Este
libro surge a raíz de un informe que las autoridades aliadas le pidieron al
autor, prisionero en Buchenwald, sobre el funcionamiento de los campos de
concentración. En unas pocas semanas del año 1945 lo redactó y pidió informes a
una serie de exprisioneros para completarlo. Posteriormente lo reelaboró
incluyendo parte de esos informes y lo publicó al año siguiente en forma de
libro. Algunas de las informaciones se utilizaron en el juicio de Nuremberg. En
1977 se realizó una segunda edición que es la que se ha traducido al castellano.
Todo esto explica alguno de los comentarios que haré a continuación.
Evidentemente,
se trata de un texto muy descriptivo en el que no se ahorran algunos aspectos
muy desagradables aunque no hay, ni mucho menos, regodeo en ellos. De hecho el
autor afirma en la página 291: “(…) aquí me limito, en consideración a los nervios
de los que por suerte sólo tienen que soportar su lectura, a dos ejemplos
finales.”
El tema
son, como indica el subtítulo, los campos de concentración, por lo que quedan
fuera del informe los campos de exterminio salvo alguna breve alusión al de
Auschwitz. En concreto el de Buchenwald es el que utiliza mayoritariamente en
los ejemplos porque, como ya he dicho, Kogon pasó seis años en él. El libro
abarca en sus 500 páginas todos los aspectos que se puedan considerar sobre el
tema; así, desde la organización a los castigos, pasando por el empleo del
tiempo libre o la alimentación, con un amplio apartado dedicado al destino de
los distintos grupos. Además, los tres últimos capítulos son especialmente
interesantes pues los dedica a analizar la psicología de la SS, de los
prisioneros y a las reacciones del pueblo alemán ante los campos (lógicamente,
en un tema tan controvertido, se hacen afirmaciones a veces discutibles).
No hay
que insistir mucho para ver que se trata del trabajo más completo que yo he
visto sobre el particular. Quizá tiene la pega de que está escrito en un estilo
un tanto farragoso a veces y que resulta, también a veces, demasiado prolijo y
detallista, pero desde luego es de indispensable lectura para cualquiera
interesado en ese aspecto de la historia del comportamiento humano que a mí me parece tan apasionante.
Eugen
Kogon, El Estado de la SS. El sistema de
los campos de concentración alemanes