“Todo, absolutamente todo lo que a
usted se le ocurra que puede haber llenado y colmado la vida de este absoluto
genio trovador lo ha plasmado Valdeón en su libro.”
Estas palabras de Jesús Ruiz Mantilla
en su comentario en elpais.com, resumen
en muy pocas palabras lo que es este magnífico libro.
Un libro, como dice la editorial en la
contraportada, “A mitad de camino de la biografía, la crítica cultural, el
periodismo literario y el ensayo”.
No soy un gran seguidor de Sabina. He
ido a varios de sus conciertos, tanto en teatros como en plazas de toros, y los
he disfrutado, pero no conozco varios de sus discos ni muchas de sus canciones.
Tampoco soy un aficionado al rock ni al pop por lo que muchos de los nombres
que salen en el libro hablando de estas músicas o no los conozco o lo hago solo
de nombre. “Y, sin embargo”, he disfrutado enormemente con la lectura de este
gran libro (grande no solo por sus más de 500 páginas). Además, me incita a
volver a escuchar sus canciones ya conocidas y, sobre todo, a descubrir otras.
El libro hace un recorrido se puede
decir que exhaustivo por la obra de Sabina y, muy de vez en cuando, aporta
algunas informaciones sobre su vida privada, apenas las necesarias para situar
el momento del personaje del que, por otra parte, ofrece visiones sintéticas
tan interesantes como las que reproduzco a continuación:
“También inicia la construcción (en el año 1983), de forma voluntaria e
inconsciente, o consciente pero involuntaria, de su personaje. Alguien con
tanta verdad pegada a los huesos como intención de ser literatura. Un héroe
poco heroico. Mitad calle mitad fábula. Golfo e irreverente. Locuaz. Ácido. Al
igual que Almodóvar, pero sin la bata de cola ni elementos punk, Sabina
aprovecha el costumbrismo y sus delirios.” (p. 81)
“Existencialismo anarquizante, poesía
con chupa de cuero, insolencia, inteligencia, sensibilidad y garra, comprimidos
en canciones balsámicas.” (p. 114) (Hablando
del disco Juez y parte)
“Sabina tiene una especial cualidad
comunicadora que acerca sus canciones al día a día de muchos prisioneros
urbanos, que les hace identificarse con los personajes y las situaciones que
describe con maestría. Y como el envoltorio musical es de un material nada crispado, resulta
difícil resistirse a entrar en su mundo.” (p. 176) (Jorge Flo en la crítica de El hombre del traje gris de El País).
“Con muchos, con Gabriel García
Márquez, Alfredo Bryce Echenique, Ángel González, Luis García Montero y José
Caballero Bonald, entre otros, la relación ha sido o es de íntima amistad.
Otros, como Fidel Castro, dan testimonio del poder de seducción y el aura de un
artista al que reciben jefes de Estado. Su estatus es el de los Rolling Stones.
Algo más que una celebridad. Algo menos que una leyenda. Para lo primero le
sobran discos espléndidos. Para lo segundo le falta morirse.” (p. 430)
No obstante, el núcleo fundamental del
texto se dedica al comentario de sus discos y canciones hecho de forma muy
detallada, tanto que me he perdido la esencia de muchas de las observaciones. Particularmente
interesante me ha parecido el espacio que dedica al papel del productor en el
producto final. Una vez más reconozco mi desconocimiento del tema.
Muy interesantes me han parecido
también los comentarios de las giras y lo que cuenta sobre el origen de algunos
conciertos.
Valdeón demuestra un gran conocimiento
no solo de la obra de Sabina, sino de la música que se hacía y se hace en
España. Además, el libro está lleno de textos extraídos de críticas hechas en
distintos medios y entrevistas a músicos y productores que han tenido que ver
con la obra de Sabina. Destacan de manera especial las intervenciones, extensas
y sinceras, de Pancho Varona; de hecho
creo que podría haber firmado también como coautor del libro.
Valdeón escribe muy bien y en algunos
momentos se nota hasta un cierto contagio “sabiniano” en su escritura. Todo
colabora a hacer de la lectura de este libro un momento particularmente
gratificante.
Si no puedo decir que haya descubierto
a Sabina, sí que he descubierto muchas cosas de él (por ejemplo que es un gran
trabajador y un hombre de elevada cultura) y, desde luego, la motivación para
conocer mejor su obra.
Hay una buena reseña de la agencia EFE
en eldiario.es.
Julio Valdeón, Sabina. Sol y sombra