Hace mucho tiempo, años, que no pongo en las entradas temas que no sean
comentarios de libros, películas, series y citas bibliográficas. Antes solía
hacer alguna entrada con las cosas que ponía en las redes. Hoy me apetece volver
a hacerlo. En una situación tan tensa como la que estamos viviendo quiero dejar
constancia de alguna de las cosas que opino aunque sea en la forma un tanto
deslavazada, habitual en ese formato.
A fuer de ser sinceros hay que reconocer que los manifestantes que piden
libertad tienen bastante razón, sobre todo en lo que se refiere a la libertad
de expresión. Los ataques que reciben diariamente de programas de televisión
como los de Ana Rosa Quintana o Susana Griso son muy duros; también Pablo Motos
se ceba a veces con ellos. En La Sexta hay varios colaboradores como Inda,
Claver o Marhuenda que arremeten sin contemplaciones. Me imagino que lo mismo
pasará en 13TV, Libertad Digital o Intereconomía (creo que ahora se llama El
toro o algo así), pero eso no lo puedo confirmar por falta de información
directa.
Por otra parte en la radio es terrible escuchar a gente como Herrera, o la
COPE en general, algunas cosas de Onda Cero y todo lo de esRadio o Radio
Intereconomñía. Por poner solo algunos ejemplos.
De la prensa escrita que se publica en Madrid, la ciudad donde se
manifiestan, estarán horrorizados antes las informaciones de diarios como El
Mundo, La Razón o el ABC. Y de la digital no quiero ni pensar lo que sentirán
al ver las publicaciones de OKDiario, El Español, Periodista digital o El
Independiente por poner solo algunos ejemplos.
Así que sí, efectivamente, tienen razón, la dictadura está muy cerca y hay
una gran presión mediática. Deben seguir con su protesta, deben seguir con sus
cacerolas, con sus banderas constitucionales o no, con sus himnos, etc. hasta
que este gobierno de indocumentados e irresponsables termine cediendo y
abandonando muchas de sus ideas a favor de esos desgraciados que tan mal lo
están pasando por no haber sabido ahorrar en su momento o por aceptar trabajos
tan precarios y poco rentables.
Que sean clasistas Cayetana o Espinosa de los Monteros es normal, lo llevan
en los genes, en Abascal es sobrevenido y no le pega llamar lacayos a los
seguidores de Iglesias. Eso sí, su matonismo sí que resulta muy normal, no sé
si también genético.
Pero no les
llamemos fascistas, no lo son salvo unos pocos. La mayoría son neoliberales, no
quieren que el estado ayude a quien lo necesite, quieren el nacionalcatolicismo
otra vez, son clasistas. Son peores aún, porque sí coinciden en limitar las
libertades.
Para saber si hay
clases sociales basta con ver las imágenes de estos días del barrio de
Salamanca y del de Aluche. Para saber si hay lucha de clases habrá que esperar
un poco más hasta ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Definitivamente se
han quedado con la bandera. Por mí no hay problema, nunca me ha gustado y desde
hace tiempo me provoca un rechazo cada vez mayor. Si, además, la acompañan con
el Cara al sol o el himno de la legión, me produce algo más que rechazo, algo que
se acerca bastante al odio.
(Nací en 1949 y ambos himnos marcaron mi infancia y juventud
en lo malo).
A mí la que me
"hiela el corazón" es esa España monárquica, neoliberal solo en lo
económico, nacional-católica, conservadora, llena de banderas, fomentadora del
odio al diferente, que grita libertad sin saber lo que es, xenófoba,
antifeminista, centralista, monolingüista,..
Menos mal que a su lado hay otra solidaria, que sabe de la importancia que
tiene el papel del estado como redistribuidor de la riqueza y la renta, que
conoce las emigraciones de españoles a Sudamérica y Europa en los primeros años
del siglo pasado y en los años sesenta cuando aquí no había ni para comer, que
defiende los derechos individuales y el derecho a la diferencia, que respeta y
admira la variedad de lenguas que coexisten en partes del estado, que sabe de
la importancia de que las mujeres tengan igualdad no solo de derecho sino de
hecho, que respeta cualquier hecho religioso pero que no le gusta que se le
imponga su moral, que la monarquía le parece algo periclitado y fuera de lugar
sobre todo la restaurada por el dictador en la figura del Emérito, en fin, otra
España que ha estado confinada si no con gusto sí al menos cumpliendo con la
obligación de colaborar a que el maldito virus no se expanda.
A esta sí me apunto. “España de la rabia y de la idea”.
Si el futuro de los contagios depende de algunos grupos de adolescentes, no
habrá que esperar hasta octubre para que haya un rebrote. ¿Educación para la
ciudadanía? Estaría muy bien, pero ya me conformo simplemente con educación.
La estrategia del PSOE y UP, y por tanto del gobierno, parece diseñada por
el matrimonio Arriola-Villalobos. Claro que habrá que cambiar la reforma
laboral, pero ¿no se puede plantear en el momento adecuado y con los apoyos
adecuados o se prefiere ir a por todas para quedarse sin ninguna?
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