en YouTube. Cualquier cosa más complicada ya era un dolor de huevos.” (p.145)
Se lee con interés y prácticamente de un tirón porque, además, está construido básicamente con diálogos en los que el autor se manifiesta como un consumado maestro.
Muy entretenida y con el añadido de desarrollarse en los inicios de la crisis económica. Quizá le sobre un poco de violencia y le falte una mejor caracterización de algunos personajes, pero no está mal dentro de su género.
Hay que reconocer que la editorial Sajalín, en su colección Al margen, está publicando un conjunto de autores y de obras muy interesantes.
 
Gene Kerrigan, La furia