Hace unos días volví a ver,
creo que por cuarta vez, el documental Cazadores
de utopías sobre la historia de los Montoneros y también vi por vez primera
el documental y docudrama Norma Arrostito, la Gaby. Es decir que
estaba muy motivado con el tema, algo que me pasa de tanto en tanto, y recordé
que había leído hace tiempo un libro de Caparrós en el que hacía una crítica
bastante fuerte, y por momentos demoledora, de aquellos años. He vuelto a
leerlo.
En el documental mencionado
tiene Caparrós una breve intervención, pues en su día fue dirigente del
movimiento de estudiantes de secundaria, lo que indica que, de alguna manera,
es alguien medianamente representativo de la época. Además, es coautor de una
monumental obra documental, La Voluntad, sobre
los movimientos y los sucesos de los setenta.
El título de este libro
parece tomado del inicio de una instancia oficial, pero a mí se me ocurre que
también se podría asimilar a ese dicho tan castellano de que “cada palo que aguante
su vela”.
Desde luego se trata de un
texto comprometido al máximo, sin miedo a la polémica que seguro que se suscitó
en su país en 2008 que es cuando se publicó,
que critica a tirios y troyanos ya sea su generación, la Iglesia, los
militares o la sociedad argentina en su conjunto. Escribe sobre la tortura, la
violencia, la inseguridad, la venganza (su ausencia), la caída, el sacrificio,
los “mártires”, y un largo etcétera. Es una crítica que tiene muchos elementos
de autocrítica, pero que en mi opinión, hay que ser argentino y tener una
determinada edad para poder comentar, compartir o discutir. Yo tengo algunas
opiniones formadas en mis muchas conversaciones a lo largo de los diferentes
viajes que he hecho al país, pero no creo que sea este el lugar ni el momento
de darlas.
El libro es verdaderamente
muy sugerente. Está muy bien escrito, con un lenguaje muy adaptado a los
diferentes contextos, con un acertado uso de la 1ª y la 3ª persona, con una
mínima trama casi policiaca que simplemente le sirve de pretexto para
introducir algunos temas y salir un poco del carácter casi ensayístico que
tienen la mayor parte de los capítulos del libro.
A continuación dejo una
serie de fragmentos ilustrativos de alguna de las cosas que acabo de comentar:
“Somos una manga de poetas,
una banda de fracasados charlatanes. Nunca supimos hacer nada pero lo hemos
dicho con tanta aplicación –y a veces, incluso, con alguna elegancia. De eso
que no falte: nadie sabe revolcarse en la derrota con la elegancia de nosotros
los argentinos.” (p. 18)
“_ Mirá, muy en síntesis, te diría que es una generación que
entregó todo, que dejó por el camino a su mejor gente pero ahora por fin puede
hacer algo de lo que se propuso.” (p.21) (Esto
lo dice un personaje que es ministro del gobierno peronista y antiguo militante
montonero)
“Es humillante –y triste y
fastidioso_ pensar que “los tiempos felices de mi vida” sucedieron cuando
estaba embarcado en un error tremendo.” (p.92)
“Nuestro Espantoso Error fue
Sobrestimar al Gran Pueblo Argentino Salud.” (p.140)
“Nuestra pretensión era
patética: entregamos todo para salvar a millones de personas que no tenían el
menor interés en que las salváramos.” (p.142)
“A los tibios, a los que
nunca hicieron nada, a la gran masa estúpida, les resulta más fácil recordar
una matanza, la maldad de los malos, el famoso genocidio, que pensar las
complejidades de un enfrentamiento por el poder de definir el modelo social. Y
a nosotros, a mediano plazo, empezó a convenirnos porque nos convirtió de
equivocados en víctimas, de derrotados en víctimas – y no hay papel más
generoso que el de víctimas, (…)” (p.177) (Esta
me parece una de las frases más duras del libro, y seguramente de las que más
polvareda levantaron en su día.)
“Los que murieron no fueron
los mejores –ni los peores. Tuvieron menos suerte. Yo llegué unos pocos minutos
después que la patota. ¿Habría sido mejor –yo, digo, mejor persona, mejor
hombre- si hubiese llegado media hora antes y me hubiesen secuestrado,
torturado, matado como a vos (se refiere
a su esposa desaparecida), si te mataron, y a todos los demás? (p263)
Creo que con lo visto no
hace falta recomendarlo explícitamente.
Dejo dos enlaces: la
excelente reseña que se publicó en 2008 en Página 12 y que tiene por lo tanto
el valor de estar hecha donde sucedió todo, y la del escritor español David Pérez Vega. En ambas se explica muy bien el contenido del libro y en la primera
se discuten algunas posiciones de Caparrós.
Martín Caparrós, A quien corresponda