Lógicamente, el tema estrella es la convocatoria del referéndum por el gobierno griego aunque la mayoría hablan mucho de economía, eso sí, sin explicar qué supondría para Grecia la salida del euro a medio plazo (seguramente más `positiva que la permanencia en las condiciones que le impone "Europa"), y casi nada de política y democracia y participación popular.
Artículo de Jürgen Habermas con la típica posición centrista, típica de la "tercera vía", en el asunto de Grecia. A mí me parece que ya hay que empezar a tomar partido, "partido hasta mancharse". ( El País)
Xavier Vidal-Folch "aconseja" moderación a las autoridades europeas ante la falta de Racionalidad del gobierno griego y las posibles consecuencias para el resto. ¡Qué comprensivo se muestra don Xavier!. (El País)
Íñigo Sáenz de Ugarte trata el tema griego de una forma un poco más mesurada, pero... (eldiario.es)
Rosa Páez me parece que al menos da un enfoque distinto al asunto del referéndum. (eldiario.es)
Bien Soledad Gallego tratando el tema de los ERE. Alguna de sus reflexiones creo que se podría aplicar a los GAL y al señor X; de hecho me parece que con más razón aún. (El País)
Uno más de los millones de blogs,¿ por qué hacerlo entonces? Para comunicar algunas cosas, eso sí, sin grandes pretensiones. Lecturas, músicas, películas,TV, ...elementos de los andamios con los que se va configurando nuestro pasar por la vida y que la hacen más atractiva. Y también, por qué no hacerlo, algunas impresiones y/o reflexiones y/o opiniones sobre la actualidad. El autor: Un exprofesor de Geografía e Historia de secundaria con varias aficiones y sin ninguna especialización.
domingo, 28 de junio de 2015
jueves, 25 de junio de 2015
Cierta decepción
Hace dos meses en una entrada del blog hacía
referencia a este libro porque acababa de confundir su historia, un encargo
hecho por el ejército de los EE.UU para dar una visión positiva de la vida de
sus soldados, con la del libro que comentaba en ese momento, La comedia humana.
Efectivamente, estas aventuras surgen como un
encargo del ejército aunque el libro fue rechazado y no se publicó hasta 1946
ya finalizada la guerra.
Creo que el texto es en parte deudor del propósito
inicial y, en este sentido, a mí me han resultado muy poco creíbles y
excesivamente positivas algunas de las historias que se cuentan y algunos
personajes, pero al mismo tiempo, y seguramente por eso, supuso el rechazo de
quienes lo encargaron ya que contiene también una fuerte carga crítica. Así, se
critica la guerra en sí misma, pero sobre todo se critican cosas como: el papel
y la forma de actuar de los oficiales, las Charlas Orientativas para generar el
odio hacia el enemigo en general y los japoneses en particular, los diferentes
destinos que se conseguían según el origen (por ejemplo, las gentes del cine),
el servicio médico que no se toma la molestia de hacer una mínima revisión
antes de dar un alta, la propaganda de guerra hecha por escritores y guionistas
e, incluso, la visión positiva que da de los únicos soldados alemanes que salen.
Es decir, se critica la guerra, pero sobre todo muchos aspectos de la forma de
llevarla por parte del ejército de EE.UU.
Una vez descritos mínimamente algunos contenidos del
libro, tengo que reconocer que, a pesar de que está bien contado y escrito, a
mí no ha terminado de llegarme quizá porque en algunos momentos me parecía
bastante irreal lo que se contaba (por ejemplo, la vida de los soldados fuera
del cuartel) y en otros un poco
edulcorado (por ejemplo, el enamoramiento y posterior relación del protagonista
con su mujer). Tiene momentos y
personajes brillantes, como los de ese “loco” que escribe cartas desde
diferentes lugares y las arroja por el balcón, algo que entenderemos en la
parte final del libro, pero también tiene muchas páginas que me han parecido un
tanto de relleno.
De los tres libros de Saroyan que he leído en muy
poco tiempo, es el que menos me ha gustado. No obstante, como esto de la
lectura depende hasta del momento vital en que se hace, dejo el enlace con un
comentario más completo y positivo.
William Saroyan, Las
aventuras de Wesley Jackson
miércoles, 24 de junio de 2015
ANDAMIO
Llevo un par de semanas leyendo los comentarios que
sus lectores hacen en Libertad Digital e incluso poniendo de vez en cuando
alguno. Estos comentarios se hacen con respecto a tres noticias: el famoso tema
de los tuits de Guillermo Zapata, el reciente nombramiento hecho por Manuela
Carmena de su Jefe de Gabinete y el acercamiento de los presos de ETA no mal visto
por Carolina Bescansa.
Son muchos los comentarios que he leído y tengo que
decir que en su inmensa mayoría consisten en descalificaciones e insultos tanto
a los dirigentes de Podemos como a sus votantes, y en algún caso también a
Pedro Sánchez y al PSOE. Es raro encontrar una crítica bien razonada que, por
muy dura que sea, sería perfectamente justificable.
Ignorantes, analfabetos, tontos del culo,
terroristas, hijos de puta o de perra, asesinos, vieja pelleja (Carmena),
filoetarras, PablETAs, colETAs, mierdas, … Como se ve, un conjunto de lindezas
que ahora puedo recordar, pero las hay más duras y ofensivas, y que no hacen
sino manifestar verdadero odio hacia aquellos que piensan de forma diferente.
Todo eso me lleva a hacer una vez más la misma
reflexión: las ideas se pueden y deben combatir y contra ellas se pueden
utilizar los calificativos que se quiera; las ideas no tienen por qué ser
respetadas. Obviamente, parece mejor hacer una crítica razonada, pero creo que
también es admisible el exabrupto. Ahora bien, en los comentarios que traigo a
colación el exabrupto es en la mayoría de los casos contra las personas que
son, precisamente, las que sí deben ser respetadas aunque defiendan ideas que
nos parezcan equivocadas. Si no funcionamos así, la democracia no puede existir
porque, si mantenemos el principio de “un hombre, un voto”, tenemos que
mantener también la idea de que lo que salga es lo que quiere la mayoría, y si
no nos gusta la que ha salido, lo que tendremos que hacer es intentar convencer
a los ciudadanos para que haya otra mayoría. Claro que también hay algún
comentarista que se despacha con cosas como: “Y la
pena es que su voto tb valga lo mismo que el de otras personas que se esfuerzan
por mejorar y demostrar que en este mundo no sólo las garrapatas (aquí se refiere a los votantes de Podemos)
merecen vivir.”
Evidentemente la mayoría de los que
escriben esos comentarios son votantes del PP (algunos dicen que tapándose la
nariz) o, en algún caso, de Vox y por
eso me parece preocupante lo que dicen. No existe para ellos la escala de los
grises, solo el blanco y el negro, mientras que en democracia, para bien o para
mal, el color gris es bastante predominante.
(Una aclaración así entre paréntesis.
Me imagino que en algún medio similar, pero de ideología opuesta, puede pasar
lo mismo pues, desgraciadamente, el dogmatismo no pertenece solo a la derecha.)
Y hablando de democracia, quisiera
también volver a insistir en un tema que no suelen tratar más que de pasada y en
muy pocas ocasiones los medios de comunicación y mucho menos aún los políticos.
Además de por las elecciones, la
democracia se caracteriza, o al menos así debería ser, por ser un sistema de contrapesos
que eviten el “absolutismo” de las mayorías y logren el respeto de las
minorías. El problema es que en un sistema parlamentario como el nuestro, al
salir el gobierno de una mayoría parlamentaria, el ejecutivo y el legislativo
están formados por los mismos grupos políticos con lo que el parlamento pierde
mucho de su poder de control. Para poner algún remedio a esta situación se me
ocurren algunas medidas que podría paliar al menos en parte este predominio.
Por lo que se refiere a las instituciones,
la oposición debería tener la mayoría en:
-Las mesas del Congreso, Senado y Parlamentos
autonómicos.
-Las posibles comisiones de
investigación.
-El nombramiento de los diferentes
órganos judiciales: CGPJ, Tribunal Constitucional, etc., (siempre que, claro
está, se mantenga la actual forma de elección de estos cargos).
-Los directores de los diferentes
medios de comunicación de carácter público.
Con esto se mejoraría y mucho nuestra
democracia. Pero no basta con ello, no es aún suficiente, porque falta la participación
ciudadana en algo más que en el ejercicio del derecho al sufragio por
importante que sea. Esta participación podría adoptar formas muy variadas entre
las que destacaría:
-La posibilidad de realizar referéndum
no solo consultivo sobre un conjunto de decisiones sin que para ello haga falta
un número de solicitantes que lo hagan imposible.
-La opción de revocación de cargos
públicos.
-La existencia de comisiones de
ciudadanos que puedan aportar información y opinión en los parlamentos sobre
temas claves para la marcha de un país.
-Este tipo de comisiones serían
especialmente importantes a nivel municipal donde, por la cercanía y el tamaño
de la población afectada, sería más fácil constituirlas y hacerlas funcionar de
forma ágil.
La lista se puede alargar mucho más,
pero creo que si solo se planteasen las propuestas, el debate político quizá se
enriqueciese y se evitase, al menos en parte, el encanallamiento y el odio que se produce a veces. En todo caso,
reconozco que no sería fácil articular la formación y el funcionamiento de este
tipo de comisones.
Una aclaración final que no sé si es
necesaria. Estoy en contra de cualquier totalitarismo: del de los mercados,
pero no insulto a los banqueros ni a los accionistas de las empresas del IBEX
35 por poco que me gusten la mayor parte de sus actuaciones; del de las religiones,
pero no insulto a curas, imanes o rabinos, aunque no me guste ni lo que dicen
ni lo que hacen; del de algunas ideologías políticas cuando no admiten la más
mínima crítica porque se pueda tambalear su “edificio” tan bien construido;…
Estoy a favor del debate de ideas y dispuesto, parafraseando a Marx (Groucho,
por supuesto) a “cambiar mis principios” si fuese necesario. No sería la primera
vez.
martes, 23 de junio de 2015
Aspectos de una vida (Joseph Roth)
Como se dice en la contraportada, este libro es un
fascinante ensayo sobre diversos aspectos de la vida de Joseph Roth. No se
trata de una biografía en sentido estricto, sino de contar, utilizando sobre
todo fragmentos de su obra, algunos elementos claves de su vida que también
ayudan a entender aspectos de su obra.
Se trata, como reza el subtítulo, de quince ensayos
biográficos que van desde la relación con su padre a la que mantuvo con su tío
y tutor tras el suicidio del primero; de la enfermedad de su mujer Friedl a los
diferentes momentos en su amistad con Stefan Zweig (esto ocupa 50 páginas en un
libro de 200, lo que da idea de la importancia que tuvo); de sus opiniones
políticas a sus problemas con la bebida y la salud en general. En este sentido
es muy típico el comentario que le hace Zweig en una de sus innumerables
cartas: “Usted sólo tiene un deber, escribir buenos libros y beber lo menos
posible, para que nos dure a nosotros y a sí mismo.” (p.109)
A pesar de que creo que he leído todos los libros
traducidos sobre la vida de Roth, en este he encontrado algunos aspectos que me
han resultados bastante novedosos. Así, es la primera vez que entiendo bien la
enfermedad de su mujer y la repercusión sobre la vida de Roth. También me han
llamado la atención los escritos que se transcriben con sus opiniones sobre el
socialismo, hechos, además, muy poco después de dejar de escribir en el
periódico de la socialdemocracia alemana, como por ejemplo este: “Mañana
empieza aquí el Congreso Socialista (…) Este sol implacable les saca a la superficie
su más íntima inmundicia (…) No saben qué obsoletos están.” (p.158). De la
misma forma su profundo sentimiento antiburgués, muy propio por otra parte de
quien no dejaba de ser un auténtico bohemio: “Apestaba el carácter viviente de
la burguesía.” (p.160) y, desde luego, su antisovietismo que se muestra con
diversos ejemplos. Especialmente significativo de su forma de pensar es la
siguiente frase: “La no violencia de Mahatma Gandhi me resulta tan cargante como
odiosa la violencia de Hitler. Las dos son inhumanas.” (p.111)
Ese carácter bohemio tenía su manifestación más
típica en el hecho de que prácticamente nunca vivió en un piso. Así: (En Berlín) la única época de su vida, que fueron cuatro
días, al final de la década de los treinta, en que Joseph Roth mantuvo un
apartamento propio…” (p.170), o: “Jamás he tenido, ya desde mucho antes de la
catástrofe, la capacidad de entender de muebles y cosas semejantes. Me cisco en
los muebles. Detesto las casas.” (p.172)
Como se ve, el interés del libro, sobre todo para
seguidores de Roth, es enorme. Además, Eduardo Gil, como escritor, ensayista y
traductor que es, ha hecho una extraordinaria selección tanto de textos de Roth
como de otros autores que han escrito sobre él; sus introducciones son
magníficas y no afecta nada a la comprensión de lo narrado el hecho de que no
se guarde ningún orden cronológico.
En fin un libro fundamental que a mí me ha
emocionado en más de un momento y que, una vez más me deja con una duda sobre
este gran escritor, ¿cómo pudo escribir tanto y tan bien con una situación
personal tan penosa?
Eduardo Gil Bera, Esta canalla de literatura. Quince ensayos biográficos sobre Joseph
Roth
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lunes, 22 de junio de 2015
Singular experiencia
Cuando a finales de los ochenta leí Cabeza de Turco, el libro en el que el periodista alemán Günter
Walllraff relataba su experiencia tras haberse hecho pasar por un emigrante
turco durante nada menos que dos años, me pareció una idea realmente extraordinaria
para mostrar según qué
realidades. Desconocía que en 1959 un estadounidense había hecho lo mismo para
mostrar la realidad de la segregación de los negros en el sur de los Estados
Unidos, aunque durante un período de tiempo más corto.
En Negro como
yo, Griffin cuenta en forma de diario los distintos episodios en los que va
encontrando situaciones de segregación como, por ejemplo: la dificultad de
encontrar un baño para negros (de hecho en un viaje a Misisipi no logra ir al
váter), tampoco puede usar las playas, en un autobús tiene que esperar varias
paradas para bajarse pues no parará hasta que no lo pida un blanco,… Todo muy
sabido hoy, pero que en el año 1960 en que se publicó el libro debió suponer un
buen escándalo.
El recorrido incluye Nueva Orleans, Misisipi y
Alabama y en todas partes encuentra los
mismos problemas.
No he dicho, aunque parece obvio, que con ayuda de
unos dermatólogos logró la apariencia suficiente de negro como para que así lo
considerasen.
En esta edición se recogen además dos textos muy
interesantes. Un Epílogo de Griffin de 1976 en el que cuenta con bastante
detalle su participación en el movimiento por los derechos civiles, y otro
Epílogo de 2006 de Robert Bonazzi en el que nos explica muchos datos de la biografía
de Griffin que resultan muy útiles para conocer mejor a este escritor tan comprometido
contra la segregación.
Leído hoy el libro pierde algo de su fuerza ya que
hemos visto muchas películas y documentales sobre el tema, pero tiene el enorme
interés de percibir la vivencia personal de quien sufre la segregación (aunque,
claro, no deja de ser cierto que solo es de forma temporal). Quizá he echado en falta en el
libro más espacio dedicado a la búsqueda de trabajo algo fundamental en el
citado libro de Wallraff.
En cualquier caso, un libro muy interesante y
edificante, además de muy original.
John H. Griffin, Negro
como yo
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domingo, 21 de junio de 2015
Artículos interesantes
La verdad es que en los últimos días he visto muy pocos artículos interesantes. Hay muchos sobre el caso Zapata que repiten la misma cantinela, pero poca cosa más. Incluso sobre la situación en Cataluña no he visto nada relevante. Será que nos acercamos a las vacaciones, bueno o que soy yo el que se acerca.
Como casi siempre coincido con las fobias de Carlos Boyero. (El País)
Fernando Savater y Antonio Elorza, dos de los clásicos intelectuales que ha dado nuestra universidad, firman dos artículos en los que para criticar a Podemos, algo no solo lícito sino obligatorio, utilizan argumentos un tanto peregrinos en algún caso y generalizando que es gerundio en otros. (El País)
Buen artículo de Josep Ramoneda sobre ideología y lucha por la hegemonía. (El País)
Extenso y útil informe de Juan Luis Sánchez sobre los tuits de Zapata. (eldiario.es)
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martes, 16 de junio de 2015
Emotiva historia
Cómo he disfrutado leyendo este pequeño texto, 148 páginas, en el que se
refleja de forma extraordinariamente bien contada el ambiente de los exiliados
en esa ciudad costera belga en el verano de 1936. Aparecen intelectuales como
el espartaquista Ernst Toller, los comunistas Arthur Koestler y Egon Kisch, el monárquico Joseph Roth y, el
siempre difícil de clasificar, Stefan Zweig.
Obviamente, a mí me ha atraído sobre todo lo que cuenta de los dos últimos
ya que, además, creo que es lo que relata con mayor sensibilidad y hasta me
atrevería a decir que cariño. De hecho la lectura de una de las últimas
páginas, en la que habla de la relación entre Keun y Roth, me ha emocionado
como hacía tiempo que no me pasaba leyendo un libro. Ese Roth enamorado del que
Keun afirma: “(…) que nunca conoció, antes ni después, a un hombre con tanto
atractivo sexual como Joseph Roth, esa noche, en el café Flore.”, me provoca
una gran ternura, sobre todo, si al mismo tiempo veo la foto en la que posa
junto a Zweig que es toda una muestra de cómo estaba ya en esa época. (Aunque no es la primera vez que lo hago, la vuelvo a reproducir en el blog.)
Es también un placer ver las relaciones entre esta gente exiliada de su
país por su raza o ideología e imaginar lo que podría estar pasando por sus
cabezas. Curiosamente, la mayoría no tuvo un final muy agradable –suicidados unos,
asesinados otros-, ni muy tardío.
Son muchas las cosas que podría comentar del libro ya que estando juntos Zweig
y Roth, dos de mis escritores favoritos, se me ocurren montones de cuestiones,
pero creo que lo mejor es simplemente recomendar su lectura ya que, en definitiva,
se trata de: “Un libro fascinante que dibuja la ciertamente clara, aunque cada
vez más inquietante, atmósfera de aquel verano. Soberbiamente documentado y muy
informativo (…) Weidermann es un excelente estilista.” (Die Welt, en la solapa)
Volker Weidermann, Ostende 1936, el
verano de la amistad
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lunes, 15 de junio de 2015
Una pérdida de tiempo
En la portada: Premio Georg Büchner. Máxima distinción de la Academia
Alemana de la Lengua.
No dudo de los valores de lenguaje que pueda tener esta novela; obviamente
la leo traducida. Si tiene esa distinción por algo será. Otra cosa es su
contenido.
Hacía mucho tiempo que una novela no me desagradaba tanto y, sin embargo,
he decidido leerla hasta el final por ver si en algún momento el autor contaba
algo que me llegase a interesar. Lo siento porque no ha sido así.
Un periodista deportivo pretende contar una historia sobre unos coches de
carreras de los años treinta: los Flechas de plata. Contacta con un viejo que
está recluido en un geriátrico y que fue ingeniero de una escudería que
participaba en el Gran Prix y también preparaba coches para batir el récord de
velocidad. El periodista tiene también algún problema con una novia de origen
japonés. No parece demasiado interesante, pero es que, además, en toda la primera
parte hay páginas y páginas llenas de terminología sobre la mecánica del
automóvil y cómo modificarla para que los coches corran más. En la segunda, el
viejo ingeniero cuenta sus experiencias en distintas fábricas de la época de Hitler
sin ahorrarnos tampoco mucha terminología especializada. (No he podido evitar
la tentación de escanear y poner un largo fragmento donde se puede apreciar
bien lo que digo.)
A mí, que no me interesa la técnica y que la desconozco totalmente, la
novela me podría atrapar por los personajes y sus relaciones, pero esto resulta
aún peor. Los problemas del periodista con su padre o su novia apenas están
apuntados y del ingeniero solo llegamos a saber qué trabajos hacía.
En definitiva, una de las novelas peores que recuerdo haber leído. Es una
pena porque está publicada por una editorial argentina, Adriana Hidalgo editora,
cuyas obras se están empezando a distribuir en España lo que no es muy
habitual.
Walter Kappacher, Flechas de plata
domingo, 14 de junio de 2015
Artículos interesantes
Me gusta la idea de Andrés Ortega sobre el uso que deberíamos hacer de las redes sociales. Reconozco que no lo hago así. (eldiario.es)
Íñigo Sáenz de Ugarte deja unos breves apuntes baste interesantes y creo que en general acertados sobre el tema de los pactos. (eldiario.es)
Jesús Maraña hace una defensa cerrada de los pactos. (infolibre.es)
Traigo a colación a Federico Jiménez Losantos, y que no sirva de precedente, porque su artículo es una buena síntesis de su postura, y de sus medios, sobre Rajoy. (Libertad Digital)
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viernes, 12 de junio de 2015
Un gran intelectual
“Tal vez debería mostrar mis cartas: soy un gran fan de Judt. En mi
opinión, todo lo que escribió desde sus primeros libros sobre la izquierda
francesa a mediados del siglo xx hasta sus mordaces ensayos de la New York Review of Books, se distingue
por una notable agudeza, honestidad y perspicacia intelectual.” (Dominic
Sandbrook, Literary Review, en la
solapa)
“Ya sea analizando a Marx o a los hermanos Marx, la Unión Europea o la ONU,
Oriente Próximo o la función social de los ferrocarriles, la capacidad y la
claridad de Judt son magistrales. Lejos de tratarse de esos rescates forzados
que suelen caracterizar las publicaciones póstumas, esta es una gran
incorporación a la obra de Judt.” (Max Liu, The
Independent, en la faja)
Después de leer ambas citas, ¿qué más se puede decir? Desde luego, y en
primer lugar, dar las gracias a la editorial Taurus por poner al alcance de los que no sabemos inglés la obra de
este extraordinario y polifacético intelectual británico-estadounidense. He
leído todos los libros traducidos hasta ahora salvo uno, y reconozco que en
todos he encontrado elementos para la reflexión y con todos he disfrutado de su
lectura.
Este que nos ocupa recoge 28 textos de muy variada índole pues van desde
reseñas críticas de libros (la que hace sobre la Historia del siglo xx de E.Hobsbawm me parece especialmente buena);
a artículos, en The New York Review of
Books principalmente, sobre temas muy variados: desde los problemas de
Oriente Próximo a la función de ferrocarril pasando por el sentimiento
antiestadounidense en el mundo; incluyendo también un texto inédito y una conferencia.
En todos ellos aparece Judt en estado puro: polemista implacable a veces, intelectual
sin prejuicios ideológicos aunque políticamente socialdemócrata y gran defensor
del Estado del Bienestar, judío antisionista y muy crítico con la política del
estado de Israel,… En fin, alguien cuya lectura siempre aporta sugerentes reflexiones
y que demuestra un gran conocimiento de los temas que trata claro que, como
afirma en la página 141: “La primera obra de Hannah Arendt que leí, a los
dieciséis años, fue Eichmann en Jesusalén:
un estudio sobre la banalidad del mal.” A esa edad, y nací un año después
que Judt, yo pasaba el tiempo hablando de fútbol y jugando al tute y al mus.
Dejo a continuación otras dos citas del libro. La primera me ha llamado la
atención porque no entiendo los calificativos que utiliza, y no estoy de acuerdo con ellos; de la segunda
destacaría su gran actualidad y lo mucho que se utilizan esas ideas hoy por
aquí.
“Pero una vez que los baby boomers
empiecen a jubilarse (hacia 2010) (está
escrito en 1996), la presencia de una amplia, frustrada, aburrida, improductiva
y definitivamente poco saludable población de gente mayor podría convertirse en
una importante crisis social.” (p.47)
"Durante los últimos treinta años, en gran parte del mundo angloparlante
(aunque no tanto en Europa continental y en otros lugares), para decidir si
debíamos apoyar una propuesta o iniciativa, no nos hemos preguntado ¿es buena o
mala?, sino ¿es eficaz?¿Es productiva?¿Sería beneficiosa para el producto
interior bruto?¿Contribuirá al crecimiento? Esta propensión a soslayar las
consideraciones morales, a limitarnos a interrogantes sobre pérdida y beneficio
–cuestiones económicas en el sentido más estrecho- no es la condición humana
instintiva. Es un gusto adquirido.” (p.320)
Tony Judt, Cuando los hechos cambian
jueves, 11 de junio de 2015
Sobre el estalinismo y mucho más
”Una obra extraordinaria desde el punto de vista de la investigación, la
narración y la memoria.” (The Times
Literary Supplement)
“Una estupenda combinación de literatura e investigación histórica.” (Frankfurter Allgemeine Zeitung)
En estas dos frases que aparecen en la faja que la editorial ha añadido al
libro, se resume de forma perfecta lo que es este grandísimo texto.
Verdaderamente impresiona la capacidad de este historiador alemán para ir
exponiendo el conjunto de cosas importantes que sucedieron en esa ciudad en
ese, por otra parte, desdichado año. Así, desde el Plan General de
Reconstrucción de Moscú hasta la
elaboración del censo de población de la URSS; desde la cinematografía del
momento a las celebraciones del vigésimo aniversario de la revolución; desde la
visión del embajador de Estados Unidos a los últimos textos de Bujarin; y
siempre detrás de todo, la represión tan indiscriminada y absurda –como de
hecho son todas las represiones-, que hasta se dan las cifras de detenciones
que se tenían que efectuar por regiones.
Es imposible en unas pocas líneas dar cuenta de la riqueza de los contenidos
de este magnífico libro. Yo comencé anotando las cosas que me llamaban la
atención, por ejemplo: la vivienda en el Moscú que se iba llenando de
campesinos inmigrantes, el aprovechamiento que hace el autor del Directorio del
Todo Moscú, la ardua tarea de la elaboración del censo, el inventario de
posesiones de un exjefe de la KGB, las curiosas relaciones con los Estados
Unidos,… y lo dejé porque llenaría al menos un par de páginas.
Obviamente, aunque apenas lo he mencionado, el terror estalinista es un elemento
fundamental del libro aunque no ocupe gran parte del espacio. Eso sí, en
cualquier capítulo, una vez visto un aspecto de la renovación arquitectónica o
artística o de ingeniería, etc., es
habitual encontrarse con que los que lo diseñaron y lo llevaron a cabo fueron
posteriormente eliminados. Como también sucedió con una parte importante de la
inteligencia de la época incluso con la que había participado en la Revolución
de Octubre; en este sentido las páginas dedicadas a Bujarin constituyen dos de
los momentos mejores del texto.
Hasta aquí algo de los contenidos, pero es que hay otro aspecto que me
parece que hay que destacar, se trata de la forma en que está escrito el libro,
de la agilidad con la que está narrado, de la sutileza con la que se tratan
muchos temas, de la enorme calidad literaria que ofrece este escritor.
Creo que el mejor resumen sería decir que, a pesar de sus 850 páginas de
densa tipografía y composición, le he dedicado gran parte de mi tiempo de
lectura en los últimos días y que me costaba dejarlo en muchos momentos.
Dejo dos enlaces con unos análisis más completos: el de Antonio Elorza en El País y el de Rafael Núñez en El Cultural.
Karl Schlögel, Terror y utopía. Moscú
1937
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martes, 9 de junio de 2015
Desiguales memorias
La autora escribió unas memorias de una intensidad muy diferente. En los
dos primeros capítulos narra su matrimonio, luna de miel y los problemas y
peripecias de su huida de Transilvania. En el tercero, el más comprometido,
cuenta sus experiencias con la ocupación soviética y las prácticas a las que tuvo
que someterse con los soldados rusos. En los dos últimos cuenta algunas cosas
de la inmediata posguerra.
Parece ser que el libro sale de unas grabaciones que hizo para animar a una
amiga ante una crisis matrimonial y, desde luego, la escritura da la sensación
de gran espontaneidad y de un cierto carácter coloquial (de hecho está escrito
dirigiéndose a una tercera persona).
Si la intensidad como decía es diferente, también lo es el interés que
despiertan las diferentes aventuras que narra. A mí no me han llamado
especialmente la atención ni el principio ni el final y, la parte más dura, me
ha gustado mucho sobre todo por el tratamiento que le da la autora con un
cierto distanciamiento en la narración de los momentos más problemáticos. No sé
si tendrá que ver algo el hecho de que el libro se publicó -y no se debió de
escribir mucho antes-, en una fecha tan tardía como 1991, es decir, más de 45
años después de sucedido.
De hecho el fragmento quizá más duro, que es el que pongo a continuación,
no tiene que ver con ella.
“Tal vez la última gota fue que una mujer joven embarazada de ocho meses se
refugió durante un ataque en un pajar pero una patrulla le abrió la barriga.
Primero le salieron los intestinos, después el niño; el feto se convulsionaba
por el suelo delante de sus ojos y la madre chillaba; lo miró antes de morir
ella también.” (p.180)
Hay dos cosas en el libro que no he terminado de entender. Por un lado, la
personalidad y, sobre todo, el comportamiento de su marido János, tan frío y
lejano siempre teniendo en cuenta que no parece que se casaran forzados por
ninguna circunstancia. Por otra parte, casi todo se desarrolla en 1944 y Polcz había
nacido en 1922 y, sin embargo, a lo largo de todo el escrito dice que tiene
diecinueve años.
Así pues, se trata de un libro bastante desigual y que no llega ni de lejos
a tener la fuerza de otro publicado en parte con el mismo tema de fondo y casi
igual título, Una mujer en Berlín,
que es un testimonio demoledor sobre la actuación de las tropas soviéticas en
la conquista de Alemania.
Alaine Polcz, Una mujer en el frente
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lunes, 8 de junio de 2015
Artículos interesantes
Muy bien Carlos Boyero sobre los radicales. Me encanta, y comparto plenamente, la referencia al gran Felipe. (El País)
Soledad Gallego escribe sobre el tratado de la UE con USA. Desconocimiento y un cierto secretismo y lo poco que va saliendo, como lo que comenta en al artículo, demuestra quienes están detrás (por ejemplo, los socialistas españoles). (El País)
En un tema tan manido y tan repetido estos días, me gusta la versión y visión de Josep Ramoneda. (El País)
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Soledad Gallego
Boko Haram
En poco más de 100 páginas el autor, Codirector del Instituto sobre
Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), nos ofrece una panorámica muy bien
explicada sobre la situación surgida tras la aparición de este grupo yihadista
terrorista en el norte de Nigeria.
Cuenta brevemente de dónde y por qué sale el grupo y, para mí algo especialmente interesante
por lo bien que lo analiza, el contexto del yihadismo violento en el que se
enmarca. También analiza las diferentes respuestas dadas por el gobierno nigeriano
que en lo fundamental han contribuido a agravar el problema más que a solucionarlo,
por tratarse de respuestas basadas solo en lo militar y hechas además con gran violencia. Asimismo plantea la casi inactividad de la “comunidad
internacional” (la entrecomillo porque dudo de que pueda hablarse de algo así
hoy por hoy).
El autor demuestra a lo largo del texto que conoce muy bien el tema no solo
de este grupo sino del yihadismo violento en general y que es muy crítico con
la postura de occidente en varias intervenciones: Afganistán, Argelia, etc.
Además, y esto es muy importante cuando se escribe sobre estos temas, lo
explica de forma muy clara y accesible sin que se tenga la sensación de que
está simplificando sino todo lo contrario.
Muy al final del libro, deja este fragmento y esta frase que creo que sintetizan
muy bien su idea sobre la importancia que tendrá este grupo en el futuro:
”Pero no tiene recursos físicos, ni humanos, ni financieros suficientes
para sostener el posible territorio que puntualmente pueda tomar, controlando
de manera efectiva a la población que lo habite y resistiendo el previsible
golpe por parte de quienes ya han decidido pasar al ataque.” (Se refiere al
ataque por parte del gobierno nigeriano, p.90)
“Hoy Boko Haram va camino de la nada.” (p.103)
Un libro muy recomendable pues, además, creo que es el primero que se publica sobre el
grupo.
Jesús A Núñez Villaverde, Boko Haram.
El delirio del califato en África occidental
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Libros
jueves, 4 de junio de 2015
Algunos tuits recientes
Se trata, como no podía ser de otra manera, de tuits relacionados con las
elecciones. Felizmente ya han pasado y ahora hay que esperar que comience el
cambio. Lógicamente, son muy coyunturales, pero creo que reflejan también
algunas ideas más de fondo.
¿Le habrá dicho Soraya a Esperanza:
"que te calles, bonita"?
"Ciudadanos exige expulsar a
Gallardón y Leguina del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid para
negociar "(eldiario.es). Buena medida.
Leer los comentarios que pone la gente
a las "noticias" en Libertad Digital, da realmente miedo. El fascismo
está reapareciendo poco a poco.
Ahora Ana Palacio sale con lo del
Estado Islámico hablando de Podemos. ¿Hasta dónde piensan llegar? Tanta
estupidez nos hará más fuertes.
La miserable cazatalentos y
nombracorruptos tiene una misión: desenmascarar a Podemos. ¡Aleluya!
Yo voto Podemos porque quiero acabar
con: occidente, la democracia, el jazz, el cine chino, el solomillo, el vino
blanco, la literatura galesa…
Ahora que gobierne la lista más
votada. La desvergüenza de Rajoy no tiene límites lo mismo que su estulticia.
Como parecía claro en su momento
aunque aquí, en Baleares, nunca se sabe, la lucha contra TIL ha tenido su
recompensa.
El despectivo término "república
bananera" habrá que cambiarlo por "comunidad naranjera, o también,
"monarquía mediterránea".
“España es una gran nación y los
españoles muy españoles y mucho españoles” (M. Rajoy) ¿A que da gusto tener un
presidente así?
Si el PSOE se ha pasado la vida
pidiendo el voto útil, es el momento de aplicarlo y votar a Carmena en lugar de
a Carmona.
Estas no son unas elecciones
políticas, son unas elecciones morales.
Hace unos años Aznar logró sacar lo
peor de mí mismo; hoy lo está consiguiendo Esperanza A. y con la vuelta de José
María,... puaff...
Losantos dice que Podemos se gastará
el dinero de los impuestos en policía política y cunetas. Luego hablan de
fomentar el odio y la violencia.
Rivera salió desnudo y fue aplaudido.
Iglesias puso su foto en la papeleta de las europeas y fue criticado. Ahí está
una de las diferencias.
miércoles, 3 de junio de 2015
Literatura palestina
Es el primer libro que conozco, y por lo tanto que leo, de un escritor
palestino. Kanafani fue militante del Frente Popular para la Liberación de
Palestina, el grupo más radical, y murió asesinado en 1972 en un atentado hecho
por los servicios secretos israelíes.
Es curioso que el conflicto entre Israel y Palestina sea uno de los que más
páginas han llenado y continúan haciéndolo en los medios de comunicación y, sin
embargo, sea tan escasa la publicación de obras de autores palestinos que, dado
el elevado nivel cultural de ese pueblo y sus dificultades para sobrevivir,
seguro que deben de ser relativamente numerosas.
En esta trilogía se recogen tres novelas cortas o relatos de muy diferente
estilo, aunque en todas aparezca de forma más o menos explícita el tema del
conflicto. Fueron escritas entre 1963, la primera, y 1969, la última que refleja de forma expresa
la existencia de los fedayín y los
campos de refugiados.
En la primera, la que más me ha gustado, cuenta la historia de tres
personas que pretenden emigrar a Kuwait para tratar de sacar adelante a su familia.
Escrita de una forma típicamente realista, refleja muy bien el drama de la
emigración incluso mostrando el aprovechamiento por parte de algunos para
obtener beneficios; es decir, lo mismo que hoy oímos sobre las mafias.
La segunda, en la que no he llegado realmente a entrar, es bastante más
compleja y no termino de entender muy bien qué pretendía un escritor que quería
llegar a su pueblo, y que tenía una militancia tan determinada y determinante,
con esa especie de experimentación.
La tercera, en la que vuelve al realismo, se compone de diversas escenas a
veces demasiado “educativas”.
Un libro bastante desigual que tiene, eso sí, el enorme interés de poner en
contacto con una literatura casi totalmente desconocida por aquí y que muestra
algunos elementos del drama palestino contándolo desde los momentos en que se
están originando.
El libro lo edita Hoja de Lata, una editorial nada menos que de Gijón (Xixón)
y que, en mi opinión, comete el error de poner al principio del libro un
trabajo de la traductora sobre los textos que en la edición primera de 1991 estaba
al final, que es donde debería estar ya que cuenta todo lo que sucede en las
novelas. Es muy interesante lo que analiza y explica, pero me parece que habría
sido mucho mejor ponerlo como Epílogo.
Gasán Kanafani, Una trilogía palestina
martes, 2 de junio de 2015
Citas últimas lecturas
Edad
““¡Prolóngame
la vida, Júpiter, concédeme muchos años!”. Esto es lo único que imploras… ¡Pero
qué males terribles e incesantes padece una vejez dilatada!...Uno anda mal del
hombro, otro de los riñones, y un tercero, del muslo. Aquél perdió los dos ojos
y siente envidia de los bizcos…”
Juvenal
ciado en
Lucien
Jerphagnon, Elogio del pesimismo.
Cualquier tiempo pasado fue mejor,
Literatura
John
Fante me fulminó con la mirada y encendió un pitillo.
-Escúchame
con atención. Existe la remota posibilidad de que aprendas algo: en primer
lugar, me importa un bledo que mi obra sea comercial o no.
-Venga,
claro que te importa.
-Silencio,
por favor. El escritor soy yo. Si lo que escribo es bueno, entonces la gente lo
leerá. Por eso existe algo llamado literatura. Un autor pone el corazón y las
entrañas en cada página.
Dan
Fante, Fante. Un legado de escritura,
alcohol y supervivencia
Patria
El amor a
la patria, el arrodillarse y todas esas cosas tan empalagosas. ¿Quiere saber mi
opinión? La patria está donde nos encontramos bien. Esa es mi opinión. No
existe otra patria.
Knut
Hamsun, Por senderos que la maleza oculta
Dinero
Sé que la
maldición del dinero es que destruye las más nobles relaciones
Joseph Roth
en
Joseph
Roth &Stefan Zweig, Ser amigo mío es
funesto. Correspondencia (1927-1938)
Libros
De hecho
mientras tuviera buenos libros prefería vivir en sus mundos que en la fealdad
de su propio mundo real.
Edward
Bunker, Little Boy Blue
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