Me reconozco como un fiel seguidor
de las películas de Allen; no recuerdo haberme perdido ninguna sobre todo desde
los años ochenta y, sin embargo, me salí del cine cuando fui a ver La última noche de Boris Grushenko en
una de las poquísimas veces que he hecho algo así. En general, la primera época
de Allen es la que menos me interesa y gusta.
Por otra parte, este es el primer
libro que leo de él. Nunca me han llamado la atención sus escritos salvo este y
no por lo que algunos puedan pensar. El tema de su relación con Mia Farrow y de
las denuncias de abusos me interesa más bien poco o nada.
Esta especie de autobiografía, como
lo ha subtitulado en España la editorial que lo publica, me parece bastante
desigual en el tratamiento de los temas y en el interés que puedan despertar en
el lector.
Hay una primera parte típica en
cualquier libro de estas características en el que habla de su infancia y
juventud que me ha parecido interesante y divertida. Luego entra de lleno en sus
inicios en la profesión de escritor de chistes y monólogos para otros que es un
poco tediosa a veces porque cita a multitud de personajes totalmente
desconocidos para un lector no especializado o no norteamericano. Le salva el
que también aquí despliega su gran sentido del humor.
Luego empieza a desarrollar su
carrera cinematográfica película a película con algunas incursiones en su vida
personal en lo que se refiere a su relación con las mujeres. Así, cuenta algo
de sus dos matrimonios, del segundo sobre todo, y de algunas otras relaciones.
A partir de un momento determinado
aparece Mia Farrow y el libro se centra en esa historia a lo largo de más de
cien páginas que, como advertía antes, más allá del carácter autoexculpatorio
que tienen, no me han interesado especialmente sino que, bien al contrario, me
han parecido pesadas y a veces reiterativas aunque comprendo la necesidad de
Allen de dejar las cosas claras, al menos en su versión de lo sucedido.
Luego retoma la narración sobre su
filmografía para volver de nuevo casi al final al tema de los abusos ante las
últimas denuncias que se han presentado contra él.
En palabras muy acertadas que tomo
de la espléndida y completísima reseña
de Manuel Hidalgo en elcultural.com:
“Es, pues, una
narración densa y torrencial, que fluye sin altibajos, aunque interrumpida por
digresiones y saltos atrás y adelante, con muy pocas fechas, con una fuerte
sensación de oralidad compatible con su elaboración literaria, en la que priman
la funcionalidad, la sencillez y el abundante humor, negro en no
pocas ocasiones, y siempre muy reconocible como propio de Allen."
También me ha gustado
mucho este retrato que obtiene de Allen:
"La lectura atenta de
este libro nos deja la percepción de una personalidad todavía más
compleja de la que, entre risas, hemos vislumbrado en sus películas,
la de un tipo asocial, muy solitario, muy metido en su trabajo y en sus cosas,
egoísta, narcisista a su modo, mucho más neurótico de lo previsto, muy inmaduro
emocionalmente y con muy mala cabeza para las relaciones sentimentales, alguien,
en verdad, difícil de llevar.”
(Los subrayados en ambos textos en el original)
Estamos pues ante un
texto de más de 400 páginas que resulta bastante desigual y en el que cada
lector puede encontrar páginas y temas interesantes.
Aparte de alguna cosa
que ya he comentado, también me han llamado la atención algunos aspectos
concretos como: la dureza con la que trata a su madre y en parte a su padre; el
hecho de que la religión, el psicoanálisis y el carácter judío aparecen en muy
pocas ocasiones a pesar de la presencia constante en su cine; muy curiosa es la
lista de autores y libros que no ha leído o de películas que no ha visto,-más
normal es la de sus lecturas; y, finalmente, hablando de dureza, es bastante
brutal lo que cuenta de Farrow en general y sobre todo en relación con la
adopción de Soon-Yi. Desde otro punto de vista, es llamativo lo bien que trata
a la inmensa mayoría de las personas que salen ya sean del mundo del
espectáculo en sus diferentes profesiones o de otros ambientes. Casi todos
salen bien parados de los comentarios de Allen que no sé si es totalmente
sincero siempre.
Creo que es un libro
que no dejará indiferente a ningún lector. Un texto que se lee con gran
facilidad debido seguramente a esa oralidad de la que habla Hidalgo en la
reseña citada y del que, también seguramente, gustarán más unas partes que
otras.
Woody Allen, A propósito de nada. Autobiografía.
Traducción Eduardo Hojman.
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