No es ni mucho menos la primera vez que comento un
libro de Juliana. Desde que leí La deriva de España que, por cierto,
como es de 2009 no está comentado en el blog, he seguido sus publicaciones con
interés y leído con aprovechamiento. Actualmente sigo sus intervenciones en la
cadena SER que siempre ofrecen una visión un tanto diferente de la habitual y
siempre resultan sugerentes.
En este libro, Juliana recoge un conjunto amplio de
artículos, el libro tiene 619 páginas, escritos desde que fue destinado en
Madrid por el diario La Vanguardia en 2004 y, por lo tanto, recorren los
últimos veinte años de la vida política española.
Hay una preponderancia de artículos dedicados a la
situación política, pero, sobre todo a medida que pasan los años, van
apareciendo otros temas de la actualidad como pueden ser, por ejemplo, el de la
energía al que dedica varios escritos y que parece ser que le interesa y
preocupa especialmente.
Los artículos se recogen en forma cronológica y hay
una introducción antes de comenzar con los de cada uno de los años.
Introducciones que son muy interesantes y útiles sobre todo para los que, como
es mi caso, tenemos una memoria un tanto deteriorada.
Obviamente, no puedo comentar prácticamente nada sobre
un contenido tan abundante como trabajado. Quizá decir que hay algunos como,
por ejemplo, los titulados: Los humos que bajan, El café para todos
y Las cuatro generaciones, de 2008, 2011 y 2015 respectivamente, en los
que Juliana demuestra especialmente su capacidad analítica unida a una buena
capacidad de síntesis.
Como madrileño de nacimiento, aunque ya casi
mallorquín de adopción, me han encantado las cosas que cuenta de sus primeros
años en la capital y de algunos comportamientos de la gente y, claro, del
ambiente político ( yo participé activamente en la política durante la
transición y sé bien de lo que habla).
Dejo la siguiente frase como un buen ejemplo: “Porque
hoy en España, en Madrid especialmente, hay gente que practica el liberalismo
como si fuese un arte marcial”. (p. 40)
Decir que Juliana escribe muy bien es casi una
obviedad porque se trata de un periodista muy acreditado, pero es que además, y
eso es lo más relevante, es un observador agudo, perspicaz, culto y a veces
socarrón, que busca siempre el eje de los movimientos que se van produciendo en
nuestra sociedad. También hace en algunos momentos algunas previsiones que no
siempre se cumplen, pues como él mismo reconoce: “La prospectiva no es mi
especialidad”. (p. 609)
Y puestos a citar, me ha gustado especialmente esta
reflexión ya al final del libro de la que participo en todo ya que es algo que
vengo afirmando en los últimos tiempos por mi situación personal ya que, a
pesar de mi provecta edad, tengo un hijo de 14 años.
“El pacto y la furia bailarán muy agarrados en los
próximos años. Las nuevas generaciones, educadas en la escuela democrática,
marcarán el ritmo de ese baile. Suya es la época y no creo que a los mayores,
los que hemos vivido y recibido los mejores beneficios de la posguerra europea,
nos asista ahora el derecho a convertirnos en heraldos de la desgracia y en
propagandistas del malestar” (p. 614-615)
Un libro realmente muy recomendable para todo aquel
interesado en lo que ha pasado en el país en estos años y también para quien
guste del buen periodismo y la buena literatura. Evidentemente, no es un libro
para leerse de un tirón sino en pequeñas y breves dosis para sacar mejor el
jugo. Como resumen puedo decir que he pasado unas horas espléndidas leyéndolo.
También recomiendo cualquiera de los otros libros del
autor, así como sus intervenciones en los medios.
Nota poco importante: en mi edición, que es la primera
de marzo de 2024, hay un par de erratas fácilmente subsanables. La confusión de
Casado por Rivera en la página 340 y la fecha de llegada a Madrid que aparece
como el 13 y el 14 de abril en las páginas 13 y 21.
¡Ah! Se me olvidaba. Ya era hora de leer a alguien que
defiende el gazpacho hecho con cominos. Es otra cosa.
Enric Juliana. España: el pacto y la furia.