No tengo suerte con los libros de
Bauman. Los cojo con ilusión y ganas de aprender y reflexionar, pero los
termino con la sensación de que me he dejado muchas cosas en el camino sin
enterarme bien de qué me estaba diciendo.
En el caso de este libro sobre el arte
de la vida no es que yo buscase lo que se busca en uno de auto ayuda, para eso
me hubiese comprado uno de los muchos que seguro que hay en el mercado, pero sí
un conjunto de ideas algo más articuladas y no tan dispersas como aparecen en
el texto.
El libro se divide en tres capítulos.
En el primero, escribe sobre la felicidad y para ello utiliza multitud de citas
de pensadores como Epicteto, Séneca, Marco Aurelio, Pascal,…que ofrecen un conjunto
de ideas sueltas bastante interesante. En el segundo, Nosotros, los artistas de la vida, tengo que reconocer que me he
perdido en innumerables ocasiones y no he sido capaz de concluir nada. En el
tercero, La elección, me han quedado
muy claras las ideas de Nietzsche sobre la moralidad y bastante las de Emmanuel
Lévinas sobre la responsabilidad.
Bauman elige siempre temas muy
interesantes e importantes, pero tiene la costumbre de introducir multitud de
citas de filósofos, sociólogos, economistas o pensadores sin que logre siempre
articularlas en un discurso bien elaborado o construido. Bueno, al menos esa es
la impresión que yo saco de la lectura de este libro.
Pondré algunos ejemplos. El libro lo
abre y lo cierra con dos referencias a Séneca:
“Vivir felices, todos lo quieren, pero
andan a ciegas tratando de averiguar qué es lo que hace feliz una vida; y hasta
tal punto no es fácil alcanzar la felicidad en la vida que, cuanto más
apresuradamente se dejan llevar hacia ella, tanto más se alejan si se desvían
del camino.” (Cita de Séneca que encabeza la p.7)
Parafraseando esta frase de Séneca
concluye al final del libro que: ”no parece que estemos mucho más cerca de la
luz que los contemporáneos de Séneca. Seguimos “andando a ciegas”. Esto es, en
definitiva, aquello de lo que trata el arte de la vida.” (p. 149)
En otro momento, hablando sobre la
felicidad, cita a Kant:
“La noción de felicidad –declaró- es
un concepto tan impreciso que, aun cuando cada hombre desea conseguir la felicidad,
pese a ello nunca puede decir con precisión de acuerdo consigo mismo lo que
verdaderamente quiera o desee.” (p. 40)
También es interesante esta reflexión
del propio autor:
“Por mucho que uno intente lo
contrario, la vida se vive en compañía de la incertidumbre. Cada decisión será
sin remedio arbitraria; ninguna está libre de riesgos y asegurada contra el
fracaso y futuros arrepentimientos.” (p. 70)
Casi me atrevería a decir que el mejor
resumen de las principales ideas de este texto serían los versos tantas veces citados
de Antonio Machado: “Caminante son tus huellas….Caminante no hay camino, se
hace camino al andar”. Es decir, la felicidad, principal objetivo del arte de
la vida, como proceso permanente de búsqueda sin llegar nunca al final.
Zygmunt Bauman, El arte de la vida. De la vida como obra de arte. Traducción Dolor
Udina.
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