A pesar de llevar
trabajando en la zona muchos años y ser uno de los pocos periodistas españoles
con presencia constante en ella, de hecho vive con su familia en Jerusalén, no
conocía a Ayestarán más allá de haber visto su nombre en la portada de este
libro varias veces en las librerías. Como últimamente he comprado y leído algunos
libros sobre la zona y sus conflictos -la aparición del Estado islámico ha
disparado las publicaciones-, este no me había interesado hasta que vi el
programa de Jordi Évole dedicado al conflicto en Siria. En él Ayestarán tiene
una presencia clave para entender muchas cosas.
En este libro el
autor, a lo largo de los catorce capítulos en que lo divide, nos cuenta su
presencia en la zona desde 2004 hasta la actualidad. Así, le vemos trabajando
desde Irán a Afganistán pasando por Libia y Pakistán para terminar, en la parte
más extensa del libro, con la actualidad en Siria.
Todo está contado
en presente y en primera persona lo que hace que lo narrado impacte más y mejor
en el lector. Prácticamente en todos los casos si acude a ese lugar es porque
están pasando cosas relevantes, desde un terremoto, -en Irán-, a un
enfrentamiento con Rusia, -en Georgia-, pasando por varias “primaveras” árabes,
-en Túnez, Egipto o Yemen-, o a la presencia del Estado islámico en Siria e
Irak.
Como el buen
periodista que es, Ayestaran combina muy bien las historias de personas reales
de la zona con apuntes históricos o del momento en el que lo cuenta, con lo
que hace más comprensibles algunos de los conflictos.
A mí,
particularmente, me han llamado mucho la atención temas como: el ataque de
Israel a Hizbulá en 2006, la reproducción del diálogo de Sadam en la horca con
sus verdugos, el papel de Médicos sin Fronteras en Afganistán, todo lo referido
al Estado islámico y, en otro orden de cosas, el hecho de que el propio autor
se llevara álbumes con fotos de Gadafi de uno de sus palacios.
También resultan muy interesantes informaciones como la que reproduzco que dan una idea clara de la precariedad
con las que se desarrollan algunos de los conflictos, en este caso la formación
de las milicias contra Gadafi en Libia:
“La mayoría eran
jóvenes voluntarios sin armas, sin comida, sin dinero, sin teléfono…., que se
habían conformado con tomar parte en los cursos de preparación organizados por
las fuerzas armadas leales a la revuelta, cursos que en muchos casos duraban
una hora y tras los que los muchachos partían a la primera línea de combate
haciendo autostop.” (p. 210)
En fin, un libro
muy interesante. Escrito con la agilidad
característica del buen periodismo y con la suficiente profundidad para ayudar
a una mejor comprensión de lo que sucede en la zona del mundo más complicada
hoy en día.
Antes de leer este
libro, leí otro de sus conversaciones con un grande del periodismo como Ramón
Lobo (ya comentado en el blog) que me animó también a leer este.
Mikel Ayestaran, Oriente Medio, Oriente roto.