Mostrando entradas con la etiqueta Relatos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Relatos. Mostrar todas las entradas

lunes, 1 de septiembre de 2025

Un Towles irregular

 


Towles, como ya he tenido ocasión de decir al comentar otros dos libros suyos, es un buen escritor y, sobre todo, un gran creador de personajes. Posee una escritura, aunque no me guste especialmente la palabra, elegante independientemente del ambiente en el que desarrolle sus historias.

Este libro se compone de seis relatos y una novela corta (bueno, tiene 230 páginas, pero para lo habitual en el autor sí se puede catalogar así).

Los seis relatos son enormemente variados en los temas que aborda e incluso en algunos aspectos formales. Cinco me han parecido muy logrados y el otro, el último, menos.

Solo mencionaré dos. En el primero, La cola, sitúa la acción nada menos que en la Rusia revolucionaria en la que un joven se da cuenta de que puede hacer un buen negocio haciendo cola para otra persona en las múltiples que se forman para comprar cualquier tipo de producto. Se atisba aquí una crítica al régimen que se estaba implantando en el país, pero el protagonista termina yéndose a vivir a Nueva York lo que aprovecha Towles para criticar también al capitalismo. En El traficante, cuenta la historia de un señor que acudía a los conciertos del Carnegie Hall para, de forma oculta e ilegal, grabarlos y que así los pudiese escuchar su mujer que estaba enferma. Es denunciado por otro asistente que ve cómo lo hace.

Por lo que se refiere a la novela tengo que reconocer que no me ha gustado ni me ha llegado a interesar en ningún momento. Tiene una primera parte un tanto pesada, y cuando quiere introducir algo de acción -la trama tiene algo de novela policiaca-, no solo es demasiado tarde sino que no encaja bien con todo lo anterior.

Eso sí, como decía al principio, el libro está lleno de personajes curiosos e interesantes, de buenos diálogos y de historias originales.

Hay una buena reseña y muy completa de Marc Peig en unligroaldia.blogspot.com.


Amor Towles, Mesa para dos. Traducción Gemma Rovira Ortega.

 

 

domingo, 17 de agosto de 2025

Mucho con poco

 

Hace algo más de un año descubrí a este autor checo que murió bastante joven, a los 43 años, que era periodista deportivo, profesión que dejó por padecer una enfermedad mental aunque, curiosamente, a partir de ese momento escribió sus mejores textos.

En este volumen se recogen nueve relatos, prácticamente todos de carácter autobiográfico, que tienen como gran protagonista al padre de Pavel. Este era judío y comunista. Por lo primero estuvo, junto con dos de sus hijos, prisionero en campos de concentración nazis, pero los tres se salvaron y volvieron. Su madre, sin embargo, era una mujer católica. Ota también se hizo comunista en algún momento, pero de vez en cuando suelta alguna pulla como, por ejemplo, esta: “Se puso el traje más decente que tenía (marrón a rayas) y se prendió de la solapa el flamante distintivo comunista creado por los flamantes comunistas…”. (p. 75)

Evidentemente, las mayores críticas las dirige a la invasión alemana y a los nazis.

Quizá por lo dicho hasta ahora se pueda pensar que estamos ante un texto muy político y nada más lejos de la realidad. El núcleo de los diferentes relatos lo constituyen diferentes momentos de la vida de su padre y, sobre todo, de sus fracasos en los negocios. Eso sí, tratado de una forma entre poética y humorística que, creo, es la clave para que la lectura de este libro resulte tan gratificante y, como se dice en la contraportada, no se trate de un libro triste ni depresivo.

Mencionaré alguno de los trabajos: vendedor de electrodomésticos en Electrolux que cierra al terminar la guerra; monta un negocio de venta de carpas para lo que compra un estanque que el vendedor le envía con solo solo una o crea una empresa para producir tiras atrapamoscas, pero en las que estas no se quedan pegadas, etc.

Nueve relatos en 118 páginas que se leen y disfrutan cada una porque, y esto es quizá lo más importante, Pavel es un gran escritor que dice mucho con muy poco y que demuestra una gran sensibilidad.

Muy recomendable.

 

Ota Pavel, Carpas para la Wehrmacht. Traducción Kepa Uharte.

 

 

 

 

 

 

lunes, 23 de diciembre de 2024

Dos relatos antibelicistas

 


“Dos relatos contra la guerra” es el título con el que se publicaron por primera vez en 1920. Zweig, al igual que el Ferdinand protagonista del primer relato, se había refugiado en Suiza huyendo durante la Primera Guerra Mundial, pero, como afirma Patricio Pron en el Prólogo, no tenía las mismas dudas que él ya que Zweig se oponía radicalmente a la guerra y, sobre todo, como gran defensor de la humanidad, al sacrificio de los hombres por la “patria”.

“Wondrak” es un relato inconcluso aunque creo que la idea fundamental, el antibelicismo, queda bien recogida en lo que dejó escrito.

Los dos están escritos durante el tiempo de la guerra con el estilo característico del autor y su cuidado uso del lenguaje. No obstante, creo que en el primero los diálogos son a veces poco naturales y lo que buscan es fundamentalmente dejar constancia de las ideas.

Reproduzco a continuación unos cuantos fragmentos. En el primero habla Ferdinand y se aprecia que, aunque no esté de acuerdo con la guerra, parece que no le quedará más remedio que acudir a la llamada a filas. En los otros tres es su mujer la que habla y deja de forma clara y rotunda su postura antibelicista que es la que siempre tuvo Zweig.

“(…) Solo conozco un deber que se llama ser un hombre y trabajar. No tengo más patria que la humanidad, ni me enorgullece matar personas, todo eso lo sé, Paula, lo veo tan claro como tú… Pero es que ellos ya se han apoderado de mí, me llaman y sé que, a pesar de todo, de cualquier cosa, acudiré” (Pág. 33)

“Se puede pertenecer a un pueblo, pero cuando los pueblos se vuelven locos, no hay por qué seguirlos” (P. 62)

“Uno no se puede rebajar a arrastrarse cuando es un hombre; ha de decir “no”, ese es el único deber de hoy y no el de dejarse llevar al matadero” (p. 65)

“Solo tiene que saber que es un hombre y querer seguir siéndolo, entonces esas palabras que lo rodean, con las que ahora se quiere cloroformizar a la gente, patria, deber, heroísmo, esas palabras se vuelven pura cháchara, charlatanería que apesta a sangre, a sangre humana caliente, viva. Sé sincero, ¿la patria te parece tan importante como tu vida? ¿aprecias más una provincia que cambia de monarca soberano que tu mano derecha, con la que pintas?” (p.37)

Dos textos interesantes en la mejor tradición de la literatura contra las guerras y con el estilo característico del autor. Recomendables.

 

Stefan Zweig, “Obligación impuesta” y Wondrak”. Traducción Roberto Bravo de la Varga

lunes, 9 de septiembre de 2024

Decepcionante

 

Hace ahora cinco años, bajo el título de Espectacular descubrimiento, hacía una entrada con el comentario de Manual para mujeres de la limpieza, la colección de relatos con la que se dio a conocer la autora en España. Una colección realmente fantástica tanto por los temas que trata como por la forma de abordarlos. Sin embargo, desde entonces no he leído, hasta este, ninguno de los otros libros que han publicado de la autora. No acabo de entender qué me ha pasado porque no es lo habitual cuando me gusta algo de un escritor.

Por desgracia, después de tanto tiempo leo un texto que me ha decepcionado totalmente.

Esta edición la ha preparado un hijo de Lucia, Jeff Berlin, para los lectores en español. El libro consta de cuatro partes claramente diferenciadas. En la primera, reúne una colección de quince relatos, alguno inédito, que incluye el primero que escribió. Viene a continuación un conjunto de seis artículos y ensayos. En la tercera se recogen cinco diarios, de corta extensión, que Berlin redactó en alguno de sus viajes. El libro se cierra con un Apéndice biográfico preparado por el propio Jeff.

Lógicamente lo más interesante deberían de ser los relatos que era la verdadera especialidad de Lucia Berlin. Sin embargo, apenas me han gustado un par de ellos: La doncella, una original reelaboración de un capítulo de un libro, y Vida de Elsa que tiene la garra característica de la autora. En sentido contrario hay uno, Romance, realmente horrible hasta el punto que Jeff comenta al final del mismo que: “Como poco sirvió para demostrar que sus relatos ganaban cuando se nutrían más de su experiencia vital, no cuando menos”. (p. 166) (Esta historia la había creado partiendo exclusivamente de su imaginación, según afirma el propio Jeff)

Saltándome, pues, toda lógica, a mí lo que más me ha interesado, y con mucha diferencia, es el Apéndice biográfico. Me ha parecido que está muy bien elaborado y que resulta muy útil para entender no solo alguno de los relatos de esta edición, sino prácticamente toda su obra dado el carácter autobiográfico de la misma.

Desde luego no me parece un libro recomendable salvo para muy seguidores de Berlin. Quien quiera disfrutar con la escritura de esta interesante autora tiene otros muchísimo mejores.

 

Lucia Berlin, Una nueva vida. Traducción Eugenia Vázquez Nacarino.

 

 

 

 

miércoles, 21 de agosto de 2024

Desigual colección de relatos

 

Han pasado varios años, seis en concreto, desde que conocí a este autor y desde entonces no había vuelto a tener contacto con su obra aunque he comprobado por la solapa que se han publicado varios libros suyos. Su Trilogía sucia de La Habana me gustó a pesar de que el “realismo sucio” al que se le asocia no es una tendencia literaria que me llame especialmente la atención.

En este que ahora comento se publican un conjunto de diecisiete relatos escritos en las décadas de 1950, 1960 y 1970 tal y como dice el propio autor en una nota previa en la q         ue afirma también que: ”Los cambios radicales y vertiginosos que se produjeron en Cuba en esos años trastornaron las vidas de todos, para bien o para mal” (p. 9)

La verdad es que he sido capaz de ver pocos de esos cambios leyendo los relatos. Estos reflejan sobre todo aspectos de la vida cotidiana y creo que están escritos sobre todo en las dos primeras épocas mencionadas. (Por cierto, me parece que un fallo importante de la edición es que no aparece la fecha de escritura y/o publicación de los textos).

De Gutiérrez me interesó mucho de su libro anterior el lenguaje de la calle que, al menos esa impresión he sacado, en este está menos trabajado.

Me han gustado más los últimos relatos. En los anteriores hay varios que no termino de entender del todo. En cualquier caso, todos están muy alejados del “realismo sucio” de la Trilogía.

 

Hay una buena reseña, mucho más favorable que este comentario, de Koldo en unlibroaldia.blogspot.com.


Pedro Juan Gutiérrez, Mecánica popular

 

 

viernes, 12 de abril de 2024

Gran descubrimiento



Una vez más he que comenzar un comentario dando las gracias a la editorial Sajalín por darnos a conocer a un escritor como Dzamonja que se une al club de los Bunker, Offutt, Cook o Ryan, por mencionar solo a aquellos que más me han impresionado. Un club de grandes escritores que tienen además la capacidad de conectar con el lector a través de una gran variedad de temas y registros.

Los 22 relatos que componen este libro no tienen desperdicio ninguno. Se inicia con uno espectacular, Un puente llamado deseo y termina con Sarajevo es mi mejor regalos de cumpleaños, un título que ya lo dice todo. La inmensa mayoría se desarrolla en los Estados Unidos, lugar al que emigró tras ser herido por la metralla de una bomba y del que regresó en 1998, solo tres años antes de su prematuro fallecimiento. Una estancia que no le gustó demasiado, algo que apunta en el magnífico y muy esclarecedor Prólogo Marc Casals, el traductor de la obra:

“Pese a que abundan los golpes de ingenio al clásico estilo sarajevita, el narrador de estos relatos es un ser atormentado: se siente fuera de lugar y lleva una vida que le hace infeliz, deambulando de un lado para otro sin encontrar asidero. Para colmo, es incapaz de mantener una relación funcional con sus hijas debido a su inclinación por la vida bohemia”. (p. 9)

Aparece aquí un tema que es recurrente y sobre el que vuelve en varios relatos: la relación con sus hijas, sobre todo con Nevena, la hija que tuvo en Sarajevo con su primera mujer, y con Vesna, la hija de su relación con una estadounidense.

Habla Casals de atormentado y yo añadiría que también nostálgico. Lo primero porque no le gustaba su vida americana y porque tenía malos recuerdos del conflicto en su país, de lo que deja constancia en fragmentos como los siguientes:

“(Como la mayoría, pensaba que, en los montes que rodean Sarajevo, solo había bandas de saqueadores primitivos y borrachos, en lugar de un ejército organizado que se había puesto como misión liquidarnos a todos)”. (p. 91)

“En un mes y medio de guerra, desquiciados por las ráfagas de artillería y las noches pasadas en sótanos, exhaustos por el hambre y la falta de sueño, atormentados por la incertidumbre, mi mujer y yo nos habíamos transformado en enemigos “. (p. 92)

Ambos fragmentos corresponden al relato titulado El horror sin nombre o… ¿cuándo comenzó?, el único que dedica exclusivamente a hablar de la guerra. Un relato que me ha traído a la memoria cosas que en su día leí en los textos de Ugresic, Karahasan, Jasna Samic o el más reciente de Damir Ovcina.

Atormentado sí, pero también con una gran nostalgia de la vida en el Sarajevo en paz, una vida de la que, por lo que deduzco de lo que comenta Casals en el citado Prólogo, dejó constancia en sus relatos escritos allí. Relatos que, por cierto, espero que Sajalín se anime a publicar.

Para terminar solo me queda recomendar encarecidamente la lectura de este libro. He disfrutado mucho aunque sé también que es un tipo de escritura que hay lectores a los que no les gusta. Se habla de un escritor de culto; una expresión que nunca me ha gustado y que suele tener que ver con un pronto y trágico final. Sea como sea, es un gran creador de historias más allá de que, en su gran mayoría, parece que reflejan su vida, pero sobre todo en un magnífico escritor con un buen dominio del lenguaje y de la construcción de diálogos.

Nota, sin importancia, para la editorial. En el índice se han dejado el relato titulado Taiwan in my mind.

 

Dario Dzamonja, Cartas desde el manicomio. Traducción Marc Casals.

 

 

jueves, 11 de abril de 2024

No es desde luego mi género favorito


Ha pasado poco más de un mes desde que leí mi primer libro de la autora y ya estoy comentando el segundo. Creo que ha sido un grave error. Ya avisaba, comentando el anterior, que no soy un seguidor del género que practica Enríquez. De hecho son los primeros libros que leo del mismo. Digo que ha sido un error porque una taza está bien, pero dos tan seguidas se me han atragantado. Quizá si hubiera dejado pasar algo más tiempo…

En resumidas cuentas: la mayoría de los doce relatos que componen esta edición no me han gustado Hay demasiado gore sobre todo en los primeros: en uno se pudre un cuerpo, a otro le va desapareciendo la cara, un tercero se pone un mioma como “joroba”, otro se va cortando trozos del cuerpo…

Me gustan más sus relatos del otro libro aunque reconozco que también en este suele ser capaz de mantener una cierta tensión en el lector; siempre se está a la espera de por dónde puede continuar la historia; otra cosa es que luego la salida resulte satisfactoria.

Toca algunos temas de la realidad de su país y, desde luego, hace una buena crítica de su clase media, una clase que evade impuestos y predica la violencia frente a los “negros” y la inseguridad reinante.

En esta línea de que aparezca la realidad, me ha gustado mucho el siguiente fragmento por lo que tiene de magnífica síntesis del país:

 

“Nunca habían preguntado qué necesitábamos y habíamos necesitado muchas cosas durante todos los años argentinos de crisis, renacimiento, pérdida, locura, desastre y renacimiento”. (p. 76) (El subrayado es mío)

 

Habrá que dejar pasar más tiempo para enfrentarse de nuevo a las historias creadas por esta autora, alguien que, por cierto, está teniendo un éxito enorme en nuestro país. De hecho sus libros están bien a la vista en las librerías y con muchos ejemplares.

Quien tenga interés en conocer más del libro le remito a la buena reseña de Koldo CF en unlibroaldia.blogspot.com.

 

Mariana Enríquez, Un lugar soleado para gente sombría

domingo, 24 de marzo de 2024

Decepción


Hace más de cuatro años leí el anterior libro que se publicó de la autora. Al releer el comentario que hice en el blog me he encontrado con el siguiente fragmento:

“Algunos de los personajes que aparecen son prototipos para demostrar situaciones más que seres de carne y hueso. Curiosamente, a pesar de tratar un tema tan vital, la forma de hacerlo es bastante desapasionada; da más la impresión de que estamos leyendo un informe sociológico que una historia personal y, además, está escrita de una forma bastante ligera. Solamente el principio y las dos últimas páginas se salen un poco de este esquema”.

Creo que es la primera vez que me pasa que algo que tenía pensado decir en un comentario coincide casi frase a frase con lo dicho en uno anterior. En las notas que suelo tomar había escrito: “Temas actuales e interesantes, pero…” o “No sé qué le falta, pero le falta algo. Quizás vida”

En el libro se recogen ocho relatos escritos entre 2010 y 2020 tal y como dice la autora en una nota final en la que, además, explica de dónde le vino la idea del tema que trata en cada uno. Creo que en esta explicación está la clave para entender la decepción: Cho pretende ejemplificar una serie de comportamientos y para ello crea unos personajes que en muchos casos parecen de cartón piedra, a los que les falta vida, les falta pasión, les falta, en definitiva, ser algo más que ser simplemente un juguete en manos de la escritora para hacer un muestrario sociológico. Por otra parte, si en el libro anterior se aprendían cosas interesantes de Corea del Sur, en este las historias son tan parecidas a lo que pasa en occidente que tampoco tiene esa ventaja. Así sucede con, por ejemplo,  lo que cuenta sobre las residencias de mayores, o los problemas y las luchas internas en las empresas, o los abusos en el colegio.

Eso sí, el libro está escrito con soltura y una prosa que se lee con gran facilidad. Este aspecto hace que se deje leer aunque tengo que reconocer que en varias ocasiones me encontré pensando en otros asuntos mientras lo leía.

La edición de Alfaguara, por otro lado, deja la sensación de que o se ha hecho muy deprisa o sin cuidarla demasiado. He encontrado unas diez erratas. Se lo comuniqué a la editorial en una red social y no obtuve ninguna respuesta.

 

Cho Nam-joo, Lo que sabe la señorita Kim. Traducción Joo Hasun.

 

 

sábado, 16 de marzo de 2024

Buen descubrimiento


Efectivamente, acabo de descubrir como lector a este escritor checo aunque lo conocía por ver otros libros suyos en los estantes de las librerías. No me había animado hasta hace poco a leerlo.

Desde luego se trata de un escritor muy original, al menos en los relatos que se incluyen en este libro, nada menos que veintitrés, todos centrados en el mismo tema: la pesca.

Reproduzco dos fragmentos del Epílogo de Karel Siktanc que expresan muy bien lo que es el libro y la obra de Pavel:

“Leo este último libro acerca de los peces, estos límpidos, cristalinos relatos acerca del ansia humana por la dicha más cotidiana, en medio de buenas gentes, y árboles, y presas, y peces, en medio de una naturaleza primitivamente pletórica y justa…”. (p. 196)

”Era capaz de ver un relato en cualquier cosa fugaz y pasajera. Sin tener que fabular demasiado. Sin tener que preparar por adelantado agudezas retorcidas a cualquier precio” (p. 192) 

Los relatos abarcan un largo periodo de la vida del autor, por cierto muy corta pues murió en 1973 a los 43 años. Así, en los primeros, para mí los mejores del libro, es un niño el que va descubriendo los secretos de la pesca gracias a su padre y a otro señor. Luego, serán sus hermanos los que le acompañarán. Finalmente, lo hará estando ya casado y con hijos.

La pesca aparece unas veces como juego, otras como deporte, pero siempre como gran pasión, Es larga la lista de peces que salen en el libro desde las lucios y las carpas a los barbos, pero también muchos desconocidos, al menos para mí.

Por otro lado, de vez en cuando aparece el contexto con la invasión de Alemania, la guerra o el nuevo régimen, pero solo como una forma de saber en qué época está.

La escritura de Pavel es bastante lírica en algunos momentos y con mucho sentido del humor en otros. De hecho me ha recordado bastante, sobre todo en los primeros relatos, a otro gran escritor también publicado por Sajalín como es Kenneth Cook con un sentido del humor muy parecido y también en relación con la naturaleza y el mundo animal

Un libro que me parece recomendable aunque también es cierto que en algún momento me ha cansado un poco tanta pesca y tantos peces dado que es una actividad que he practicado solo una vez en mi vida y de eso hace más de sesenta años.

En cualquier caso creo que tendré que leer algún otro libro de los que se han traducido del autor.

 

Ota Pavel, Cómo llegué a conocer a los peces. Traducción Patricia Gonzalo de Jesús.

 

 

 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Buen descubrimiento



He tardado en decidirme a leer algo de lo mucho que se está publicando de Enríquez desde que ganó el Premio Herralde de Novela, y eso a pesar de que gente a la que sigo, principalmente en unlibroaldia.blogspot.com, son verdaderos forofos de la escritora argentina. Ha influido en mi retraso el hecho de que escribe en un género, el terror y lo fantástico, al que no soy nada aficionado. Sin embargo, he querido darle una oportunidad y la ha pasado con buena nota.

Se recogen en este libro doce relatos o cuentos (nunca sé hacer esta distinción) que deben de ser buenos ejemplos de la literatura de la autora tanto en los temas como en el estilo.

Hay misterio, desapariciones, asesinatos, autoinmolaciones, fenómenos extraños sin explicar, etc. Todos contados con un gran sentido del ritmo y del suspense. El lector avanza en la lectura sin tener ni idea de lo que se puede encontrar, pero con la tensión de que quiere saberlo. Solo con esto ya basta para darse cuenta de lo bien que lo hace Enríquez. Además, cuida mucho el lenguaje, un lenguaje en el que de vez en cuando aparecen construcciones y expresiones muy típicas de su país.

Por otra parte, aun tratándose de ese género, no evita alusiones a la situación política y social de su país. Reproduzco dos fragmentos que son buen ejemplo de ello:

“La ciudad no tenía grandes asesinos, si se exceptuaban los dictadores, no incluidos en el tour por corrección política”, (p. 87)

“Porque eso hacían los policías del sur, mucho más que proteger a las personas: matar adolescentes, a veces por brutalidad, otras porque los chicos se negaban a “trabajar” para ellos – a robar para ellos o a vender droga que la policía incautaba-. O por traicionarlos. Había mucho y muy ruines motivos para matar a adolescentes pobres”. (p. 157)

Este segundo fragmento me impactó cuando lo leí. Corresponde a un relato titulado Bajo el agua negra, para mí uno de los mejores y más comprometidos del libro, En él critica la situación social de zonas del sur de Buenos Aires capital, en concreto de los aledaños del riachuelo. Cuenta el asesinato por parte de la policía de dos jóvenes. Pues bien, en uno de mis viajes a Argentina asistí durante un día a una concentración bajo el puente de Avellaneda -esa gran población del sur cercana a la capital-, precisamente en protesta por la muerte de dos jóvenes a manos de la policía. Y no era la primera vez que pasaba.

Hay también alusiones al presidente Menem y la época en la que se estableció que un peso valía lo mismo que un dólar, al aborto de chicas jóvenes o al maltrato de las mujeres.

En definitiva, no porque se trate de fenómenos fantásticos o de terror deja de estar presente una realidad tan dura como es a veces la de su país.

Además del relato mencionado, me han gustado especialmente otros dos: Pablito clavó un clavito. Una evocación del Petiso Orejudo y el que cierra el libro y le da título que es realmente impactante.

Me hubiera gustado que cada relato tuviera su fecha de publicación o de cuando fue escrito. Es algo que veo en otras colecciones y suele ser interesante.

En cualquier caso un libro recomendable que, además, me abre el camino para leer alguno más de la autora.

Hay una buena reseña de Francesc Born en el blog mencionado antes.

 

Mariana Enríquez, Las cosas que perdimos en el fuego.

 

lunes, 11 de diciembre de 2023

Después de siete años



Creo que sin temor a equivocarme puedo hacer dos afirmaciones sobre Barrett: que se trata de un autor poco prolífico -hace nueve años que publicó el anterior libro también de relatos-, y que es algo realmente extraño dada la calidad que tienen sus escritos.

En 2016 comenté Glanbeigh que me gustó muchísimo; le había perdido la pista lo que es lógico dado que estaba “desaparecido”.

Son ocho los relatos recogidos en esta nueva recopilación. La mayoría fueron publicados por primera vez en diferentes revistas. Se trata de un conjunto realmente magnífico.  Solo uno de ellos me ha decepcionado un poco y dos me parece que sobresalen sobre una media muy alta. Son los titulados: Quienquiera que seas, adelante y El 10, relato este con el que cierra el volumen.

Hay una gran variedad de temas y de momentos, pero creo que tienen en común algunas cosas: por un lado, todos están muy bien construidos tanto si mantienen el tiempo en el que se desarrollan como si lo alternan; por otra parte, hay una buena creación de personajes, todos pertenecientes a las clases populares y, claro, en muy diferentes situaciones vitales; finalmente, y este creo que es uno de los puntos fuertes de Barrett, hay unos diálogos muy creíbles y que reflejan bien a los distintos personajes.

Puestos a criticar algo sería que quizá en algún momento se la va la mano como por ejemplo en el siguiente fragmento:

“Bobby se fijó en la alquitranada densidad de aquella oscuridad biliosa, en la marca de espuma nacarada que lamía los ladrillos antiguos del canal a medida que el agua descendía hasta los muelles inhóspitos y el hipotético mar que había más allá”. (p.138)

Eso sí, hay que reconocer también que en la página siguiente lo corrige con este otro:

“Bobby estaba convencido de que los mejores poetas habían vivido sus vidas sin perder la furiosa insensatez, el nervio autodestructivo y la maligna ingenuidad de la adolescencia”. (p.139)

En definitiva, un libro que recomiendo lo mismo que el anterior. De nuevo hay que agradecer a una editorial como Sajalín que esté dándonos a conocer a una serie de magníficos escritores irlandeses.

 

Colin Barrett, Morriña. Traducción Ana Crespo.

 

 

viernes, 29 de septiembre de 2023

Otra buena escritora mexicana

 

En los últimos tiempos están apareciendo bastantes libros de escritoras mexicanas, generalmente bastante o muy jóvenes, que resultan muy atractivos tanto por los temas que tratan como, sobre todo, por cómo lo hacen. Son escritoras muy preocupadas por el uso del lenguaje y por reflejar con él a los distintos personajes. Sé que hay gente que habla de una cierta inflación de este tipo de literatura y muestran cierto cansancio. No es mi caso, y  en este blog se pueden encontrar varios comentarios de libros de alguna de estas autoras.

A esa lista hay que añadir a de la Cerda por este magnífico libro de relatos. Se recogen 13 en esta edición. Todos están  narrados en primera persona y todos tienen protagonista femenina aunque, eso sí, muy variada porque hay víctimas y victimarias. Así: una trabajadora en una maquiladora que es violada; una ladrona que termina asesinando a sus víctimas; una madre que mata a su hijo; una transexual; la hija de una narco haciendo su vida normal y hasta una bruja, por poner solo algunos ejemplos.

Esa idea de que haya varias victimarias lo explica muy bien la autora en una interesante entrevista con Jair Ortega publicada en gatopardo.com. En esta entrevista explica también cuál es el origen de los relatos y cómo de un núcleo inicial de cinco fueron creciendo hasta llegar a los trece del libro.

Sus mujeres protagonistas pertenecen en su inmensa mayoría a las clases populares y alguna hay también de clase alta; lo que no hay es ninguna representante de la clase media, una decisión que la autora explica porque estas ya suelen ser las principales protagonistas de las obras de ficción.

Como ya decía antes, uno de los principales aciertos del libro es la adaptación del lenguaje al personaje. Tanto se adapta que hay por ejemplo un relato, Dios no hizo el paro, protagonizado por una ladrona lumpen, que me ha costado muchísimo seguir y en el que hay párrafos de los que no he entendido prácticamente nada. Junto al lenguaje quisiera destacar la sensibilidad de la autora que se manifiesta en muchos momentos y protagonistas, pero que a mí me ha llegado sobre todo en el tratamiento de dos jóvenes madres de 13 y 14 años.

Hay, como no podía ser menos, bastante crítica social, política, cultural, etc. Un ejemplo en el que se hace muy explícita:

 

“El gobierno lo llamó “saneamiento del centro histórico”; la mera verdad es que nos querían correr por feos y pobres. Y uno, aunque pobre y de tez humilde, tiene derecho a la vivienda”. (p. 35)

 

Finalmente, y como es bastante habitual en libros de relatos, hay varios que se relacionan entre sí y alguno que se convierte en la continuación de otro anterior.

Un libro que me parece muy recomendable, salvo para los que estén ya cansados de este tipo de literatura, y una autora a la que habrá que seguir porque parece que ya está escribiendo una novela.

 

Dahlia de la Cerda, Perras de reserva.

martes, 5 de septiembre de 2023

Inclasificable pero hermoso


Debo la lectura de este libro a la recomendación de mi mujer que me habló de él como de un “libro bonito” y que, además,  conoce bien mi experiencia de la paternidad. He leído la mayoría de lo publicado por Zambra; me encantaron dos libros, pero hay otros dos que me defraudaron, precisamente los dos últimos que leí, por eso me mostraba reacio a este que tenía la pinta de ser algo “rarito”. Craso error.

Zambra nos ha regalado a todos, pero sobre todo a los padres, más aún a los que lo hemos sido más o menos recientemente y, ya en el colmo de los colmos,  a los que, como es mi caso, lo hemos sido a una edad que no es la habitual, nos ha regalado decía un libro muy hermoso, un texto en el que nos podemos ver reflejados en muchas de sus descripciones y reflexiones. También, en otra faceta muy interesante del libro, podemos hacerlo como hijos pues también hay textos desde esa perspectiva.

El libro está dividido en dos partes. En la primera se recogen textos que van desde una especie de diario de diferentes momentos del primer año de vida de Silvestre, que así se llama su hijo, hasta una larga reflexión sobre la lectura en un capítulo, Francés para principiantes, que me parece de lo mejor y más emotivo del libro. La segunda se centra más en una serie de relatos donde aparece también varias veces la figura del padre vista desde el hijo.

Lógicamente hay mucho de autobiográfico, pero también hay ficción si bien me atrevería a decir que también con muchos elementos de la biografía del autor.

Se me ocurren muchas reflexiones sobre un texto tan variado y con un tema que me afecta tanto personalmente (he sido padre por primera vez a los sesenta años; mi hijo tiene ahora 13), pero me apetece más que sean las palabras del propio Zambra las que lo hagan. He seleccionado tres fragmentos muy ilustrativos:

 

“Ahora, a los cuarenta y dos años, la paternidad ha sido para mí una verdadera fiesta. (…) Pero si tuviera que resumir estos ciento cincuenta y tantos días en una frase breve, mi telegrama diría: lo estoy pasando muy bien”. (p. 21)

 

“Toda persona que haya criado un hijo sabe que en muchas ocasiones la palabra felicidad inexplicablemente rima con la palabra lumbago”. (p. 24)

 (Esto, que  lo dice a los 226 días, yo lo firmaría desde el primero porque, además, estoy operado de hernia discal en la quinta lumbar)

 

“El diente que le sale es el que perdemos; el centímetro que aumenta, el que nos empequeñecemos; las luces que adquiere, las que en nosotros se extinguen; lo que aprende, lo que olvidamos; y el año que suma, el que se nos sustrae”. (p. 15)

(Cita de Julio Ramón Ribeyro que vista desde mi perspectiva no puede ser más acertada y cercana)

 

Creo que estos fragmentos resumen muy bien algunos de los muchos aspectos que tiene la paternidad. Por suerte, Zambra solo habla, solo puede hacerlo en estos momentos, de esos primeros años porque a partir de cierta edad la cosa se complica bastante, pero eso es otro tema y sería objeto de un libro diferente.

Hablaba antes de un capítulo que el autor dedica a la lectura que me ha gustado mucho a pesar de que en mi caso ha sido mi mujer la principal encargada de leer los libros a mi hijo. En él hay también alguna reflexión que me ha llamado la atención como lector empedernido que soy. Así:

 

“La literatura silenciosa es en cierto modo una conquista; quienes leemos en silencio y en soledad aprendemos justamente, a estar solos, o mejor dicho reconquistamos una soledad menos agresiva, una soledad vaciada de angustia; nos sentimos poblados, multiplicados, acompañados mientras leemos en silenciosa soledad sonora”. (p. 60)

 

Un libro recomendable para todo el mundo, pero creo que imprescindible para quienes tengan más o menos reciente la paternidad. Un texto sincero, hermoso, emotivo; escrito por alguien sensible como demuestra bien en los relatos de ¿ficción? de la segunda parte. En fin, un libro que como padre agradezco a Zambra y como marido a mi mujer por su acertada recomendación

Hay una interesante entrevista con de Jose Durán Rodríguez con el autor en elsaltodiario.com.

 

Alejandro  Zambra, Literatura infantil.

 

 

miércoles, 30 de agosto de 2023

Buena colección de cuentos



Esta escritora rosarina ha sido uno de mis grandes descubrimientos de este año.  Ya en el primer trimestre leí las dos novelas que la editorial Las afueras había publicado. Me impactaron por la gran fuerza narrativa que tienen y los temas tan poco habituales que trata. Por lo que se dice en la solapa de sus libros son varias las publicaciones de cuentos previas a sus novelas y, precisamente, hoy comento una de ellas, no sé si la última, pero sí la que se acaba de editar en España por la misma editorial.

No era muy aficionado a la lectura de cuentos o de relatos, pero es cierto que hace ya tiempo que poco a poco me he ido aficionando y ahora leo de vez en cuando alguna colección generalmente de escritores que me gustan por sus novelas.

Este es uno de esos casos. En esta edición se recogen cinco cuentos (no sé diferenciar bien el cuento del relato, pero eso no importa demasiado) todos con protagonistas femeninos. En todos se aprecian algunos aspectos del estilo de Travacio: las frases cortas e incluso muy cortas o esa tensión sobre qué está realmente pasando y, sobre todo, qué puede llegar a pasar. Más de uno de estos cuentos yo los catalogaría como de suspense.

Se abre el libro con un relato sobre una mala relación madre/hija; en el siguiente a una mujer le ha desaparecido el marido; y en los tres restantes hay un personaje que aparece en todos aunque no sea la protagonista nada más que en el primero cuando, tras enviudar, las amigas la animan a tener una relación romántica que tendrá un sorprendente final (algo que, por otra parte, sucede en otros también); en el cuarto reaparece también Elena, la mujer cuyo marido desapareció, en un cuento que se desarrolla en una isla del Tigre, algo que me ha traído muchos recuerdos de cuando estuve por allí; el último me ha parecido algo farragoso y me ha gustado menos.

En fin, mejor no contar más del contenido, pero sí insistir en la magnífica capacidad narrativa que tiene esta escritora que termina ejerciendo una cierta capacidad hipnótica sobre el lector. Creo que esto tiene mucho que ver con el planteamiento de cada relato y con la buena utilización tanto de la tercera persona como del monólogo, así como de un lenguaje muy cuidado y adecuado a cada personaje.

Hay buenas reseñas en dos medios argentinos: la de Verónica Boix en lanacion.com.ar y la de Inés Hayes en pagina12.com.ar.

 

Mariana Travacio, Me verás caer.

 

 

 

 

martes, 9 de mayo de 2023

Cinco relatos



Claudel ha aparecido en numerosas ocasiones en el blog ya que he leído prácticamente todo lo que se ha traducido de su obra y solo ha habido un libro que me haya decepcionado.

En este caso se publican cinco relatos, tres de ellos inéditos, de los que el autor, en una nota final titulada Al lector, afirma: 

“Todos relatan fragmentos de vidas en un mismo siglo y una misma geografía, y en cada uno de ellos descubrimos poco a poco resonancias que, en virtud del azar o de las coincidencias, lo relacionan con los demás somera o profundamente”. (p. 140)

Resumiendo mucho diría que los temas que tratan serían: La historia de la huida  de un soldado alemán que era vigilante en un campo de concentración. Un señor de 90 años rememora sus inicios en el sexo. Una joven cuida de un anciano en una residencia cinco años después de la reunificación alemana.  La historia de un pintor que existió realmente, pero que el autor reinventa sobre algunos elementos reales. Una niña judía se salva de la muerte y sale de una fosa común siendo recogida por una mujer.

Estos relatos tienen en común que se desarrollan en Alemania y que en todos en algún momento aparece un personaje llamado Viktor aunque no se trata de la misma persona.

En un fragmento de la crítica de Le Monde que la editorial reproduce en la solapa, se dice: “Una intrigante galería narrativa en la que todos los personajes tienen huellas, cicatrices o estigmas de una violencia apenas consciente…”.

Efectivamente, otra cosa que tienen también en común, de una u otra forma, es esa cierta intriga (no se sabe por dónde va a seguir, y/o concluir, la historia que se nos cuenta) y la violencia que no suele ser explícita, pero que sí suele estar detrás de lo que sucede en algún momento en cada relato.

A todo esto hay que añadir la buena escritura de la que siempre hace gala el autor. En este caso, además, utiliza diferentes estilos según el relato.

Por todo ello, es recomendable la lectura si bien me parece menos interesante que bastantes de sus anteriores libros.

Desde otro punto de vista, me ha gustado la metáfora sobre la muerte que emplea el señor de 90 años:

“A mi edad no te mueres de golpe. Eres como una casa a la que le cierran los postigos, la vacían poco a poco de sus  muebles, le cortan primero el  gas, luego el agua y  por fin la luz, para acabar cerrándole la puerta definitivamente y tirando la llave”. (p. 33)

 

Philippe Claudel, Fantasía alemana. Traducción José Antonio Soriano Marco.

 

 

viernes, 26 de agosto de 2022

El inicio de una buena carrera



Continúo con este cuarto libro la desordenada lectura de la obra de este excelente escritor estadounidense. En este caso se trata del primer libro que publicó, en concreto en 1992, cuando tenía treinta y pocos años. En un interesante Epílogo explica muy bien el contexto del momento de sus inicios en la escritura y más en concreto el de estos relatos. En él afirma:

“Mi objetivo era brindar un libro a la gente de casa, un libro sobre “nosotros”, no sobre “ellos”, un libro en el que los lectores de las montañas pudiesen por fin reconocer su cultura sobre el papel, con un lenguaje que pudiesen entender, sin condescendencia”. (p. 176)

No tengo ni idea de si se cumplió ese deseo, lo que sí puedo decir es que alguien tan alejado como yo de esa cultura y de ese espacio ha disfrutado, y de qué manera, leyéndolos.

Por lo que voy conociendo de la obra de Offutt, hay varios elementos que están siempre presentes: por un lado, el espacio en el que se desarrollan que se corresponde con el lugar en el que nació y vivió de joven el autor; una zona de los Apalaches que en su día fue zona minera y en la que hay extensos y profundos bosques, de ahí la permanente presencia e importancia de la naturaleza y, por otro lado, la magnífica creación de personajes que con unos pocos rasgos se hacen perfectamente reconocibles. Personajes típicos del lugar que seguramente se identifican muy bien con ese “nosotros”. En los nueve relatos que contiene este libro hay una buena muestra de ello, desde un niño narrador en el que quizá sea el mejor del libro, Blue Lick, hasta un abuelo, pasando por el resto de las edades; eso sí, mayoritariamente personajes masculinos.

Hay también bastante pobreza, pero llevada siempre de forma digna. En varios aparece mencionada VISTA, un programa antipobreza creado en 1964. Y también muchas alusiones a las serpientes, dando la impresión de que se trata de una de las pesadillas del autor.

Diálogos creíbles; una partida de póker magníficamente narrada; la recreación de la reproducción de una cinta grabada unos años antes que es tremendamente visual; la aparición de los Melungeon, ese extraño grupo humano que luego utilizará en otros relatos, o la historia de una especie de embrujo, todo ello y más forman este pequeño mundo del que, por cierto, Offutt nos ofrece un mapa en el que están los diferentes lugares en los que se desarrollan las historias.

Del autor ya he leído dos libros de relatos, una novela y uno de sus libros de memorias, todos espléndidos y lo mejor es que aún me quedan varios.

Hay una reseña muy buena y completa de Juan G.B. en unlibroaldia.com

 

Chris Offutt, Kentucky seco. Traducción Javier Lucini.