A lo largo del
año he podido leer los tres libros en los que se recopilan los relatos que
escribió Cook. Este me ha costado algo más conseguirlo porque he tenido que
esperar a su reedición, pero la espera ha merecido la pena porque es Cook en
estado puro.
Esta entrega la
componen 14 relatos, o cuentos, la mayoría de los cuales tienen como
protagonista a algunos animales que esta vez son: ratas, lagartos, perros,
gatos, caballos, topos o un avestruz, o, en los pocos en los que ese
protagonismo no lo tienen los animales, lo tiene un personaje siempre muy
singular. Evidentemente, en todos está la presencia del autor como narrador y,
sobre todo, como participante activo o pasivo de todo lo que sucede, aunque me
ha parecido ver que esta vez hay menos referencias personales que en libros
anteriores.
Además de un
gran sentido del humor que es marca del autor en todos sus relatos, hay también
magníficos diálogos, tipos duros y tipos listos del outback, gran consumo de bebidas alcohólicas y una divertida caracterización
de algunos animales con rasgos muy humanizados como se puede apreciar en este
ejemplo: “El avestruz es un pájaro malvado. Esta naturaleza maligna se deja
entrever en sus ojos pequeños, mezquinos y despiadados. Su única expresión es
de asco y desprecio hacia los seres vivos en general, y hacia mí en
particular”. (p. 159)
Dice ManuelHidalgo, en un artículo dedicado al humor del autor, que este suele empezar los relatos con un párrafo magnífico, y es cierto. No me había fijado en ese aspecto aunque sí notaba algo cada vez que empezaba la lectura de un nuevo relato. Dejaré como muestra el comienzo de los dos primeros
“Nadie ha
robado jamás un coche en Tennant Creek, por la sencilla razón de que no hay
adónde llevárselo”. (p. 9)
”Sospecho que Alex Robinson se hizo piloto solo porque le aterrorizaba toda criatura viviente que caminara por tierra, nada por agua o surcara los aires. A pesar de ello, era un piloto excelente, e igualmente a pesar de ello no volveré a volar con él jamás”. (p. 23)
Creo que son lo
suficientemente ilustrativos del estilo de Cook.
Como he dicho
cuando comentaba los anteriores libros de sus relatos, con algunos me he reído
a carcajadas, algo que no me suele suceder con la lectura. En este caso también
me ha pasado con varios y destacaría en este aspecto dos: Astucia ratuna y Buenas obras y disciplina.
No me queda
sino recomendar encarecidamente la lectura de cualquiera de los tres libros de
relatos del autor. Creo que están garantizados el entretenimiento y la diversión,
y con un poco de suerte hasta la risa franca y abierta.
Como en los
libros anteriores, el traductor ha hecho unas buenas y también divertidas
ilustraciones.
Kenneth Cook, El canguro alcohólico. Relatos humorísticos
de la Australia profunda. Traducción e ilustraciones Guido Sender Montes.