En esta entrega no hay demasiadas cosas interesantes aunque
sí hay variedad de géneros y procedencias. Mucha producción estadounidense y,
cosa rara, bastante sudamericana. También varias producciones que, no estando
mal, no terminan de cuajar y llegar a lo que prometían.
Películas
El olvido que seremos.
Película de Fernando Trueba con guion de David Trueba basado en el libro del
mismo título de Héctor Abad Faciolince. El libro me gustó muchísimo, la
película menos. Tiene al gran aval de la interpretación de Javier Cámara
creando un personaje que refleja muy bien al padre de la novela/biografía, pero
hay otras interpretaciones, no sé si por el guion, que dejan bastante que
desear y, sobre todo, algunos momentos ya al final que se los podían haber ahorrado
porque quedan muy exagerados. Creo que tienen razón algunos críticos que hablan
de afectación y acartonamiento que lastran un tanto la obra.
Fahrenheit 11/9.
Se me pasó en su momento, 2018, este documental de Michael Moore del que procuro verlo todo porque
siempre aporta cosas interesantes. En este caso el objetivo principal es Donald
Trump, pero también aprovecha para tratar temas que surgen en los días de
realización como pueden ser la situación de la ciudad de Flint o las huelgas de
profesores. Moore se muestra más combativo incluso de lo habitual y con
imágenes e informaciones bastante insólitas. Es para verlo más de una vez.
El efecto Marcus (Los
casos del departamento Q). Una película danesa dentro de la serie dedicada
a las novelas que tienen como protagonista ese departamento de la policía. Es
quizá la más floja de las que recuerdo haber visto aunque siempre tienen su
interés y su entretenimiento. En este caso hay una cierta denuncia del robo
hecho por empresas y gentes de alto nivel de dinero dedicado a la ayuda al
desarrollo.
Series
The White lotus.
Miniserie estadounidense de 6 episodios de casi una hora cada uno. Curiosa
serie por el conjunto de personajes que retrata y por el tipo de fotografía que
utiliza. Comedia, pero con algunos momentos más dramáticos. Buenas
interpretaciones. Bastante entretenida por lo peculiar de los personajes y, eso
sí, con un final que no me ha gustado demasiado.
El Reino. Serie
argentina de 8 episodios con una duración muy variable de 37 a 50 minutos.
Tiene forma de thriller con una fuerte carga crítica hacia determinados
aspectos de la religión y de la política, junto con el tema de los abusos
sexuales a menores, algo que Claudia Piñeiro, una de sus creadoras y
guionistas, ya trató en Catedrales,
su última novela. La serie está bastante bien y tiene momentos brillantes
además de alguna interpretación muy buena, algo habitual en el cine de ese
país. Dejan abierta la posibilidad de otra temporada.
Detrás de sus ojos.
Miniserie británica de 6 episodios de unos 50 minutos. Tiene un buen comienzo
como thriller, pero poco a poco va
decayendo por repetición e inverosimilitud de cosas que van pasando. Como no
quiero hacer spoiler aquí lo dejo. De
todas formas es una serie totalmente prescindible.
Ted Lasso.
Miniserie británica de 10 episodios de menos de 30 minutos. Un entrenador de
fútbol americano es contratado por un pequeño club de fútbol inglés porque su
presidenta quiere que descienda. Una comedia con algunos buenos momentos y con
la peculiaridad de que hay una especie de defensa del fracaso o, al menos, de
que el éxito no es lo único importante. Entretenida.
La directora (The
chair). Miniserie estadounidense de 6 episodios de algo menos de 30
minutos. Una magnífica realización para unos guiones que andan un tanto
despistados. El gran problema de la serie es que no sabe qué camino tomar, si
la comedia un tanto disparatada a veces o el drama. Toca temas interesantes
sobre la universidad, la educación, la familia, la amistad, el envejecimiento,
etc., pero ahí los deja. Ha tenido buenas críticas seguramente por la buena
interpretación de la protagonista.
La Serpiente (The
Serpent). Serie británica de 8 episodios de casi una hora. Está basada en
hechos reales, en concreto en un ladrón y asesino que mataba para robarles a
jóvenes en la India, Nepal y Thailandia en la primera mitad de los años setenta
del siglo pasado. Muy bien contada y, sobre todo, magníficamente ambientada
tanto por la fotografía como por el vestuario. Muy entretenida.
Dom. Serie
brasileña de 8 episodios de una hora cada uno. No es muy habitual encontrar
series de esa procedencia y menos con estos temas. Cuenta la relación entre un
padre que es policía antinarcóticos y un hijo que se dedica a robar y esnifar.
La historia tiene un buen guion y se mueve en varios momentos del tiempo: en
1970 vemos al padre como un joven que se inicia en el trabajo policial; a
mediados de los noventa vemos cómo la relación entre ambos empieza a ser
conflictiva ya que el hijo empieza con la droga y, en lo que es el núcleo de la
serie, en 1999 y 2000, los momentos de mayor tensión porque el hijo ya está
centrado en la delincuencia. En varios capítulos se van alternando los
diferentes momentos. Bien ambientada y muy bien realizada, resulta entretenida
y también interesante.
La conjura contra
América. Miniserie estadounidense de 6 capítulos de casi una hora cada uno.
Está basada en el libro homónimo de Philip Roth, un libro que por cierto no me
gustó cuando lo leí hace ya años. La
serie es muy irregular pues tiene un buen comienzo y un buen final, pero hay un
par de capítulos intermedios que no terminan de arrancar y en los que se repite
demasiadas veces la misma situación. Eso sí, está magníficamente realizada, con
todo el sabor y la ambientación de esos primeros cuarenta; también tiene buenas
interpretaciones y, sin embargo…
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