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domingo, 29 de mayo de 2022

La presencia del mal


Este gran reportero, una vez jubilado por la televisión pública, está dedicando una parte de su tiempo a transmitirnos sus experiencias pasadas, ahora como lectores. Si en la magnífica Habitaciones de soledad y miedo hacía un repaso a los diferentes conflictos a los que había asistido, o en Tierra de zombis relataba sus curiosas experiencias con el vudú en Haití, en este que ahora comento se ha centrado en sus experiencias de contacto con el mal.

El libro lo ha dividido en dos partes. En la primera, se centra en el Chile bajo la dictadura de Pinochet; la actuación estadounidense en la guerra del Vietnam; la revolución sandinista en Nicaragua; la Camboya de los jemers rojos y, finalmente, el terrorismo de Estado contra el terrorismo islamista. La segunda parte, que ocupa la mitad del libro,  está dedicada íntegramente a un país con el sugerente título de: Argentina, paradigma histórico de la represión. Como se ve, aunque no están todos los casos de presencia del mal a partir de la represión, los malos tratos, la tortura, los asesinatos, la utilización de agentes químicos para destruir, etc. sí son todos los que están.

Para la escritura del libro, Romero recupera multitud de entrevistas que realizó a diferentes personajes, la inmensa mayoría represores, para sus programas de televisión o para diferentes medios escritos, fundamentalmente el diario Pueblo en el que se inició en la profesión periodística. También utiliza materiales de dos películas documentales que rodó junto al juez Baltasar Garzón para RTVE: El poder de las tinieblas y El alma de los verdugos (por cierto que ahora es inimaginable que se pudieran hacer), muy recomendables hoy pues a pesar del tiempo transcurrido siguen teniendo un enorme interés y, desgraciadamente, conservan bastante actualidad.

En el libro se relatan los suficientes horrores como para tener que leerlo poco a poco y cerrarlo en algunos momentos para tomar aire. La capacidad del ser humano para hacer sufrir a sus semejantes es infinita, como lo son los métodos que se han ido inventando a lo largo del tiempo para lograrlo. Hay muchos ejemplos en el libro. También hay muchos ejemplos de torturadores que no se han arrepentido nunca de lo que hicieron y que así se lo manifiestan con total naturalidad al autor. En este sentido destacan los casos de militares chilenos y argentinos que justifican sus actos porque en una guerra vale todo para derrotar al enemigo y ellos estaban en guerra contra los “terroristas”.

De la primera parte hay algunas cosas que me han llamado particularmente la atención como, por ejemplo: la impactante imagen de la gente rezando para que no muriera el represor chileno Contreras y así pudiera cumplir su condena; el curioso caso del también chileno Osvaldo Romo que de militante del MIR pasó a delator de sus compañeros para terminar denunciando a la DINA (la policía política de la dictadura); la inexplicable postura de Noam Chomsky sobre la “revolución” en Kampuchea; las cárceles secretas del ejército de Estados Unidos que son denunciadas incluso por la general Karpinsky que fue jefa de esas cárceles en Iraq; la terrible descripción de lo sucedido en My Lai que no por conocido resulta menos brutal y uno de los momentos en los que he tenido que cerrar el libro.

De la segunda parte tengo menos que decir. Desde el año 1986 hasta el 2004 he hecho ocho viajes a Argentina y he tenido ocasión de conocer bastante bien lo que sucedió en ese país durante la dictadura tanto por conversaciones con mucha gente como por haber visto multitud de programas de televisión y documentales. Asimismo he leído los principales libros que se han publicado sobre el tema, desde Miguel Bonasso a HoracioVerbinsky. Por eso me sorprende menos lo leído aunque me parece que Romero ha dejado constancia de su capacidad de aguante en unas entrevistas realmente magníficas con personajes que merecen el mayor de los rechazos. En eso demuestra su talla de gran periodista.

En fin, otro interesantísimo libro de Romero cuya lectura recomiendo encarecidamente a quienes por su edad no hayan vivido esas épocas y también a quienes sí las hayan vivido porque está muy bien reflejado todo y, sobre todo, porque hay entrevistas con los personajes más representativos de toda un época.

Hay una interesante entrevista de Rubén Arranz con el autor en vozpopuli.com.

 

Vicente Romero, Cafés con el diablo. El descenso a los abismos del mal.

 

 

 

miércoles, 4 de febrero de 2015

Más sobre el genocidio camboyano



Son bastante escasas las traducciones de libros sobre la represión de la época de Pol Pot y los jemeres rojos en Camboya escritos por quienes la padecieron directamente. De hecho este es el tercero que conozco tras los de Rithy Panh y Denise Affonço ya comentados en el blog.
De esta escasez deriva el relatico interés que pueda tener este libro. Su protagonista tuvo que abandonar su casa junto con su mujer y trabajar en el campo de diferentes aldeas. Esta experiencia es la que relata en el libro con una escritura extraordinariamente sencilla seguramente debido a que lo escribió en inglés que no es su lengua materna.
Hay algunas informaciones interesantes sobre la vida cotidiana bajo el nuevo régimen, una reconstrucción de un mitin que les dio un alto representante del régimen y también un buen relato sobre los momentos finales con la presencia de las tropas vietnamitas.
En todo caso, es un texto muy alejado de los otros dos que ha leído tanto en informaciones como, sobre todo, en intensidad emotiva. Sotha tiene una forma de narrar un tanto impersonal y solo en algunos momentos deja aparecer su rabia y su padecer.
Sobre este tema por el momento son muy superiores los documentales que se han hecho a los testimonios escritos (bueno, claro, los traducidos). Para mí, el documental S-21 de Rithy Panh es de lo más impactante que he visto nunca.
De todas formas, es un libro bastante útil para quien quiera acercarse a esa realidad y luego se pude completar con los otros citados.
 
Sam Sotha, A la sombra de un silencioso lugar de exterminio

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Una historia emotiva y triste




Tras volver a ver los documentales sobre Pol Pot que comenté hace unos días en el blog, me puse a buscar libros que tuvieran relación con esa época de Camboya. Así encontré esta pequeña joya que, a pesar de ser de una editorial que siempre he tenido en cuenta, me pasó desapercibida en su día.
Es una novela que me ha emocionado en muchos momentos. La primera parte es una hermosa historia de amor; la segunda, en la que rompe un poco con la narración, se centra en el horror que supuso esa época; y en la tercera, todo se inunda de tristeza.
Dicho así ya puede resultar llamativa, pero lo mejor está en cómo lo cuenta esta desconocida hasta ahora escritora canadiense. Como se dice en la contraportada: virtuosismo técnico y estilístico, escritura sobria, prosa cincelada con precisión,…y para qué seguir.
Otra demostración de todo lo que se puede contar y expresar en apenas 250`páginas. (Es para mí la longitud ideal de una novela.)
Es una pena que las otras dos novelas que ha publicado la autora no se hayan traducido porque a poco que se parezcan a ésta ya merecerán la pena.
Muy recomendable.
 
Kim Echlin, La huella de tu ausencia

viernes, 1 de noviembre de 2013

Gran serie documental sobre Pol Pot

Una buenísima serie documental francesa que en tres capítulos explica muy bien el drama camboyano de la época de Pol Pot y los jemeres rojos. Hay entrevistas muy interesantes incluso con el mismo Pol Pot. Junto con S-21, la máquina roja de matar, forman un cuadro perfecto para entender lo que pasó.
He terminado de verla por segunda vez y me ha parecido aún mejor que cuando la vi hace unos años.
 
 
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domingo, 25 de marzo de 2012

Interesantes artículos sobre la historia.

Artículo de Todorov sobre la Camboya de Pol Pot que supone un buen recordatorio. También Julián Casanova escribe sobre historia, en este caso sobre su uso o, mejor, sobre su mal uso.

martes, 19 de octubre de 2010

El primer libro que conozco sobre los campos de concentración de los jemeres rojos


Impresionante testimonio el de esta mujer que perdió a su marido y a su hija de siete años en los campos de la muerte. Primer libro de estas características que conozco sobre el régimen de Pol Pot. Con otro planteamiento, más teórico y descriptivo, he leído: Camboya. El legado de los jemeres rojos del periodista aragonés Mark Aguirre publicado el año pasado por El Viejo Topo.
El testimonio de El infierno de los jemeres rojos tiene como característica esencial el ser muy descriptivo de la vida cotidiana de aquellos que fueron enviados al campo para convertirlos en el ideal del nuevo régimen: campesinos. No habla de torturas físicas, ni de asesinatos, que se producían en los campos de reeducación que es de los que más se ha escrito. La ausencia de este tipo de violencia física no elimina nada del horror de lo que se nos está relatando y, sobre todo, nos puede llevar a hacernos una mínima idea de lo que debía de ser la vida en los otros campos.
Sobre este tema existen tres documentales fundamentales de la serie Corría el año, Pol Pot y los jemeres rojos , y otro también muy interesante de Canal de Historia, Viaje a los campos de la muerte. Además, lógicamente, de la conocida película Los gritos del silencio.Tanto el libro como los documentales y la película son absolutamente recomendables.
Es una pena lo poco que se publica en España sobre lo que ha sucedido en Asia y en África.
Hoy, 30 de octubre se publica el artículo de Antonio Muñoz Molina sobre el libro.
En Babelia (El País, 13/11) entrevista con la autora y crítica del libro.
Acabo de ver el documental: ">S21.La máquina roja de matar que cita Denise en la entrevista. Realmente impresionante en la línea de Shoah de Claude Lanzman.