domingo, 30 de septiembre de 2018

ANDAMIO


Una vez más las series superan en cantidad y calidad a las películas, claro que esta entrada corresponde en gran parte al verano, mala época para el cine.


Películas


El viaje de Nisha. Producción Noruega pero con guion y dirección de la noruego-pakistaní Iram Haq, Crítica feroz de las actitudes hacia la mujer  de la sociedad más tradicional pakistaní emigrada en Noruega, pero también de la que sigue en Pakistán. Dura de ver porque produce bastante angustia la situación de la protagonista. Hay quien habla de un cierto maniqueísmo, pero me da la impresión de que, desgraciadamente, todo puede ser bastante real.

Alpha. En teoría una película para niños pero que no creo que les guste mucho, a mi hijo tengo la impresión de que no le gustó demasiado. Dejo a un lado el tema de si refleja más o menos cómo era la vida hace 20.000 años, lo importante es que es bastante aburrida y reiterativa. Mucho efecto digital, pero poco interés.

Yucatán. Un buen director, como ha acreditado en sus anteriores películas, que demuestra lo difícil que es el género de la comedia. Una primera parte en la que te dan ganas de salirte del cine y una segunda que está un poco mejor.  

Beirut (El rehén). Una entretenida película de espías en el Oriente Medio de principios de los ochenta. Mejor de lo que esperaba encontrar y, como suele ser habitual en una parte del cine estadounidense, bastante crítica con la actuación de su país o, al menos, de ciertas organizaciones del mismo.

Todos lo saben. Resulta bastante sorprendente que un director iraní haga una película en España y con actores españoles, pero Farhadi (El viajante, Nadar y Simin,…) es lo suficientemente bueno como para hacerlo y que el resultado merezca la pena. Un buen guion y una magnífica dirección de actores hacen que la película, salvo para mi gusto el tramo final, se vea con interés y tenga escenas y momentos intensos muy logrados.



Series


A Very English Scandal. Magnífica miniserie de apenas tres episodios pero en los que se cuenta de forma clara el escándalo sucedido en los setenta con el diputado liberal Jeremy Thorpe. Unas interpretaciones de nivel británico, esto es, espléndidas y una dirección de Stephen Frears muy típica de él. Una serie muy recomendable.

Deep State. Serie estadounidense de espías con el tema de la posible guerra con Irán de fondo. Estuve a punto de dejarla en el segundo episodio, pero le di una oportunidad y ha resultado ser más o menos entretenida dentro de su flojedad. Eso sí, nunca he visto que los malos, bueno los “más malos”, fueran dirigentes del M.I-5 y la CÍA. Prescindible.

Sharp objetcs (Heridas abiertas). Magnífica serie estadounidense en ocho capítulos. Basada en una novela, no es exactamente ni un thriller ni una película policíaca, es mucho más: un buen reflejo de la sociedad rural de ese país y de las relaciones que se establecen dentro de una familia peculiar. Interpretaciones espectaculares de Amy Adams y Patricia Clarkson. Una serie tremendamente adictiva.

 Paradise Lost. Tres documentales sobre un mismo tema pero realizados a los largo de 18 años. Tres niños de 8 años fueron asesinados en un pueblo de Arkansas en 1993; se detuvo y acusó a tres jóvenes de entre 16 y 18 años. Los documentales recogen todas las vicisitudes de los sucesivos procesos y están fechados en 1996, 2000 y 2011. Los tres son magníficos y dejan al descubierto una vez más los fallos del sistema judicial y policial  estadounidense. Recuerda en algunas cosas la también magnífica serie documental Making a murderer.
  
The Five. Serie británica del mismo creador que Safe, comentada en el anterior Andamio. Al igual que aquella, el punto de partida es una misteriosa desaparición. Los dos o tres primeros capítulos son un tanto complicados y estuve a punto de dejar la serie, pero a partir de ahí empiezan a entenderse algo mejor las cosas y resulta entretenida sin llegar al nivel habitual de las series de esa procedencia.

The Affair. Cuarta y última temporada de una serie que empezó muy bien, bajó un tanto y, al menos para mí, ha remontado en esta temporada final. Siguen con el perspectivismo en varios capítulos, pero sobre todo se van centrando en aspectos parciales de los diferentes protagonistas que siempre resultan interesantes y sugerentes. Además, las interpretaciones son magníficas.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Un tanto defraudado




Vaya por delante el agradecimiento a la editorial Errata Naturae que está poniendo a nuestro alcance autores tan interesantes como Edna O’Brien, Luciano Bianciardi o Brigitte Reimann. Sin embargo, en el caso de Frank tengo alguna duda. No he leído el anterior libro que publicó la editorial, Karl y Anna, pero reconozco que este me ha defraudado un tanto.
Se trata, en palabras de la traductora en una nota a pie de página, de una “biografía ficcionalizada”. Además, de la biografía de un hombre que tuvo según escribe Armin Strohmeyr en el Epílogo:

“Una vida “novelística” de punta a cabo, pues, una vida que supo igualar lustre y miseria, gloria y persecución, dudas sobre uno mismo e inflada vanidad. Desde esa perspectiva, el término “novela” resulta realmente lógico para A la izquierda, donde el corazón.” (p. 308)

Efectivamente, partiendo de su ciudad natal y de su situación de extrema pobreza, comenzará un periplo que le llevará primero a Múnich, más tarde a Berlín y luego tras la llegada de los nazis al poder, al exilio durante diecisiete años en Suiza, París y Estados Unidos desde donde regresará en 1951. Durante ese tiempo tuvo tres relaciones amorosas y se convirtió en un  escritor relativamente famoso y con buenos ingresos.
Todo esto lo cuenta Frank creando un alter ego, Michael Vierkant,  que le permite por un lado, utilizar algunos personajes no reales, y por otro, algún título de libro que tampoco existió. De ahí ese carácter de novela y no de mera autobiografía.
Una vida tan intensa y en una época tan conflictiva y dramática tendría que ser apasionante y, sin embargo, ahí está lo que a mí me ha defraudado del libro, su falta de emoción y de tensión. Puede que tenga que ver con la siguiente declaración de principios que hace al referirse a su protagonista:

 “Se esforzó (…) por construir cada frase del modo más claro y sencillo posible, de manera que el lector pudiese comprender sin esfuerzo lo que leía. Siguió una norma fundamental: el trabajo ha de hacerlo el escritor, no el lector.” (p. 285)

Claridad que siempre se agradece, pero que no es óbice para que, al mismo tiempo, la historia se cuente con más intensidad y pasión.
Aunque se lo compara en la contraportada con Stefan Zweig en lo que a sensibilidad se refiere, creo que hay bastante diferencia entre ambos.
Este libro de Frank se lee con facilidad y resulta entretenido, pero no aporta nada al conocimiento de la época ni, me atrevería a decir, al del propio autor.

Leonhard Frank, A la izquierda, donde el corazón. Traducción Esther Cruz Santaella.

jueves, 27 de septiembre de 2018

"Gracias a todos": Nuevas citas I


Hace más de seis años que autoedité Gracias a todos en el que recogía la mayoría de las citas que había ido recopilando hasta entonces. En este tiempo he seguido con mi vieja costumbre y he pensado que sería una buena idea publicarlas en el blog organizadas por temas, con algún comentario si se tercia, tal y como hice en el libro.




Abstención

“El mayor castigo por no querer participar en política es acabar gobernado por personas peores que uno”.
Platón, La República citado en
 Guy Standing,  La corrupción del capitalismo


Amistad

¿Cuál es la medida real de la amistad?
Voy a decírselo a ustedes. Es la cantidad de tiempo que uno desperdicia con las desgracias y calamidades del otro.
Richard Ford, El periodista deportivo


Amor

No sentía con bastante profundidad lo que hacía con aquellas pobres muchachas. Su cuerpo le había hecho el amor a mujeres, pero él no.
Sherwood Anderson, Muchos matrimonios



Aún le quiero, si amar es sentirse derretir de placer al solo gesto de una mano, admirar sin reserva, compartir en secreto unos gustos comunes de los que uno no se atreve a hablar a fin de no delatarse.
Marie Vieux-Chauvet, Amor, ira y locura



El amor que nace del miedo a la soledad es tan triste y poderoso como la muerte.
Irene Némirovsky, El malentendido



¿Existe algún amor que no sea egoísta, que no busque someter al hombre o la mujer a la propia conveniencia?
Cesare Pavese, Antes de que cante el gallo



El amor, siempre lo he comprobado, es más intenso cuando su objeto es indigno de él.
John Banville, El intocable



Sabía el significado del amor. El amor era no crear problemas, no ponerse en situación de crearlos. Era no dejar a una mujer porque se ha puesto el pensamiento en otra. Era no llegar nunca a estar donde se juró que nunca se estaría. Y no era vivir aislado, estar solo. Eso nunca. Nunca.
Richard Ford, Rock Springs



-Estar enamorado es como ir en un crucero, creo yo. No está mal si se navega por mares tranquilos. Pero cuando las aguas se agitan, es fácil empezar a sentirse muy mal. De hecho, es asombroso lo rápido que puede ocurrir.
Philip Kerr, La dama de Zagreb



“A veces parece que solo las personas inteligentes son lo suficientemente estúpidas para enamorarse y que solo las estúpidas son lo suficientemente inteligentes para dejarse amar.”
Élizabeth Bishop citada en
Marta Rebón, En la ciudad líquida



Así es como, por azar, Shúrik describió la ley del amor más grande y más secreta: en la elección del corazón los defectos poseen una fuerza de atracción mayor que las cualidades, porque son las manifestaciones más brillantes de la individualidad. .
Liudmila Ulítskaya, Sinceramente suyo, Shúrik


La recomendación de Platón es muy útil y real.
Casi todo, si no todo, lo que se suele decir sobre el amor tiene algo de verdad. Aquí hay buenos ejemplos. En particular me gusta la primera idea de Némirovsky.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Sobre el auge de la extrema derecha



Estos dos reputados periodistas hacen un buen repaso de la situación política en prácticamente todos los países de la UE, atendiendo fundamentalmente al auge que están experimentando lo que llaman populismos. Para quienes, como es mi caso, no seguimos el día a día de estos temas, el libro es especialmente útil e interesante porque da mucha información de la situación en cada país, incluidas bastantes cifras sobre resultados electorales.
Dentro de ese análisis general destaca el espacio que dedican a países como Grecia, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania y España aunque no sea lo único interesante y, en algunos casos, ni siquiera lo más interesante ni lo mejor tratado.
Previamente se dedican en un extensísimo Prólogo de más de 50 páginas a intentar explicar qué es el populismo. Esta parte es con mucha diferencia lo peor del libro. Utilizan multitud de citas de dos o tres escritores franceses sin dar  la referencia y sin que quede demasiado claro por qué la cita en ese momento. El tema es de los más controvertidos hoy en día y hay multitud de libros y artículos sobre él escritos por teóricos de muchos países y varias tendencias políticas, sin embargo, como decía, solo citan a franceses y en un caso al catalán Joan Subirats que resulta ser, precisamente, quizá la cita más clarificadora de todo el Prólogo.
Además, dan la impresión de que en unos momentos tienen en cuenta a todos los grupos y en otros solo a algunos. Por ejemplo, en el siguiente fragmento no creo que estén pensando ni en Syriza ni, desde luego, en Podemos:

“La extrema izquierda, abjurando del internacionalismo y la alianza planetaria de los proletarios para volverse discretamente xenófoba, se junta con la extrema derecha. La denuncia de Europa ya no es entonces sino un segmento común, el campo de batalla, y no la fortaleza que se espera tomar.” (p. 52)

Siguiendo con estos aspectos criticables, hablando de España y de Podemos afirman:

“(…) “los cinco de Podemos” (se refieren a los fundadores) empezaron a ocupar los medios de comunicación, especialmente la cadena privada La Sexta”.” (p. 111)

“Ocupar” parece una expresión poco afortunada y algo alejada de la realidad. Participar frecuentemente sí, pero ocupar es muy difícil porque ya estaba ocupado, y por cierto sigue estándolo, por otro tipo de opciones políticas.
Por otro lado se puede leer también algo tan peregrino como:

“Si algo confirma lo que ha sucedido en España en los últimos años es que es la derecha la que realmente ha entendido cómo funcionan los medios de comunicación y las redes sociales, la que sabe cómo tocar la fibra visceral, lo emocional, mientras que la izquierda acaba perdida en el laberinto de las pasiones y no sabe cómo explicarse a sí misma.” (p. 125)

“Realmente entendido” dicen, y la pregunta sería, ¿de quién es la propiedad de la inmensa mayoría de los medios? No sé si lo han entendido o no, ni creo que haya que plantearse esa cuestión porque simplemente los medios son “suyos”.
Más allá de estas críticas puntuales y de otras que se podrían hacer, el libro, como decía al principio, resulta útil para ver cómo está la situación en la UE y cómo y por qué, aunque este es otro tema que queda muy abierto al debate, se está produciendo un auge de la extrema derecha e incluso de movimientos que se reconocen a sí mismos como neonazis. Hablo de extrema derecha y no de populismos porque creo que a lo largo de las páginas del libro se habla casi exclusivamente de este tipo de grupos y porque, además, creo que se entiende mejor el término.
Un libro para repensar y debatir muchas cosas.

J.M. Martí Font y Christophe Barbier, La fortaleza asediada. Los populismos contra Europa. Traducción textos en francés María Méndez.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

El Enquist más complejo




Al plantearme el comentario de este libro siento la misma perplejidad e indecisión que sintió izas hace años al reseñarlo en unlibroaldia.blogspot.com, porque no se trata de una lectura a la que uno esté habituado. Dicen los traductores en la Nota biográfica que publican al final del libro: “Enquist es uno de los escritores contemporáneos suecos más conscientes de la forma y de técnica narrativa más depurada; su prosa es analítica, intelectual y experimental.” (P.114) Precisamente en este libro se aprecian bastante bien esas características.
Puedo decir que conozco algo al autor porque en los últimos tres años he leído cinco libros con muy diferente resultado como se puede comprobar por los comentarios que puse en el blog. No es un autor fácil; sin embargo, da la casualidad de que el libro que leí hace apenas dos meses, La visita del médico de cámara, debe de ser el que ha escrito a la manera más “tradicional” por lo que había perdido la costumbre de enfrentarme a un texto con dificultades.
Al comenzar a leer este que ahora comento me sentí perdido, no sabía muy bien qué estaba pasando ni por dónde podría continuar, pero a medida que avanzaba iba poco a poco viendo el sentido y entendiendo al menos una parte de la historia o historias que no son, desde luego, muy habituales. Como dice Nils Schwatz en un extracto de su crítica reproducido en la contraportada: “es un retrato grotesco, raro, pero que demuestra el triunfo del amor entre seres humanos imperfectos”.
Raro, efectivamente, muy raro, pero en el que al mismo tiempo, gracias a la magnífica escritura de Enquist, terminas entrando y disfrutando.
Desde luego estamos ante un libro que hay que leer más de una vez. Creo que la segunda lectura, al conocer ya por dónde va la historia, debe de ser mucho más interesante.
No sé si lo recomendaría a quien no haya leído nada de este autor.
Quizá convenga advertir que el libro se tradujo y publicó en 1985 por lo que tampoco será fácil de conseguir. Me escribe la editorial en Facebook que sigue en catálogo y que puede adquirir.

Per Olov Enquist, El ángel caído. Traducción Martin Lexell y Cristina Cerezo Silva

martes, 18 de septiembre de 2018

Buen descubrimiento




Se trata de una autora de la que he visto muchos libros en las librerías a lo largo de los años, pero a la que nunca he hecho demasiado caso. Craso error. Algo parecido me pasó con la argentina Marcela Piñeiro y no solo me he arrepentido, sino que le estoy poniendo remedio leyendo lo principal de su producción.
De Restrepo se han dicho cosas muy relevantes que la editorial reproduce en la solapa de este libro, cosas como: “Una prosa que por momentos nos quita el aire.” (Elena Poniatowska) o “Cuando la escritura llega hasta donde la llevó Laura Restrepo, hay que quitarse el sombrero.” (José Saramago). Y tienen toda la razón porque quizá lo que más llama la atención de esta novela es su escritura y su lenguaje.
Restrepo toma unos hechos reales, la violación y asesinato de una niña de siete años producidos en 2016, que tuvieron una repercusión extraordinaria en la sociedad colombiana a pesar de que, como se dice en el libro: “En este país nuestro ha sido tanta la guerra, tanta, soportada por demasiado tiempo, que los vivos ya estamos acostumbrados y los muertos olvidados y no hay quien registre el catálogo. La violencia pesa y pasa, así sin más, pasa y arrasa, y la muerte se ha ido volviendo vida cotidiana.” (p. 246) Toma esos hechos, decía, y construye una posible historia sobre su autor o autores.
El libro se divide en seis capítulos en los que uno de los protagonistas, Hobbit, va presentando en primera persona a los otros cuatro: Muñeco, El Duque, Tarabeo y El Píldora, todos pertenecientes a la clase alta de Bogotá excepto el narrador que es de una clase inferior. Solo en el capítulo cuatro se narra de forma bastante indirecta y nada morbosa los hechos reales.
Antes hablaba de la importancia de la escritura en la novela y para comentarla nada mejor que reproducir un fragmento de la reseña hecha en el blog laslecturasdeguillermo.wordpress.com

“Laura Restrepo consigue describir la monstruosidad sin enunciarla; solo la muestra, deja que hable por sí misma. Y lo hace a través de un profundo y espléndido trabajo con el lenguaje. La oralidad del discurso y el fraseo de los personajes retratan prodigiosamente un grupo social y una actitud. De eso se vale Restrepo para desplegar ante el lector la foto de grupo donde esta terrible historia se fraguó. Los jóvenes formados en el Liceo Quevedo, semillero de los hombres más poderosos de Colombia, acaban siendo eso: cómplices. Gente atrapada en su universo narcisista e infantil.”

Algunas de las caracterizaciones son: tenebroso, matón pero amoroso; sibilino y lleno de aristas; evita el contacto físico y miedoso; busca el orden y la perfección; servicial, amable. Personajes inmaduros a pesar de que han sobrepasado los treinta; miembros de una generación que se niega a crecer.
Una novela que engancha desde las primeras líneas y que mantiene la tensión y la atención del lector haciendo uso de un lenguaje muy llamativo que, imagino, se corresponde bastante con el de esos grupos sociales y en el que se pueden encontrar términos como: teiboleras (las bailarinas de table dance); edificio clasemedioso o apto (por apartamento), entre otros muchos.
En resumen, una magnífica novela absolutamente recomendable. Pronto me pondré con algún otro título de la autora.

Laura Restrepo, Los divinos

domingo, 16 de septiembre de 2018

El primer Mankell



Qué grata sorpresa encontrar el otro día un libro desconocido de Mankell y ver que se trataba nada menos que del primero que publicó en 1973 con apenas veinticinco años. Este escritor está entre mis autores favoritos y así aparece en la serie que les dedico en el blog. He leído la inmensa mayoría de los libros que se han publicado en España y solamente uno, Profundidades, me ha defraudado. El resto me habrán parecido más o menos acertados pero, tanto con los que forman la serie africana, como con los dedicados a temas variados y, sobre todo, con la serie que tiene como protagonista al comisario Wallander he disfrutado y he pasado magníficos momentos de lectura.
Desde su fallecimiento no esperaba ya leer nada de él salvo uno que aún tengo pendiente, Las Daisy Sisters, de ahí la agradable sorpresa de este ejemplar que, además es un libro muy original en su concepción y en su desarrollo y que, curiosamente, tiene muy poco que ver con lo que será la forma de escribir del autor sueco.
El libro cuenta la historia de un trabajador que se dedica a poner la dinamita preparando el terreno para las obras públicas. En 1911 sufre un grave accidente al explotarle cerca una carga y quedará con graves secuelas físicas, aunque no le impedirán seguir trabajando en la misma profesión en el futuro.
Se trata de una historia de superación y de lucha por mejorar las condiciones de vida; unas condiciones que se describen en varios momentos y que eran realmente duras: trabajos penosos de limpiador de fosas sépticas como el del padre, casas sin prácticamente espacio ni comodidad alguna, múltiples accidentes laborales, en fin, lo que era la vida de la clase obrera en la primera mitad del siglo XX. En ese contexto Oskar Johansson, el protagonista,  se afiliará al partido socialdemócrata sueco aunque terminará abandonándolo porque:

“La decadencia más vergonzosa de los socialdemócratas es que han convertido el socialismo en una especie de organización para funcionarios inútiles que se llenan los bolsillos a costa de los trabajadores.” (p. 197)

 Creo que aquí está una de las claves de esta novela: la defensa de la lucha sindical y política y un cierto desengaño con los socialistas.
Se ve muy bien lo primero con unas palabras de Oskar al referirse a su hijo:

“- No me gusta que el chico empezara a llamarse director en cuanto se compró una lavadora y empezó a lavarle la ropa a la gente. (…) Hubo un tiempo, cuando tenía veinte años, en que era un chico estupendo, protestaba y armaba jaleo.” (p.199)

Todo esto por lo que se refiere al contenido de la novela. Decía al principio que es algo diferente a lo que será su forma habitual de narrar. En este caso emplea diferentes perspectivas para explicar los hechos Usa la primera persona cuando un joven narra sus encuentros con el protagonista en una isla en los veranos de los años sesenta y la tercera para describir acontecimientos. También recurre a los recuerdos del propio Oskar. Además, no narra siguiendo la cronología sino que va alternando momentos distintos con mucha eficacia.
Una de las cosas más destacables de la novela es la gran sensibilidad que muestra y el enorme cariño con el que trata a casi todos los personajes con momentos tan entrañables como cuando Oskar es acogido en su casa por un compañero tras ser expulsado por su padre al enterarse de que era socialista. Magnífico también el diálogo con su mujer sobre la lentitud de los cambios que se producían cuando los socialdemócratas llegaron al poder.
Una suerte y una auténtica gozada la lectura de esta primera obra de un gran escritor que ya apuntaba lo que vendría después.
Hay una buena reseña de Justo Navarro en elpais.com en la que no solo se habla de este libro.


Henning Mankell, El hombre de la dinamita. Traducción Carmen Montes

jueves, 13 de septiembre de 2018

Crítica del maoísmo



Este es el tercer libro publicado de Lianke y el tercero que leo. Se publicó hace dos años, pero no sé muy bien por qué he tardado tanto en leerlo porque ya tengo el cuarto, recientemente publicado, entre los pendientes de lectura.
Lianke es un autor especial. Trata temas de un gran interés y lo hace de una forma tremendamente original y personal. Prefiero utilizar las palabras de Belén Cuadra Mora, en elcuadernodigital.com, porque es una gran conocedora de la obra del autor ya que ha traducido los tres libros que ha publicado la editorial Automática:

“Bajo la línea argumental que recorre los años del Gran Salto Adelante y la Gran Hambruna, subyacen los temas transversales que atraviesan gran parte de narrativa de Yan Lianke: la voracidad de modelos parasitarios que persiguen el desarrollo a costa de la sangre de muchos, los abusos del poder, las brechas entre campo y ciudad, la deshumanización inexorable de unos personajes empujados a sobrepasar límites inimaginables en condiciones extremas, la incansable lucha por la supervivencia o la denuncia del olvido.”

La mayoría de esos temas aparecen en esta extensa novela de 368 densas páginas en la que se hace una fuerte crítica del régimen maoísta y de las políticas que llevó a cabo a finales de los cincuenta con unas consecuencias desastrosas para gran parte de la población.
Para contar la historia utiliza cuatro libros desde una perspectiva un tanto diferente que la traductora, Taciana Fisac, explica muy bien en un interesante Prólogo. De esos cuatro libros a mí me ha gustado sobre todo el enfoque que se hace desde el titulado El antiguo cauce en el que “el escritor”, escribiendo en primera persona, describe muy bien las cosas que estaban sucediendo. Entrecomillo el escritor porque una característica del libro es que no hay nombres propios y los personajes se llaman: el niño (personaje de gran protagonismo y que da título a otro de los libros, El niño del Cielo), la música, el erudito o el de religión, entre otros.
En general, el libro me parece muy conseguido, sin embargo creo que se extiende demasiado en algunos aspectos que resultan un tanto pesados por lo reiterativo. Me refiero sobre todo a la insistencia tanto en las cifras cuando se trata de producir hierro y acero, como a la presencia constante de los premios de rosas rojas de papel o de estrellas de cinco puntas que pueden utilizarse para volver a casa porque, lo que no he dicho hasta ahora, es que la historia se desarrolla en un campo dedicado a la reeducación de aquellos que se habían significado por sus críticas al sistema.
Hecha esta salvedad, tengo también que decir que los dos capítulos y casi 100 páginas que dedica a La Hambruna son realmente magníficas y, eso sí, muy duras de seguir en algunos momentos.
Para terminar el comentario dejo las palabras finales del Prólogo:

“Algunas de las obras anteriores de Yan Lianke pueden calificarse de alegóricas y burlescas; en Los cuatro libros no olvida su característica parodia para abordar hechos dramáticos y reales, y hace uso de todos los recursos lingüísticos y poéticos a su alcance con una creatividad desbordante.” (p. 13)

Aunque es el que menos me ha gustado de los tres del autor, es recomendable porque se trata de una literatura muy diferente de la que habitualmente se publica. Es lo mismo que sucede con la de la escritora coreana Han Kang, que cuentan historias diferentes pero, sobre todo, que tienen unas formas muy personales de hacerlo.

Yan Lianke, Los cuatro libros. Traducción Taciana Fisac.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Examinando el estado de la justicia en España



Conozco bastante las opiniones sobre la justicia de los dos autores. A Escolar lo sigo como suscriptor de eldiario.es y a Bosch por alguna de sus intervenciones en distintos programas de televisión. Aun así, el interés de este libro no solo no disminuye sino que se hace más evidente, pues los autores han conseguido hacer un repaso casi exhaustivo del mundo judicial y de su actual estado.
El libro está dividido en una introducción, nueve capítulos y otro más  de conclusiones finales. En los diferentes capítulos se abordan temas como: las dificultades en la lucha contra la corrupción, las injerencias del poder político en la justicia, los problemas con las garantías y la presunción de inocencia, las entidades bancarias y los derechos de los consumidores, la actuación del sistema judicial en el conflicto catalán y, dicho en forma más resumida: la memoria histórica, la violencia de género, los refugiados y la ley mordaza.
Como se puede apreciar, están todos los temas que salen a diario en los medios de comunicación. Con ser importante este carácter exhaustivo, más importante aún es el tratamiento que los autores les dan. No hay reparo en decir lo que piensan y, además, demostrarlo con montones de ejemplos muy bien traídos en cada caso.
El libro está escrito en forma de diálogo con intervenciones alternativas si bien la impresión que tengo es que una parte pudo hacerse en forma oral pero hay mucha corrección y puesta a punto posterior. Digo esto por la precisión con la que se abordan los temas que, por otra parte, al tratarse de la justicia, necesitan de esa precisión para no convertirse en una charla de café.
No hacen grandes descubrimientos, ni creo que esa fuera su intención, pero sí que queda un estado de la cuestión muy completo en su amplitud y en la profundización hecha en cada aspecto tratado. Además, quitando la introducción que me ha resultado un tanto farragosa, el resto del texto está escrito de forma muy clara y aunque resulte algo denso por la tipografía usada la lectura no lo es.
Todo el contenido del libro es interesante y hasta diría que apasionante por momentos. A pesar de ello, a mí particularmente me han llamado la atención algunas cosas como: las explicaciones sobre el Tribunal de Cuentas; lo que cuenta Escolar sobre el caso Naseiro; los casos y casos de injerencia del poder político y el papel que está jugando la Audiencia nacional; la importante reflexión de Bosch sobre la influencia social en el delincuente y sobre la reinserción; las injusticias cometidas con las hipotecas y que haya tenido que ser un tribunal de la UE el que lo solucione ante el abandono por parte del TC español; la aclaración que hacen sobre la asimetría en el trato a hombres y mujeres en los casos de maltrato y, finalmente, los casos recientes de recorte de las libertades con los múltiples ejemplos que ponen.
Creo que estamos ante un libro fundamental para entender nuestro país porque en los últimos tiempos la justicia se ha convertido, la han convertido, en un elemento más de la política. También tengo que decir que es un libro un tanto desmoralizador a pesar de la insistencia que hacen los autores en que los casos que cuentan son una minoría del trabajo ejemplar que hacen miles y miles de jueces. Sin embargo, desmoraliza la capacidad de manipulación que tienen determinados personajes y, por qué no decirlo, partidos, que lleva a que sea muy cuestionable el principio de que todos somos iguales ante la ley. Si a lo que se cuenta en el libro unimos el inmenso trabajo periodístico que está realizando en eldiario.es Elisa Beni destapando arbitrariedades y malas prácticas, la desmoralización crece.
En todo caso hay que agradecerles a todos este trabajo constante por intentar sacar a la luz los aspectos más oscuros del funcionamiento de la justicia y defender con ello los derechos que tenemos todos como ciudadanos. Hoy, con leyes como la llamada Ley mordaza, el peligro de seguir retrocediendo en libertades públicas es muy grande y hace falta que los que tengan conocimiento y un altavoz lo denuncien permanentemente.
Libro no solo recomendable, sino imprescindible.

Joaquim Bosch e Ignacio Escolar, El secuestro de la justicia. Virtudes y problemas del sistema judicial.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Citas últimas lecturas


Suicidio

El suicidio afirma el libre albedrío de los humanos y, por tanto, usurpa la potestad de un ser supremo sobre la vida, cuestionando el poder de Dios: se trata de un desafío a la eternidad
Nazanín Armanian/ Martha Zein, No es la religión, estúpido


Libros, lectura

La atención mediática, cuyo principal objetivo es dar voz y cuerpo a la estrella del momento, ha acostumbrado a los lectores a la idea de que es más importante el productor de obras que las obras mismas. Como si dijéramos: te leo porque me gustas tú, confío en ti, eres mi pequeño dios.
Elena Ferrante, La frantumaglia

Además, los libros auténticos solo se escriben para ser leídos. El activismo promocional de los autores tiende, en cambio, y cada vez más, a borrar las obras y la necesidad de leerlas.
Elena Ferrante, La frantumaglia


Religión

Pocas instituciones han hecho tanto daño a tantos seres humanos, sobre todo en su sexualidad y sus deseos, como las religiones, el cristianismo y el Islam de maneras evidentes. Ambas comparten el horror al sexo libre, es decir, el horror a la libertad individual.
Jorge Volpi,  Examen de mi padre

                        
Identidad

¿Qué significa ser mexicano, francés, malayo o chipriota? Si somos sinceros, no demasiado: haber nacido y crecido en un territorio particular, tener un pasaporte, haber sido adoctrinado para asumir ciertas ideas por encima de otras y haber copiado, de modo más o menos involuntario, las conductas, costumbres y prejuicios de nuestros padres y vecinos. Todo en nuestro tiempo refuerza esta adscripción tribal y primitiva, empezando por la Olimpíadas y los mundiales de fútbol con su exaltación de colores, banderas e himnos.
Jorge Volpi,  Examen de mi padre


Dinero

 -Si algo aprendí en la policía de Berlín –observé-, es que el dinero es como una pensión del Estado. Nunca hay suficiente para jubilarse.
Philip Kerr, El otro lado del silencio



Escritor

A mi entender, mientras los miembros de la familia humana estén enfrentados, el escritor no puede dedicarse a entretener a quienes participen de este crimen colectivo… Toda obra literaria es reprobable, a mi juicio, porque desvía la atención de los hombres del crimen que cometen y los mantiene en la mentira de estar inmersos en una vida cultural en medio de la barbarie generalizada.
Károly Pap, Azarel

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Algo más que periodismo




Hace muchísimos años que no leía un libro de Sender del que en los setenta y ochenta leí todo lo que cayó en mis manos. Me gustaba cómo escribía, los temas que trataba y el compromiso que asumía en cada libro. Compromiso que llega al máximo en este que ahora comento y que no sabía que existiese a pesar de la importancia histórica de los hechos que narra.
Sender se  fue a Casas Viejas unos días después de que sucediese la matanza. Lo hizo en avión, enviado por el periódico La Libertad, para ser de los primeros en llegar y desde allí envió un conjunto de crónicas que luego, en 1934, con algunos añadidos publicó en un libro que es el que ahora se reedita.
El libro está escrito como si el autor hubiese estado presente en el momento en que sucedieron los hechos e, incluso, en algún momento, como si se encontrase dentro de la choza de Seisdedos. Esto dota a la narración de una fuerza y una intensidad muy grandes y hace que sea una lectura apasionante, y desde según qué postura político-ideológica, apasionada.
En los primeros capítulos describe Sender la situación del campesinado de la zona de tal manera que queda clara la justificación de alzarse para construir el comunismo libertario. Valgan dos ejemplos:

“Pero observemos también que el hambriento de Andalucía no es como el de Castilla o el del norte. No es un ser reflexivo que busca salidas ingeniosas para ir malviviendo. Que “se las apaña“ como puede. Aquí no puede de ninguna manera. Hay un hambre que no es ya humana, ni ciudadana. Un hambre cetrina y rencorosa, de perro vagabundo.
(…) su choza…no puede llamarse “casa”, sino guarida.” (p. 29)

“Las tierra seguían alambradas y cercadas “para nadie”.  El hambre y la desesperación, el no hacer nada y la esperanza –como único horizonte- de que el cura los convocara una día u otro –quizá mañana, siempre ese “quizá”-, para darles un bono de una peseta canjeable por sesenta céntimos de víveres; ese porvenir inmediato les aguardaba.” (p. 107)
A partir de ahí narra el levantamiento y, sobre todo, la terrible represión por parte de los guardias de asalto dejando un tanto al margen a los guardias civiles que intentan en algún caso salvar a vecinos.
No ahorra la crítica, al contrario, escribe un verdadero alegato contra las fuerzas del orden y su brutal actuación (dejaron 17 muertos). El siguiente fragmento puede ser un buen ejemplo:

“Hoy está hospitalizado en Cádiz y se puede identificar fácilmente, porque es el único obrero de Casa Viejas que se halla en ese establecimiento, y también el único herido que no fue rematado.
(…)
El vecino tampoco llevaba armas y se daba el caso de que, estando enfermo, había salido por curiosidad a la calle a ver lo que ocurría. Recibió varias heridas y murió casi en el acto. Se llamaba Andrés Montiano.” (p. 83)

En el libro hay críticas para casi todos: el señorito andaluz, los terratenientes, los burgueses, los republicanos, los socialistas y hasta hay alguna para los dirigentes que convocaron el levantamiento (“la octavillas estaban escritas por unos hombres que no tenían conciencia plena de su responsabilidad ante los hechos” se puede leer en la p. 139).
Muy dura por lo significativo es la que hace de los socialistas:
“Hablando con un socialista que indicó a las fuerzas las chozas de los rebeldes, nos decía hipócritamente cada vez que hablaba de los obreros:
-¡Los pobresitos…! (p. 147)

En el interesante Prólogo que acompaña esta edición, Antonio G. Maldonado matiza algunas de las cosas que Sender escribió principalmente en lo que hace a la responsabilidad sobre la represión que el autor sitúa directamente en el mismo Azaña y que parece  demostrado que no fue así.
El libro está muy bien escrito y cuenta con la particularidad de intentar reproducir el lenguaje de la gente en las conversaciones.
Sender, que ya había publicado el magnífico Imán, nos ofrece un buen ejemplo de periodismo narrativo en la línea de lo que por aquellas fechas hacía también Chaves Nogales, aunque difieran en sus preferencias políticas. Es un libro que no deja indiferente al lector tanto si se posiciona a favor como en contra de lo que lee.

Un comentario final de otra índole. Evidentemente no parece plausible que hoy se pudieran producir hechos de semejante calibre en lo que a represión se refiere, pero desde luego lo que también es cierto es que tampoco hoy sería posible publicar artículos de este tipo con la actual ley mordaza y la involución que se está produciendo en el país.
Hay dos buenas reseñas bastante diferentes en su contenido: la de Antonio Muñoz Molina en elpais.com y la de Luis Matías López en librosdelasteroide.com.



Ramón J. Sender, Viaje a la aldea del crimen.