El libro más famoso de Döblin, Berlin Alexanderplatz, lleva años y años en el estante de libros pendientes de leer; de hecho tengo la edición de 1982 de Bruguera. Cuando hace un par de meses encontré este primer volumen de Noviembre de 1918 me pareció que podía ser bueno para empezar con la lectura de Döblin. Desde luego ha sido un error no sé si fatal. A pesar de la extraordinaria crítica de Guelbenzu y de sus valores literarios que yo no cuestiono, a mí no me ha gustado la obra en su conjunto aunque sí en alguno de los momentos.
La primera parte se compone de un conjunto de escenas o situaciones relacionadas con el final de la guerra y los inicios de la revolución que se desarrollan en Estrasburgo. Apenas hay algún personaje que aparezca lo suficiente como para que podamos hacernos una idea de él.
En la segunda se centra más en algunos personajes pero sin dar ningún protagonismo. Ahora será Berlín quien acompañe a Estrasburgo como telón de fondo de la historia.
En mi opinión, el problema está en que no terminan de estar claros ni los acontecimientos que narra, ni lo que el autor pretende demostrarnos de lo que resulta, a veces, una lectura un tanto tediosa y complicada por la desorganización del propio relato.
Gran decepción para quien, como es mi caso, tiene un gran interés en ese período histórico pues, además, se anuncia la publicación de la trilogía completa sobre ese mes tan crucial en la historia de Alemania y de Europa.
Creo que la solución será leer su libro tanto tiempo pendiente.
Alfred Döblin, Noviembre de 1919. Burgueses y soldados
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