“(…) espero haber arrojado luz sobre alguno de los
aspectos positivos de Escandinavia: la confianza, la cohesión social, la
igualdad económica y de género, el racionalismo, la modestia, los sistemas
económicos y políticos equilibrados, etc. En estos momentos, Occidente busca
una alternativa al capitalismo desenfrenado que ha asolado nuestras economías,
un sistema que quizá evite los extremos del socialismo soviético y del
neoliberalismo no regulado estadounidense. En realidad, en lo que a mí
respecta, solo hay un lugar donde fijar la mirada de un modelo ejemplar desde una
perspectiva tanto social como económica, y no es Brasil, Rusia ni China. La
respuesta la tienen los países escandinavos.” (p.462)
“De cara al futuro, los países nórdicos también se
enfrentan a varios desafíos muy serios: población envejecida, estados de
bienestar chirriantes, la integración continuada de las poblaciones inmigrantes
y una desigualdad cada vez mayor. Pero no deja de ser Escandinavia. No deja de
ser el lugar envidiablemente progresista, armonioso, pacífico y rico que es desde hace mucho tiempo.” (p. 461)
Creo que ambos textos del autor en el Epílogo
resumen muy bien cuál es en el fondo su visión de la zona que, desde luego, no
queda bien reflejada en el subtítulo del libro.
Booth es un periodista británico que vive desde hace
años en Dinamarca casado con una danesa. Siempre le ha interesado explicarse el
porqué los países escandinavos tenían tan buena prensa. Para conocerlos mejor
ha ido realizando a lo largo del tiempo viajes a cada uno de ellos en los que,
además de aplicar sus grandes dotes de observación, se ha entrevistado con
expertos de cada país en diferentes
materias desde sociología a antropología, desde economía a filosofía.
Además, ha leído una serie de libros que menciona a
lo largo del texto aunque es una pena que no haya hecho al final un apartado
dedicado a la bibliografía.
Fruto de todo ello es un libro tremendamente
interesante, salpicado de todo tipo de informaciones, anécdotas, chistes,
descripciones de fiestas y de formas de vida, etc., sin que falten tampoco
análisis y valoraciones. En principio, Booth parece el típico liberal británico
pero, como se ve en las frases antes citadas, en el fondo está convencido de
las virtudes de los sistemas que funcionan en los países nórdicos.
En un libro tan extenso, 470 páginas, hay de todo,
pero todo es aprovechable. En algunos momentos te lleva a la sonrisa e incluso
a la risa pues tiene el típico humor y la socarronería británicos que a mí tanto
me gustan, pero unos párrafos más allá te hace pensar y replantearte
algunas ideas preconcebidas. Es capaz
de reírse de casi todo y de tomarse muy en serio también casi todo.
A mí particularmente me ha parecido enormemente
interesante el capítulo que dedica a explicar, y criticar, el modelo sueco
implantado por la socialdemocracia y mantenido durante una gran parte del siglo
XX. Además, contrarresta su propia crítica con la conversación con un
intelectual sueco que defiende el sistema.
Son infinidad las cosas que se podrían decir de este
magnífico ensayo que tiene también muchos elementos de reportaje, pero creo que
lo mejor es animar a la gente a leerlo porque, además, se pasa un buenísimo
rato gracias a la agilidad de Booth para contar las cosas y a su sentido del
humor.
Bernabé Sarabia hace una buena reseña en
elcultural.com.
Antes de terminar creo que es obligado agradecer a
la editorial Capitán Swing la labor
que está haciendo poniendo a nuestra disposición textos tan variados e
interesantes. En este blog hay varias entradas comentando algunos de ellos.
Michael Booth, Gente
casi perfecta. El mito de la utopía escandinava. Traducción Lucía Barahona.
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