jueves, 30 de octubre de 2014

Inmensa novela corta



Creo que es la primera vez que nada más terminar un libro me voy al ordenador y me pongo a escribir el comentario para el blog, pero no me extraña que sea así.
Estoy como se dice vulgarmente con el “alma en un puño”, emocionado, hace un rato a punto de saltárseme las lágrimas y asombrado con un escritor capaz de provocar ese cúmulo de sensaciones y emociones  en el lector, y aún más en uno tan “duro” como soy yo.
No hace mucho aparecía el autor en la serie de mis escritores favoritos, junto a otros dos franceses, tras la lectura de las tres novelas que se habían traducido hasta ese momento. Se traduce ahora esta su primera novela y tengo que reconocer que es la que más me ha gustado y sobre todo impactado.
Las relaciones familiares, la soledad, la incomprensión, la incomunicación y los problemas generacionales son los temas desarrollados con una construcción milimétrica a partir de una serie de monólogos en los que intervienen todos los personajes que participan en la historia. La sensibilidad en el tratamiento  de los temas y los personajes, la continua progresión de lo que se narra dejando, al mismo tiempo, ciertos aspectos inquietantes y esa escritura tan característica del autor hacen que, junto a la citada provocación de emociones, me parezca una de las mejores novelas que he leído últimamente. ¡Ah! Y, colmo de los colmos, todo eso en solo 152 páginas.
Recomendada queda, pero tengo que hacerlo otra vez con cualquiera de las otras de Mauvignier, un escritor distinto y original tanto por los temas como, y en su caso es muy importante, por la forma de tratarlos.
 
P.D Evidentemente, aunque no lo he dicho en el comentario, ser ahora padre y haber sido hijo de una determinada manera me ha "ayudado" mucho para tener esas emociones.
 
Laurent Mauvignier, Lejos de ellos

 

miércoles, 29 de octubre de 2014

Reunión de retales




Como ya he comentado en otra entradas, me acerqué a Podemos a raíz de las intervenciones de Pablo Iglesias en la televisión; posteriormente me inscribí, he votado las resoluciones de la Asamblea Ciudadana y, la semana que viene, votaré para la elección de los diferentes cargos del ya partido político.
Vaya esta declaración por delante para que no se malinterprete mi comentario del libro. No me ha gustado, me parece más que oportuno oportunista y se aprovecha del tirón de su autor para vender algo que tiene bastante poca consistencia y que más parece compuesto por una serie de retales que tenía en los cajones que por textos bien pensados y organizados para ser publicados en forma de libro.
Contiene varias introducciones, cuatro capítulos, un epílogo y dos apéndices.
El primer capítulo es, con mucha diferencia, lo más valioso del texto y lo que hace entender mejor por dónde va su autor y, en consecuencia, por dónde se orienta Podemos. Pongo una cita que puede servir de ejemplo:

 

 
“Por eso nunca se debe asumir el lenguaje del adversario político sino disputarlo. Cuando nuestros adversarios asumen términos como casta, puertas giratorias, “berlusconización”, de la política, desahucios, precariedad, etcétera, están asumiendo que el combate se ha desplazado a un terreno que nos favorece. Lograr esos desplazamientos es el objetivo de la acción política en el terreno ideológico”. (p.48)

 

En el segundo capítulo da un repaso a la historia de España desde la Restauración hasta la actualidad que es una buena síntesis tomada de varias historiadores que va mencionando a lo largo de la exposición y entre los que están desde Fernández Almagro o Jover Zamora hasta Ben Ami pasando nada menos que por Ramos Oliveira. Está muy bien escrita (esta es una característica interesante del autor, la claridad y la fluidez con la que redacta), pero no entiendo el sentido que tiene tras lo que le ha precedido y lo que viene después. Además, con sus 60 páginas forma la tercera parte del libro.
El tercero lo dedica a la crisis económica basándose principalmente en el libro de David Harvey (que, casualmente, estoy leyendo estos días). Sucede lo mismo que en el anterior capítulo, bien explicado, pero sin que haya aportaciones interesantes.
El último está  dedicado a la crisis del “régimen” y, como el mismo Iglesias afirma, la mayor parte del texto ya la utilizó en el epílogo del libro de Jacobo Rivero (libro que he comentado ya en el blog).
Los dos discursos con los que cierra el libro son, junto con el primer capítulo, lo que más me ha llamado la atención.
Como se ve, muy poco teniendo en cuenta la importancia política que en poquísimo tiempo ha adquirido Pablo Iglesias. Es cierto que de alguna manera ya  avisa en una introducción, que se trata de un libro que “tiene la frescura de quien escribía sin concesiones y servirá para conocer mi manera de ver muchos asuntos sin los matices que impone la responsabilidad política”, pero es que da la casualidad de que la tiene. En cualquier caso, me sigue pareciendo no solo un texto de circunstancias, sino un texto que habría necesitado más trabajo de elaboración antes de su publicación.
Finalmente, no quiero terminar sin antes ofrecer una cita del libro con la que termina su repaso histórico. Refiriéndose a la Transición afirma:

 

“Creo que, además de las enormes dificultades que existieron, se pudo cometer un error de fondo en la apreciación de las alternativas que existían; el mantenimiento de una opción de resistencia hubiera tenido amplio eco en grandes capas de nuestro pueblo”. (p.112)

 

Esta es una idea que se está imponiendo en los últimos tiempos ante el fracaso del sistema político actual. No puedo ni quiero extenderme ahora sobre el particular (al comentar otros libros ya he insistido en el tema), pero me parece que es desconocer mucho cómo se hizo y qué fuerzas tenía la izquierda para esa opción de resistencia. No hay más que ver cuáles fueron los resultados electorales en 1977.(Seguramente tendré que leerme el libro de Monedero sobre el tema para ver cómo lo argumenta.)
Un libro muy prescindible y una verdadera lástima porque el autor tiene muchas cosas que decir y, además, sabe transmitirlas muy bien de una forma muy clara y didáctica sin perder por ello la profundidad. La ocasión merecía un trabajo más, valga la redundancia, trabajado.

 
Pablo Iglesias, Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis

 

martes, 28 de octubre de 2014

Decepción ante un autor "maldito"




 
Tras conocer a autores de “culto” como Fante o Bunker, me llega el turno de conocer a un autor “maldito” como Bukowski, uno de los representantes del “realismo sucio”. Hace años que veo sus libros publicados por Anagrama en sus distintas colecciones y siempre me he echado para atrás cuando me entraban tentaciones de comprar alguno.
Al fin lo hice con este Hollywood por aquello de que describe sus experiencias, a través de un álter ego, en el mundo del cine que es un tema que me resulta siempre apasionante.
La verdad es que su experiencia no debió de ser muy positiva puesto que en el libro hay una crítica prácticamente de todos los sectores implicados en una película, incluyendo los críticos,  aunque desde luego lo que se llevan la palma son los productores. También hay algunos palos para la inmigración centro y sudamericana e incluso la parodia de un dirigente africano. Así que el autor se debió quedar contento y descansado cuando publicó el libro.
Para mi gusto el problema que tiene el texto es que resulta muy reiterativo en las situaciones, con unos diálogos demasiado cortos y concisos y con una trama previsible y poco interesante por esa reiteración. Mucho alcohol, muchas expresiones soeces, pero poca “chicha”.
En suma, aunque parezca mentira es un libro que me ha resultado aburrido en muchos momentos y que estaba deseando terminar a pesar de que, como decía más arriba, el tema me interesa mucho y tenía curiosidad por el autor. Quizá habrá que darle otra oportunidad.
 
Dejo dos citas del libro donde se pueden apreciar alguna de las cosas que he comentado:
 
 
“Por supuesto, lo que hacía que todo aquello apestara era que muchos de los ricos y de los famosos fueran en realidad tontos del culo e hijos de puta. Simplemente les había tocado un chollazo en alguna parte. O se habían enriquecido gracias a la estupidez del público en general. Normalmente eran gente sin talento, sin alma, ciegos, eran pedazos de mierda andante, pero para el público eran como dioses, hermosos y venerados”. (p.117)
 
 
“Nunca creí que mis críticos fuesen otra cosa que gilipollas. Si el mundo dura hasta el próximo siglo ahí estaré yo todavía, pero los viejos críticos estarán muertos y olvidados y sólo habrán servido para ser reemplazados por nuevos críticos, nuevos gilipollas”. (p.281)
 
 
Charles Bukowski, Hollywood

lunes, 27 de octubre de 2014

Sobre la historia del piano




 
Conocí este libro por el comentario hecho por un buen amigo en su magnífico blog. Él es un amante del piano en general y del piano en la música de jazz en particular y, además, es un buen conocedor del tema. Así que siguiendo su recomendación compré y he leído este espléndido texto.
Soy aficionado al jazz como he comentado más de una vez en el blog y, antes sobre todo, también a la música clásica. Pues bien, de ambas músicas trata este libro a partir de un instrumento fundamental en la construcción y evolución de ambos lenguajes musicales. Es importante también que por lo general se trata de un texto bastante entendible para quien, como es mi caso, no tiene la más mínima idea de solfeo, aunque hay momentos en los que al hablar de una forma técnica yo me he perdido, pero son la minoría dentro de un libro entretenido, apasionado (el autor también es pianista) y apasionante sobre música que te deja con la idea de que hay que escuchar muchas de las piezas y autores que en él se mencionan, esto es, que promueve la necesidad de más audiciones y mejor conocimiento.
El primer intérprete que aparece en el libro es el pianista de jazz Oscar Peterson que es, junto con Bill Evans, el que me llevó al gusto por esa música. Luego saldrán Th.Monk, D.Ellington, B. Powell, y un larguísimo etcétera de los magníficos pianistas de jazz que ha habido y que hay. No obstante, el núcleo fundamental del libro lo constituyen los compositores  y los instrumentistas de música clásica y aquí no menciono a ninguno porque están casi todos.
Anécdotas jugosas, explicaciones sobre cómo tocaban el instrumento, elementos biográficos curiosos y útiles para entender a los personajes, en fin, un poco de todo escrito además con ingenio, erudición y mucha agilidad que hacen de este libro una lectura estupenda para quien disfrute con la música.
Para una mejor información sobre el contenido del libro, remito a la entrada  del blog citado del 24 de septiembre pasado.
 
 
Stuart Isacoff, Una historia natural del piano. De Mozart al jazz moderno

domingo, 26 de octubre de 2014

Artículos Interesantes

Javier Gallego hace una buena reflexión sobre Podemos en eldiario.es.

El suicidio asistido y las diferencias sociales ante él son el tema de un buen artículo de Carlos Boyero en El País.

Guillermo Altares escribe en Babelia sobre la última literatura francesa. Hace poco puse una entrada en el blog precisamente sobre tres autores franceses que son de lo mejor que he leído en los últimos años. Dos de ellos son mencionados en este artículo.
 
Interesante lo que plantea Soledad Gallego sobre la salida de la crisis.
 
Ramoneda comenta dos imágenes y habla de la necesidad de las ilusiones.
 
El artículo elegido sobre Podemos, un "clásico" ya en estas entradas, se debe a Carlos Elordi en el diario.es. Buen resumen.

jueves, 23 de octubre de 2014

Desigual novela alemana



 
Pocas veces he leído una reseña crítica con la que estuviera tan de acuerdo como la que hizo hace un par de semana CeciliaDreymüller, una gran especialista en literatura alemana, en Babelia. A ella me remito y solo apuntaré una par de comentarios personales.
La novela, así en general, no me ha convencido sobre todo teniendo en cuenta  la fama que la precede. Tiene un buen inicio, original en el tema, muy bien ambientado en el primer tercio del siglo xx y contado a través de una serie de fragmentos. Ahora bien, luego la historia se va diluyendo como lo hace el protagonista principal, Ruven Preuk, y casi se convierte en relatar cosas de la historia de Alemania en los años 30 y 40. Finalmente, con el protagonismo de la hija de Reuven en el último tercio el libro recobra el interés.
En cualquier caso, muy lejos de comentarios como los que aparecen en la pestaña:
 
“Me ha emocionado hasta las lágrimas” (Sabine Vogel, Frankfurter Rundschau)
 
“Una novela impactante, devastadora, cuyo mensaje penetrará en la vida del lector y lo acompañará (o lo perseguirá) para siempre.” (Gabriele von Arnim, Deutschlandradio Kultur)
 
Dicho sin ninguna ironía: puede  que haya que ser alemán para tener ese tipo de sentimientos puesto que de su  historia trata el libro.
 
Svenja Leiber, Los tres violines de Ruven Preuk

martes, 21 de octubre de 2014

Citas últimas lecturas


Edad, dolor

 
Dicen que a partir de cierta edad, cuando una despierta y no siente dolor alguno es que está muerta.
Franz-Olivier Giesbert, La cocinera de Himmler

 

 Guerra

 
La guerra abre abismos en las almas y en los pueblos.
Didó Sotiríu, Tierras de sangre

 

 Suicidio

 
 (…) abogué con fervor por el derecho de toda persona a poner fin a su vida cuando lo desee, sin tener en consideración a los demás.
(El autor se refiere a algo que dijo en 1883)
Arthur Schnitzler, Juventud en Viena (una autobiografía)

 

 Laico (Estado)

 
 
Laico es el Estado que, desde el respeto de las normas jurídicas, nos permite llevar nuestra existencia como mejor nos parezca, como nos dé la gana, a la luz de nuestras propias elecciones en conciencia.
Alain Finkielkraut, La identidad desdichada

 

 Enseñanza

 

El gran problema de hoy no es la docilidad de la recepción, es la brutalidad de la desestimación que cada vez más alumnos contraponen a los contenidos de la enseñanza. No es la apatía, es la agresividad. No es la falta de espíritu crítico, es la crítica ignorante de la cultura escolar.
Alain Finkielkraut, La identidad desdichada, p.108

 

Libro

 
El libro ofrece un mundo; la pantalla fludifica el mundo; leer un libro es seguir un camino; la lectura en la pantalla es un deporte de deslizamiento. El libro despliega un tiempo en el que le está prohibido al presente penetrar; la pantalla multifunción levanta la prohibición y el presente se hace con el poder bajo el nombre tan triunfal como engañoso de “tiempo real”.
Alain Finkielkraut, La identidad desdichada

 

Edad, vejez

 
Ser viejo, dicho de otro modo, ya no es tener experiencia, es, ahora que la humanidad ha cambiado de elemento, carecer de ella. Ya no es ser el depositario de un saber, de una sabiduría, de una historia o de un oficio, es estar tullido. Los adultos eran los representantes del mundo ante los recién llegados, son ahora esos extranjeros, esos torpes, esos palurdos a quienes los digital natives miran por encima del hombro de su cibersuperioridad incuestionable.
Alain Finkielkraut, La identidad desdichada

 

Revolución, Dinero

 
El vicio del dinero es el cáncer de los revolucionarios, todos se enganchan a él y todos mueren de él.
Boualem Sansal, Rue Darwin

lunes, 20 de octubre de 2014

Literatura carcelaria




He sido muy aficionado al cine “carcelario”. Desde siempre se han hecho muy buenas películas tanto en Europa (recuerdo sobre todo  varias francesas) como en Estados Unidos. Suele reflejar unas situaciones límite en las que la condición humana aparece con todas sus contradicciones, que son muchas y variadas. (Aunque no sea lo mismo, sí tiene algo que ver con mi obsesión por el tema de los campos de concentración que ya ha salido bastantes veces en este blog.)
Sin embargo, desde la literatura no se ha tratado demasiado este tema o, al menos, yo lo desconozco. Por eso cogí este libro con muchas ganas y no me ha defraudado. La cárcel con todos sus elementos y con todos sus problemas: la deshumanización, el racismo (estamos en USA en los setenta), la violencia (con múltiples asesinatos), el mal funcionamiento de la justicia tanto de jueces como de abogados, el sexo, etc. Y, obviamente, con una mirada fuertemente crítica ya que  no en vano el autor pasó en ella veinticinco años de su vida. Solo el título es ya una declaración de intenciones.
Todo aparece reflejado en este buen libro escrito con la agilidad y el brío narrativo que he comentado ya al referirme a los otros dos libros que he leído recientemente de Bunker. A partir de dos personajes protagonistas perfectamente definidos nos va describiendo las situaciones mencionadas entre las que se incluye también una huelga por la mejora de las condiciones de vida.
Un libro muy interesante, bien contado, con pasión y que da una visión bastante negativa de este tipo de instituciones. Es el tercero que leo del autor en muy poco tiempo y vendrán otros.
Dejo a continuación algunos textos que reflejan bien algo de lo que he comentado:
 
 
“A ellos la justicia les da igual. “Ellos” eran tanto los abogados como los jueces.” (p.15)
 
“-Mira, estabas vendiendo maría como si tuviera licencia.
-Y no me parece nada malo. No me parece mal. Hay demanda.
-Eso no se lo digas al juez, ni a nadie que te encuentres en la cárcel.” (p.17)
 
“Soy un ladrón y estar en la cárcel no es más que una consecuencia inevitable. Nunca pensamos en pasar el resto de la vida fuera, simplemente se piensa en el tiempo que tendremos entre condena y condena. Si es mitad y mitad, puedes estar contento, es todo un éxito.” (p.188)
 
 
“(…) la sociedad nunca nos perdona ni nos olvida. Nos dejará seguir en libertad siempre que aceptemos tener una vida de mierda. Te dejo limpiar los zapatos por la calle o lavar coches o freír hamburguesas. A los expresidiarios blancos es lo que les toca hacer. Imagínate lo que es ser negro y salir, seguramente sin educación.” (p.189)
 
Hace poco he estado viendo una serie de televisión, Orange is the new black, que tiene también la cárcel, de mujeres en este caso,  como escenario y algunos temas en común como pueda ser el de los problemas raciales y que, además, está basada en un libro en la que la protagonista relata el años que pasó en prisión. Aunque no me ha gustado especialmente la segunda temporada, lo comento por si alguien tiene interés en estos temas.
 
Edward Bunker, La fábrica de animales
 

 

 

domingo, 19 de octubre de 2014

Artículos interesantes

Por lo novedoso pongo esta nada menos que Cuarta página que El País "deja" para que Juan Carlos Monedero y Jesús Montero expliquen algo de lo que pretenden Podemos.

Pablo Pascual González hace una defensa cerrada del proceso venezolano en Diario Público. Como no es algo habitual lo pongo aquí.

Javier Gallego escribe en eldiario.es con mucha mala leche y muy acertadamente sobre cómo el PP sobrevive a todo lo que le echen
 
Buen análisis el que hace el sociólogo Ignacio Urquizu en El País sobre el éxito de Podemos. Eso sí, contiene la ya clásica afirmación de que se trata de un grupo populista porque "dice lo que la gente quiere oír". Si fuese el único que lo hace, ¿no tendría ya el 60% en las encuestas?, pero ¿acaso no lo hacen todos antes de las elecciones? Además, los "populismos" sudamericanos están renovando sus resultados elección tras elección, ¿no será porque además de decir lo que la gente quiere oír, hacen lo que la gente necesita?
 ¿No será también que Iglesias, Errejón o Bescansa tienen mucha mayor credibilidad que Sánchez, Cepeda o Carmona?
 
Editorial de El País. Una muestra más de cómo no se debe criticar. Luego dicen que Podemos no acepta las críticas, pero es que de repente la mayoría dan un salto y dejan los clásicos calificativos y ya está.

viernes, 17 de octubre de 2014

Literatura a partir del periodismo




 
No descubro nada nuevo si digo que el periodismo estadounidense ha dado un montón de buenos escritores; en varias entradas de este blog hay ejemplo de ello. Se une ahora este libro de Mitchell que recoge tres artículos publicados su sección Perfil del The New Yorker, el primero en 1942 y los otros dos en 1964, todos referidos a un mismo personaje, Joe Gould, un vagabundo bohemio originario de una buena familia que vivía en Nueva York de lo que le daban a través de su “Fundación”.
El personaje protagonista es enormemente original, pero lo mejor es la forma en que el periodista se acerca a la historia y el modo en que la cuenta.
“Este libro es auténticamente original: no puedo pensar en nada que se le parezca” (Doris Lessing)
El secreto de Joe Gould es una iluminación a la altura de la mejor literatura” (Salman Rushdie)
Ambas frases están en la contraportada y las escribieron a raíz de la publicación en 1996 de los tres textos en un solo volumen.
Así que, una vez más, nos encontramos con un periodista que hace de su profesión algo más que informar, recrea mundos y personas, nos acerca a la realidad de una forma creativa, en fin, que hace literatura y de la buena.
Absolutamente recomendable.
 En El Cultural y en Letras Libres hay dos buenos y más completos comentarios.
Acabo de enterarme de que se llevó al cine en 2000.
 
 
Joseph Mitchell, El secreto de Joe Gould

jueves, 16 de octubre de 2014

ANDAMIO

 
Deprimente
 
Este país cansa, asfixia, agota, agobia, deprime. Al menos a mí. Y lo hace por partida doble: por un lado, por lo que sucede, pero también por cómo se cuenta y analiza. Me centraré en lo segundo ya que al comentarlo irán saliendo cosas de lo primero y luego retomaré el país como tal.
Siempre me han interesado la política y la información. Cada día leo los titulares de las principales noticias de dos o tres digitales y, eventualmente, algún artículo. Tanto por la mañana como por la noche escucho las tertulias de la radio. En total unas dos horas al día. Yo diría que estoy medianamente informado y bastante “opinado”.
Estos días el ébola; unos días antes, las tarjetas black: y  Cataluña; y antes los ERE o Bárcenas; y así según la temporada van llenando horas y horas de información y, sobre todo, de opinión. Machacando con lo mismo permanentemente, repitiendo ad nauseam las mismas ideas, los mismos argumentos, los mismos razonamientos y, eso sí, sin que los “opinadores” sean  capaces de cambiar de postura valorando los argumentos del otro.
Por ejemplo, Cataluña. ¿Cuántas veces habré oído lo de que en democracia lo que prima es la ley, la constitución o que para que haya democracia hay que dejar que se pueda votar libremente?¿Cuántas veces que Rajoy debería coger el toro por los cuernos o que hace bien esperando y teniendo todo preparado o que Mas se ha puesto a la cabeza del independentismo porque así no se fijan en los recortes que ha hecho o que se ha visto superado por ERC?¿Cuántas veces que no habrá consulta el 9N y que qué pasará el día 10? Y así horas y horas y elucubración tras elucubración porque a fin de cuentas todas saldrán  gratis ya que acierten o se equivoquen dará exactamente lo mismo. Y, sin embargo, apenas se intenta comprender ni mucho menos explicar qué es lo que está pasando en esa nación, quién se está movilizando a favor de la consulta, qué repercusiones está teniendo en el resto del país, pero eso sí, hablar se habla y de qué manera. (Podría suceder que sea mi mala elección de tertulias, no negaré esa posibilidad). Hay que reconocer que otra cosa es lo que sucede con los artículos en la prensa que sí hay bastantes profundizando en el asunto aunque, claro, su repercusión es muy poca en un país tan poco propenso a esas lecturas.
Y no pongo el ejemplo de Podemos porque estoy agotado de la cantidad de veces que he escuchado los mismos calificativos sin que nunca los expliquen o aclaren.
Pero ha pasado lo mismo con la crisis y las horas dedicadas a la prima de riesgo; no digamos con la corrupción que un día sí y otro también nos ofrece tan buenas noticias de gente que vive bien convirtiéndose en un ejemplo para el resto y ahora, para terminarlo de arreglar, llega el ébola a Europa vía España como buen inmigrante subsahariano aunque eso sí en avión y con protección policial.
Imagino que quien esté leyendo estas líneas habrá tenido experiencias parecidas si ha escuchado, o al menos oído, algunas de las muchas tertulias que se producen a diario en la radio o la televisión.
Y mientras tanto, ¿qué pasa con el país?
Es cierto que se ha modernizado, que hacer gestiones es ahora mucho más rápido, que no hay que emplear tanto tiempo y esfuerzo, que hay miles de kilómetros de AVE y que incluso tenemos aeropuertos tan de sobra que ni se utilizan, pero también lo es que se ha convertido en un país incómodo desde otros puntos de vista. La gente va, vamos, más tensa; nos hemos hecho hipercríticos, con razón, pero al mismo tiempo seguimos siendo pasivos e individualistas, no logra aumentar el asociacionismo en la sociedad civil; tenemos cada día una razonable  peor visión de los políticos (chorizos, ladrones, sinvergüenzas, vagos,…) y al mismo tiempo votamos a alcaldes que sabemos que se lo han llevado crudo; nos suben los impuestos y nos congelan los sueldos y no pasa nada. En fin, para qué seguir exponiendo hechos, hay tantos y tan variados que se pueden llenar páginas y páginas.
Pero es que además de los hechos están los personajes. Desde hace tiempo me da miedo ver los sentimientos que me producen gentes como, y no seré muy exhaustivo: Díaz Ferrán, Blesa, Mato, Inda, Rodríguez (tanto MAR como Javier),…
Pero es que además y también, la deuda no se puede ni siquiera auditar porque entonces los mercados, bla, bla,bla (como cualquier gurú de la economía predice); los impuestos no se pueden subir a las grandes empresas ni a los “ricos” porque se llevarían las inversiones a otro país (como cualquier gurú de la economía predice); hay que apretarse el cinturón porque hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades (como cualquier….afirma); hay que tener cuidado en cómo te manifiestas y haces huelgas porque te pueden pedir cuatro años y medio de cárcel; y, de nuevo, para qué seguir.
Y ante este panorama, ¿Qué alternativas existen? Está el “nuevo” PSOE del mediático Sánchez o la IU de siempre del cariacontecido Lara o la incógnita de Podemos. (Bueno también están la UPyD de Díez o los Ciudadanos de Rivera, pero eso es otro cantar porque yo soy más o menos de izquierdas).
Como ya he dejado escrito en este blog, en este momento estoy con Podemos. Tengo mis recelos por cómo se están desarrollando los últimos acontecimientos y planteando la forma de organización, pero con todos los defectos, que los tiene, creo que son la única esperanza por ahora.
Bueno, claro, también hay otras realidades menos insatisfactorias (sin considerar las puramente afectivas); están Rafael Chirbes y Javier Marías, David Trueba y Alberto Rodríguez, por citar solo a los  conciudadanos  porque si no la lista sería inmensa; y también, Bill Evans y Miles Davis, Schubert y Mendelsohn y…
Pero incluso en muchos momentos, leyendo un buen libro o escuchando una buena música, la cabeza se me va, me descentro y pienso en cosas de las que acabo de escribir y me agobio, me deprimo y pienso en qué país estamos construyendo para nuestros hijos.
 
 
 
Cine y televisión
 
 
Después de lo leído no vendrán mal algunas buenas noticias de entretenimiento.
Happy Valley. Bueno, he dicho de entretenimiento y se trata de una espléndida pero al mismo tiempo dura miniserie británica. Parece policiaca pero se convierte en mucho más. Una interpretación magistral de la protagonista y un guion muy bueno.
The Drop (La entrega). La última película en la que participó Gandolfini en un papel de gánster venido  a menos. Bastante interesante y una atmosfera muy conseguida.
La isla mínima. Un thriller español de un director que ya nos dejó un buen trabajo con Grupo 7. Si alguien ha visto la serie True detective encontrará algunas similitudes en el tratamiento del espacio y de algún personaje. Una buena película.
Un asunto real. Película danesa sobre la época del despotismo ilustrado. Estupenda ambientación y muy interesante todo el complejo proceso histórico que retrata.
10.000 kilómetros. Tiene un inicio muy original en el que hay un plano-secuencia de veinte minutos, pero luego se va diluyendo poco a poco y se va convirtiendo en demasiado previsible.

Sobre la crisis política española



 
El colectivo Politikon está formado por seis licenciados en diversas especialidades: derecho, economía, sociología, historia y hasta ingeniería informática, y tienen como objetivo “el promover análisis, debates y políticas basados en el conocimiento de las ciencias sociales”, según se afirma en la pestaña del libro.
En este caso se han dedicado a analizar la situación del sistema político español y plantear algunas posibles soluciones. En la primera parte del libro describen y analizan los principales problemas que existen: la mediocridad de los políticos, el sistema electoral, la corrupción, el control sobre los políticos y los efectos de la burbuja sobre lo anterior. En la segunda, plantean sobre cada uno de los temas algunas posibles soluciones o, para ser más exactos, valoran y estudian los efectos tanto positivos como negativos que tendrían algunas de las soluciones que se están proponiendo. Así, las primarias como método de selección interna en los partidos, el sistema proporcional con listas abiertas o el mayoritario, la transparencia como método de control de la corrupción, el asociacionismo en la sociedad civil, la necesidad de establecer métodos científicos para evaluar las políticas públicas y, finalmente, democracia directa o tecnocracia.
Como se ve, temas todos ellos de importancia capital para el momento actual en el que se está planteando la necesidad de proceder a una reforma en profundidad del sistema político.
Obviamente, en un temario tan amplio hay de todo. Yo diría que el interés del libro reside en la segunda parte porque la mayor parte de lo que se cuenta en la primera es bastante conocido y lo único interesante es tenerlo todo así reunido en un solo volumen. Sin embargo, la discusión que se hace sobre las diferentes soluciones en esa segunda parte sí que tiene verdadero interés y despeja algunas dudas aunque también es cierto que crea otras (por ejemplo, sobre las listas abiertas o sobre el uso de las primarias como método de selección),
Un libro interesante con el que se puede estar de acuerdo en unas cosas y en desacuerdo en otras pero que, por lo general, están razonadas y expuestas con bastante claridad. Un texto para debatir y rebatir.
 
 
Politikon, La urna rota. La crisis política e institucional del modelo español

miércoles, 15 de octubre de 2014

Lo tenía abandonado, ¡qué error!




 
Hacía mucho tiempo que no leía una novela de Marías al que sin embargo sigo semanalmente como articulista. No me había animado a leer ni la trilogía Tu rostro mañana ni Los enamoramientos. Creo que tendré que corregir ese error sin tardar mucho.
No entiendo muy bien por qué había abandonado la lectura de un escritor que siempre me había gustado, pero debe de ser por tratarse de un autor español y entrarme la manía, sí, manía al fin y al cabo de no leer autores de esta nacionalidad al igual que me pasó con los anglosajones. En fin, en ambos casos me arrepiento y estoy, poco a poco, corrigiendo ese error.
La novela que hoy me ocupa es realmente fantástica, tiene todas las características típicas de las obras de Marías y te atrapa y te va encelando en su lectura sin que te des cuenta a pesar de que, sobre todo en la primera parte, hay numerosas digresiones, tan queridas por el autor, y una  cierta frialdad en la presentación y el tratamiento de la historia; eso sí, en la parte final se muestra como un consumado narrador, inicia cada parte con las digresiones y luego se centra en la historia y te mete en ella hasta el tuétano.
No contaré  nada de la historia para lo que remito al espléndido comentario crítico de Jordi Gracia en Babelia que firmo en su totalidad y que me ahorra entrar en algunos temas de la novela por lo bien que los refleja. Por mi parte solo un par de breves apuntes. Me ha gustado mucho la forma de enfocar la posguerra y la Transición con pocas palabras pero muy bien elegidas. También me encanta la forma en que el autor empieza en algunos momentos y en medio de un diálogo a establecer diferentes posibilidades y suposiciones que, aunque parece que alejan de lo que se está diciendo, sin embargo terminan resultando incluso aclaratorias.
Todo el libro es el Marías que yo recordaba, y del que tanto he oído hablar, en estado puro. Si acabo de recobrar a Rafael Chirbes, quizá sea el momento para hacerlo con Javier Marías. Dos voces muy diferentes, pero absolutamente reconocibles cuando se leen un par de páginas de sus libros y eso es algo que se puede decir de pocos escritores.
Muy recomendable porque a lo largo de sus 534 páginas hay mucho donde escoger y muy buena literatura.
Una curiosidad intrascendente. Aparece  la calle Almagro en la que nací y viví 25 años. Como he dicho en alguna entrada del blog, fui casi vecino de Marías aunque, evidentemente no influye en mi opinión.
Otra recomendación. El comentario de Jordi Gracia mejor leerlo después del libro y no antes.
 
Javier Marías, Así empieza lo malo

domingo, 12 de octubre de 2014

Artículos interesantes

Interesante lo que plantea Soledad Gallego siguiendo a Zizek aunque lo utiliza para ir en contra de Podemos y no creo que sean incompatibles ambas posturas.
 
Muy bien Ramoneda sobre Rajoy y Javier Rodríguez.
 
Ángel Luis Parras arremete en rebelión.org, con razón, contra las burocracias sindicales.
 
Jesús Maraña describe en infolibre la historia política de Ana Mato. Sin comentarios.

sábado, 11 de octubre de 2014

Citas últimas lecturas


 

Civilización

 

Y nuestra llamada “civilización” no es otra cosa que el aislamiento de lo natural, puesto que todo aquello que denominamos “nuestra civilización” es mera consecuencia del hecho de que ciertos cuadrúpedos, de una manera totalmente antinatural, ¡se hayan erguido sobre sus patas traseras! Y solo es antinatural porque es el único caso conocido hasta ahora en la naturaleza, pero en ningún caso se trata de algo sobrenatural. Yo al menos no veo en ello ningún elemento que no sea físico.
Miroslav Krleza, El retorno de Filip Latinovitz

 

 

Globalización

 

(…) la economía se ha estancado en unos países pero ha crecido en otros. En los emergentes y frontera.
Es la misma reacción la que está detrás de los lamentos sobre el aumento de la desigualdad y la desaparición de las clases medias, que se justifican a corto plazo en los países desarrollados paro que no se tienen tampoco en pie: primero, porque extrapolan hacia el futuro lejano las consecuencias manifiestas de una crisis que algún día (20128) se terminará. Y segundo, porque no tienen en cuenta el enorme impulso que ha tendí la igualdad en los últimos veinte años. Claro que a nivel global. Ni la enorme masa de clase media que se ha formado en los países emergentes en esos veinte años. Es el fruto de que, mientras que en 1980 solo producía para la economía global 500 millones de trabajadores, en la actualidad lo hacen 2.000millones. En fin que mirar las cosas localmente sólo sirve para hacer afirmaciones que tienen validez (cuando la tienen) localmente.
Juan Ignacio Crespo, Cómo acabar de una vez por todas con los mercados

 

 

 
Revolución

 

Todas las revoluciones acaban en un fracaso, pero hay que hacerlas de todas formas.
Rachid Boudjedra, Los campos de chumberas

 

 

 Guerra

 

Teníamos miedo. Miedo a todo. Al despiadado adversario: A nuestros no menos despiadados jefes. A los elementos naturales, hostiles y mortíferos. A la nieve y al frío. A las ladillas y a los piojos. A toda esta guerra hecha de operaciones relámpago, de encerronas y emboscadas, de lágrimas y de todo tipo de excreciones. Ya fueran camaradas nuestros o soldados franceses con las tripas esparcidas alrededor de sus cuerpos enclenques y azulados por las moscas. Entrañas vomitadas por la boca. Casquería que desbordaba sus contornos corporales ilustrando los límites de quienes aún no estábamos muertos. Esperando la muerte.
Rachid Boudjedra, Los campos de chumberas

 

 

 Libros

 

He aprendido mucho de los libros, ciertamente, pero, no los estimo por lo que he aprendido, que es muchísimo, sino por encima de todo por cómo me han acompañado a lo largo de los años, configurándome y, quisiera pensar, que afinándome.

 

Estoy convencido de que un libro es capaz de modificar a su lector por el simple hecho de haberlo leído; que puede cambiar, en el lector, algo importante, de manera que se podría decir que no es la misma persona antes que después de haberlo leído.
Jaume Vallcorba, conferencia en la Universidad Pompeu Fabra, Babelia, 29.8.2014

 

 

 Hijos

 

Ahora todavía te quedan esperanzas, pero algún día las dejarás atrás. Por eso se tienen hijos, para tener a alguien en el que poner tus esperanzas. Yo no tengo hijos, por eso te tengo tanto afecto.
Edward Bunker, No hay bestia tan feroz