Hace ya siete años que autoedité Gracias a todos en el que recogía la
mayoría de las citas que había ido recopilando hasta entonces. En este tiempo
he seguido con mi vieja costumbre y he pensado que sería una buena idea
publicarlas en el blog organizadas por temas, con algún comentario si se
tercia, tal y como hice en el libro.
Nación,
nacionalismo, patria.
Había que ser un
completo idiota, y más que eso, para caminar por campos minados y creer que lo
hacía por la nación, a la que nunca conocí personalmente.
Yoram
Kaniuk, 1948
Al himno estadounidense
siguió La Marsellesa y yo puse
ostensiblemente los pies sobre la mesa. Un joven se acercó y me dijo en inglés
que aquella actitud era abominable. Yo le contesté que nada parecía tan
abominable como los himnos nacionales.
Luis Buñuel, Mi último suspiro
El odio no era nada
personal, era estructural. Las personas ya no tenían rostro, no tenían ojos, no
tenían nombre ni profesiones; se habían convertido en azerbaiyanos, armenios,
georgianos y rusos. Las personas que se conocían de toda la vida olvidaron
cuanto sabían de los demás. Solo quedó la presunta nacionalidad.
Olga Grjasnowa, A los rusos les gustan los abedules
“Una nación (…) es un
grupo de personas unidas por un error común acerca de sus antepasados y una
aversión común a sus vecinos”
Karl Deutsch citado en
Gilad Atzmon, La identidad errante
“Una nación es un grupo de personas unidas por un
error compartido sobre su ascendencia y un desagrado compartido sobre sus
vecinos.”
Karl Deutsch citado en
Ramón Lobo, Todos
náufragos
(..) mi vocación es la de
un cosmopolita y un apátrida, que siempre detestó el nacionalismo y que, desde
joven, creyó que, si no había manera de disolver las fronteras y sacudirse la
etiqueta de una nacionalidad, esta debería ser elegida, no impuesta. Detesto el
nacionalismo, que me parece una de las aberraciones humanas que más sangre ha
hecho correr, y también sé que el patriotismo, como escribió el doctor Johnson,
puede ser “el último refugio del canalla”.
Mario Vargas Llosa, El pez en el agua
Hablando ya sin rodeos
y con claridad del “propio país”: existe
un país en que nací, cuyo ciudadano soy y, sobre todo, en cuya maravillosa
lengua hablo, leo y escribo mis libros; sin embargo, este país jamás ha sido
mío; más bien, yo he sido suyo, y durante cuatro décadas demostró ser mucho más
cárcel que hogar.
Imre Kertész, Un instante de silencio en el paredón. El
holocausto como cultura
En nuestro mundo
moderno – o postmoderno- las fronteras no parecen transcurrir tanto entre
grupos étnicos, naciones o confesiones, cuanto entre concepciones del mundo y
actitudes ante el mundo, entre razón y fanatismo, entre paciencia e histeria,
entre creatividad y deseo aniquilador de poder.
Imre Kertész, Un instante de silencio en el paredón. El
holocausto como cultura
Pero aún sigo convencido de que es preciso tener
compatriotas en las calles de pueblos y ciudades, si se quiere gozar a fondo de
los compatriotas espirituales, y de que un internacionalismo cultural sólo
puede crecer pujante sobre el terruño de la seguridad nacional.
Jean Améry, Más
allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la
violencia
Digámoslo una vez más con toda claridad: no existen
“nuevas patrias”. La patria es la tierra de la infancia y de la juventud. Quien
la ha perdido, se convierte en un errabundo, por más que en el extranjero haya
aprendido a no tambalearse como un borracho y a hollar el suelo sin temor.
Jean Améry, Más
allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la
violencia
El
nacionalismo siempre es una “enfermedad de la nación”. ¿Qué quiere decir esto?
Que la nación convertida en ideología de combate, en identidad agresiva, es una
desviación patológica del sentimiento de pertenencia nacional.
Sami
Naïr, El desengaño europeo
“Apenas
importa saber si ese nacionalismo es la expresión de una nación real o
imaginaria. El nacionalismo es una pasión, decidida a crear la entidad que
invoca”
Raymond
Aron citado en
Tony
Judt, El peso de la responsabilidad
El amor a
la patria, el arrodillarse y todas esas cosas tan empalagosas. ¿Quiere saber mi
opinión? La patria está donde nos encontramos bien. Esa es mi opinión. No
existe otra patria.
Knut
Hamsun, Por senderos que la maleza oculta
“Por supuesto, dijo Z., “toda nación necesita
relatos fantásticos sobre los que edificar su historia. El templo destruido, la
doncella en la hoguera, la batalla de Kosovo, los partisanos en los bosques…,
para eso, el colectivo no necesita ningún novelista. Pasando por alto los
hechos, la nación se inventa lo que le viene bien y se lo cree. En vano
intentan arqueólogos e historiadores sacarla de su error.”
H.M. Enzensberger,
Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
Nací en un planeta, no en un país. Sí, claro,
también nací en un país, en una ciudad, en una comunidad, en una familia, en
una maternidad, en una cama,… Pero lo único importante, para mí y para todos
los seres humanos, es el hecho de haber venido al mundo. ¡Al mundo! Nacer es
venir al mundo, y no en tal o cual país, ni en tal o cual casa.
Amin Maalouf, Los
desorientados
En estos últimos años he pensado mucho en la
legitimidad del sentimiento nacional. En la era del átomo, la radio y el avión,
quizá no sea más que una hermosa idea fantasmal. Es posible. Sin embargo, hasta
que llegue la hora de las grandes uniones nacionales, más allá de razas y
lenguas, todos tenemos derecho a ella, aunque se hayan superado los pasos
fronterizos entre naciones. Lo que vemos hoy en día es la expresión más
repugnante del sentimiento nacional: el nacionalismo imperialista.
(…)
Así pues, mientras la humanidad no logre realizar
los ideales de una coexistencia social supranacional, creo tener derecho a
aferrarme a la idea de la nación húngara.
Sándor Márai, Lo
que no quise decir
Uno puede sentirse en casa en todas partes. Dadme
una mesa de trabajo y ya tengo mi patria. No creo ni en el pasaporte –cosa ridícula-
ni en la bandera. Creo profundamente en el privilegio del encuentro con lo nuevo.
George Steiner, Un
largo sábado. Conversaciones con Laure Adler
La nacionalidad es una reducción de la humanidad:
una legitimación de cierto egoísmo. Si se acepta que tengo que ser más
solidario con el grupo de los que tienen el mismo documento que yo, el
principio de exclusión ya está sentado. Quien excluye a los de otro país puede,
por el mismo procedimiento, excluir sin mucha dificultad a los de otra
provincia, otra religión, otra elección sexual, otra raza, otras nociones sobre
el consumo de gaseosas en el desayuno.
Martín Caparrós, El
hambre
El nacionalismo lo corrompe todo. Es el mal que
coloca una única patria por encima de todas las demás. Nos involucramos de
lleno en las necedades que cometen nuestras naciones. En el patriotismo. ¿De
qué nos sirve ser honrados y bienintencionados si encima de nosotros hay un
puñado de personas que no quieren serlo? Ellos miran las banderas extranjeras
con la hostilidad del toro que se abalanza contra la tela roja. Tenemos que
romper con el patriotismo. ¡Al diablo con las naciones!
Stefan Zweig, Clarissa
No hay nada más estrecho de miras que el chovinismo
o el racismo. A mí todos los seres humanos me resultan iguales. Papanatas los
hay por todas partes y a todos los desprecio por igual. ¡Nada de mezquinos
prejuicios!
Karl Kraus, Dichos
y contradichos
La religión, la moral y el patriotismo son
sentimientos que solo se manifiestan cuando son ofendidos. El lenguaje cotidiano, según el cual a alguien muy susceptible “le gusta” ofenderse,
tiene razón. Aquellos sentimientos no aman nada tanto como su agravio y se
animan poderosamente al quejarse del ateo, del inmoral y del apátrida. El gesto
de quitarse el sombrero ante la custodia no los satisface tanto como
arrancárselo de la cabeza al disidente o miope.
Karl Kraus, Dichos
y contradichos
El nacionalismo es el amor que me une a los
estúpidos de mi país, a los que ultrajan mis costumbres y a los que violan mi
lengua.
Karl Kraus, Dichos
y contradichos
No hay Estado no nacionalista, en la medida en que
para existir ha tenido que inventar un pueblo y las condiciones (territoriales,
jurídicas, culturales…) incuestionables de su unidad y las medidas para
defenderla. Cuando alguien denuncia el nacionalismo, tiene que estar dispuesto
a asumir las consecuencias últimas de su crítica y aceptar que se puedan
cuestionar, también, las condiciones de existencia que aseguran la unidad de su
propio estado.
Marina Garcés, Ciudad
princesa
Reaccionarios y conservadores, al promulgar el
nacionalismo, aspiran a destruir y erradicar lo que las personas comparten a nivel
profundo. Al afirmar la supremacía del carácter nacional, el nacionalismo
reaccionario reconoce sólo lo superficial, lo común de la vida de la nación, y
destruye lo profundo que es propio de los seres humanos.
Vasili Grossman, Que
el bien os acompañe
Sencillamente, es raro oír hablar a un progresista
de la patria. El concepto de patriotismo se considera conservador por varios
motivos.
Luis Arroyo, Frases
como puños. El lenguaje y las ideas progresistas
Hace apenas cien años
que los cristianos del Líbano decían de buen grado que eran sirios, los sirios
andaban mirando hacia La Meca para buscarse rey, los judíos de Tierra Santa se
proclamaban palestinos… Y, Botros, mi abuelo, se decía ciudadano otomano. Aún
no existía ninguno de los Estados del actual Oriente Próximo, ni siquiera se
había inventado el nombre de esa comarca; solía decirse: la Turquía de Asia.
Desde aquellos tiempos,
mucha gente ha muerto por patrias supuestamente eternas; y otra mucha morirá
mañana.
Amin Maalouf, Orígenes
Los cambios de régimen
y nuevos nacionalismos han creado un número inauditamente elevado de estados
cuyos políticos necesitan de una tradición histórica pública o una historia
nueva y útil para fines patrióticos. Esto resulta especialmente obvio en los
estados recién independizados, algunos de los cuales han sido fundados y
dirigidos, de hecho, por historiadores profesionales o, mejor dicho,
predicadores de un mito nacional; por ejemplo, Croacia y Georgia.
Eric Hobsbwam, Un tiempo de rupturas. Sociedad y cultura en
el siglo XX
A los árboles no les
queda más remedio que resignarse, necesitan tener raíces; los hombre, no.
Respiramos la luz, codiciamos el cielo, y cuando nos hundimos en la tierra es
para pudrirnos. La savia del suelo natal no nos entra por los pies para subirnos
hasta la cabeza, los pies sólo nos sirven para andar.
Amin Maalouf, Orígenes
La frase: “Estoy orgulloso de ser
alemán”, o esta otra: “Estoy orgulloso de ser judío”, me suenan a la misma
insensatez que si alguien dijera: “Estoy orgulloso de tener los ojos castaños.”
Ernst Toller, Una juventud en Alemania
Como
ya pasaba en el libro, este es uno de los temas sobre el que más citas hay. La
razón es muy clara: soy un antinacionalista racional y visceral. La casi
totalidad de las citas están en contra del nacionalismo. Sin embargo, he de
decir que en el reciente proceso catalán me he manifestado más de una vez por
el reconocimiento de su derecho a la secesión e incluso he deseado que esta se
produjese. Hay más de una razón que lo explica; aquí solo mencionaré la que
tiene que ver con el epígrafe: siendo antinacionalista, lo soy de cualquier
nacionalismo y, por lo tanto, también del español, con lo que no entiendo por
qué otro territorio no puede constituirse en estado si así lo deciden sus habitantes. ¿Quién ha
decidido que en España solo hay una nación?
La
relación que hace Kaniuk entre nación y guerra es muy típica de los
antinacionalistas, (y muy acertada).
De
acuerdo con Buñuel. Además, suelen ser horribles musicalmente hablando.
De
Vargas Llosa ya puse muchas citas en el libro. Últimamente al enfrentarse al nacionalismo
catalán, que indicaría coherencia con su pensamiento de siempre, lo hace
apoyando a los nacionalistas españoles, lo que ya no es tan coherente.
Firmo
lo de Kertész. Es una parte importante de mi vida. La segunda del mismo autor,
aunque no hable exactamente del nacionalismo, me parece muy clarividente.
Améry
ofrece una visión más sentimental y culturalista. En la misma línea que Márai
un poco después.
La
historia como “partera” de la patria o la nación es otro gran clásico. Aquí hay
más de un ejemplo.
Kraus,
en las tres citas, tan directo y rotundo como siempre.
La
cita de Marina Garcés lleva directamente a preguntas como: ¿Puede haber nación
sin nacionalismo? ¿Y estado sin una única nación?
Se
ve que Pablo Iglesias ha debido de leer a Luis Arroyo porque últimamente
utiliza mucho lo del patriotismo y la patria. A mí me siguen rechinando ambas
palabras; el franquismo nos vacunó a muchos para toda la vida.
Cuánta
sabiduría hay en las citas de Maalouf.