Suelo comprar todo lo que publica Sánchez-Cuenca y también leer los artículos que voy encontrando en diferentes medios. Me parece que es de los politólogos (en el fondo qué poco me gusta este término) que mejor explican los temas que aborda. Además, suele elegir temas tan controvertidos como, por ejemplo, la “superioridad moral de la izquierda”, la desfachatez de algunos intelectuales o la “cuestión” catalana. Es decir, no tiene miedo a meterse en los charcos si con ello es capaz de esclarecer algunos aspectos de temas tan relevantes como los enunciados.
En este caso, el tema elegido es intentar dar algunos
elementos que expliquen lo que está pasando con el auge de movimientos,
fundamentalmente de extrema derecha, que cuestionan el sistema tal y como ha
estado constituido y tal como ha venido funcionando en los últimos decenios.
El título de los cuatro capítulos en los que ha dividido el
libro puede dar una idea clara de su contenido: El desgaste democrático, El
populismo y sus malentendidos, Los intermediadores de la democracia
representativa y Las transformaciones de la intermediación.
La idea fuerza o, si se prefiere, la tesis del autor es: la
crisis que está afectando a los partidos y a los medios es “la desarticulación
de las instancias intermediadoras".
Para explicarla dedica el primer capítulo a diferenciar la
crisis actual con la del periodo de entreguerras del siglo pasado. Ofrece
también un conjunto de informaciones estadísticas que le llevan a concluir que:
“Los cinco elementos señalados (bajada de la participación, incremento de la
polarización, aumento de la volatilidad, aprehensión sobre el futuro y
descrédito de los partidos) configuran el contexto general en el que se produce
la desorganización de los sistemas de partidos y el ascenso de las nuevas
fuerzas políticas antiestablishment”.
(p 41)
En el segundo capítulo discute el uso del término populismo.
Esto es algo que resulta ya bastante cansino porque aparece en todos los libros
que pretenden analizar la situación actual. Da varias definiciones para,
finalmente, desecharlas todas y quedarse con el término antiestablishment.
El tercero es el capítulo fundamental del libro. En él da
las claves de esos problemas de intermediación en el caso de los partidos que,
de forma muy resumida, serían: el abuso de poder y la corrupción; el
incumplimiento de las promesas realizadas; y la colusión entre los partidos
principales que dejan fuera demandas que cuentan con importante apoyo popular.
Finalmente, en el cuarto, en el que yo esperaba un análisis
similar para el caso de los medios, se centra más en cambios operados con la
digitalización, el avance del individualismo, las diferentes interpretaciones
del concepto de soberanía, etc.
Cierra el libro con un conjunto de diez conclusiones que son
un buen resumen del contenido.
Un texto interesante, sobre todo los dos últimos capítulos,
que pueden ser útiles a la hora de analizar nuestra realidad. Hay que decir que
Sánchez-Cuenca pone multitud de ejemplos que, en su inmensa mayoría, no están
referidos a España lo que anima al lector a intentar ver las similitudes y
diferencias con lo que pasa por aquí.
Hay una interesante y muy completa entrevista de MarcosPinheiro con el autor en eldiario.es en la que aparecen todos los temas tratados
en el libro.
Ignacio Sánchez-Cuenca. El
desorden político. Democracias sin intermediación.
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