Hace ya siete años que autoedité Gracias a todos en el que recogía la
mayoría de las citas que había ido recopilando hasta entonces. En este tiempo
he seguido con mi vieja costumbre y he pensado que sería una buena idea
publicarlas en el blog organizadas por temas, con algún comentario si se
tercia, tal y como hice en el libro.
Vejez
Vivir más
para sufrir más. Nadie encuentra alivio en los últimos años de la vida, que son
siempre amargos, o, en el mejor de los casos, inanes: amargura que se añade a
la amargura, o inanidad, demencia, que, al fin y al cabo, quizás sea lo mejor .
Rafael Chirbes, Crematorio
“… a
cierta edad esperar cuesta gran trabajo…”
Dino
Buzzati citado en
Lucien
Jerphagnon, Elogio del pesimismo.
Cualquier tiempo pasado fue mejor
“Muchos
son los inconvenientes que acosan al (que es) viejo…; intratable y gruñón, es dado
a alabar el tiempo pasado, cuando él era niño, y a corregir y censurar a los
jóvenes.”
Horacio
citado en
Lucien
Jerphagnon, Elogio del pesimismo.
Cualquier tiempo pasado fue mejor
“Soy
demasiado mayor como para no haber aprendido a dudar.”
Talleyrand
citado en
Lucien
Jerphagnon, Elogio del pesimismo.
Cualquier tiempo pasado fue mejor
““¡Prolóngame
la vida, Júpiter, concédeme muchos años!”. Esto es lo único que imploras… ¡Pero
qué males terribles e incesantes padece una vejez dilatada!...Uno anda mal del
hombro, otro de los riñones, y un tercero, del muslo. Aquél perdió los dos ojos
y siente envidia de los bizcos…”
Juvenal
citado en
Lucien
Jerphagnon, Elogio del pesimismo.
Cualquier tiempo pasado fue mejor, (p.84)
Si
hubiera sabido que iba a vivir tanto tiempo, me habría cuidado más.
Eubie
Blake a los 92 años en
F.Bianchi
y P.Pitacco, 101 microlecciones de jazz
-A lo
mejor vives cien años.
-Espero
que no, la verdad –replicó asustada-, me gustaría morirme en un estado más o
menos presentable.
Kirsten
Thorup, La pequeña Jonna
Antes, la ancianidad se valoraba, incluso se
reverenciaba y se le atribuía sabiduría, mientras que ahora impera el miedo
ante el descubrimiento que hiciera el doctor Alois Alzheimer en 1901. Por ello,
responder a la simple pregunta “¿cómo le va?” resulta cada vez más complicado.
H.M. Enzensberger,
Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes
Antonio había elaborado una teoría que establecía
que, a partir de los sesenta y cinco años, aproximadamente, con algunas
variaciones según los casos, los hombres sufrían un cambio drástico e
irremediable: dejaban de ser un peligro para las mujeres.
(…)
_¡Y entonces comienzan a mirarte como a un tipo
inofensivo!¡Como a alguien que ya no puede hacerles nada! –Antonio alzaba la
voz, exasperado-. ¡Dejas de ser un tigre y pasas a ser un conejito, coño!
¿Entiendes eso? ¡Es la vejez! ¡Es lo peor de la vejez!
Alberto Barrera Tyszka, Patria o muerte
En general, cabe afirmar que cuando uno se hace
viejo adquiere una relación más complicada con la realidad cotidiana, lo que
parece en desacuerdo con lo que debería ser.
Richard Ford, Francamente,
Frank
Ya casi a los setenta, pensó, un mal presagio es
como un disparo. A esa edad, ya no hay plazos. Ya todo será siempre presente.
Alberto Barrera Tyszka, La enfermedad
Envejecer calma a todo el mundo, sobre todo a los
pretenciosos, pues la proximidad de la muerte los vuelve modestos: han
encontrado algo más fuerte que ellos.
Frédéric Beigbeder, Oona y Salinger
En un mundo ideal un joven no debería ser irónico. A
esa edad, la ironía impide el crecimiento, atrofia la imaginación. Lo mejor es
empezar la vida con un estado mental alegre y abierto, creyendo en los demás,
siendo optimista, franco con todo el mundo en todo. Y después, cuando llegas a
entender mejor las cosas y a las personas, desarrollar un sentido de la ironía.
La progresión natural de la vida humana va del optimismo al pesimismo, y un
sentido de la ironía ayuda a atenuar el pesimismo, ayuda a producir equilibrio,
armonía.
Julian Barnes, El
ruido del tiempo
¿Virgen santa!¡Apenas le quedaban dos años para ser
un sesentón!
A partir de aquel momento, no subiría en ningún tipo
de transporte público, por miedo a que algún crío, al verlo, se levantara y le
cediera el asiento. Luego recapacitó: podía seguir yendo en transporte público
tranquilamente, porque lo de ceder el asiento a los ancianos era una costumbre
que ya no se estilaba.
Andrea Camilleri, Una voz en la noche
A veces me veo el cuerpo desnudo en el espejo y
siento compasión por él. ¡Hay que ver todo lo que ha vivido, lo que se ha
esforzado y ha bregado! No siento autocompasión; eso sería despreciable. No es
compasión por mí, sino por mi cuerpo. O por la decadencia en general.
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera
Hacerse viejo para, por fin, ver el mundo es una
tremenda tontería. También es una tontería hacerse viejo para participar en la
historia del mundo o para ver crecer a los nietos. ¿Y para qué ponerse a leer
un libro cuando se sabe que no se podrá
leer hasta el final, sino que a la mitad habrá que cerrarlo y ponerlo a un
lado?
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera
Le ocurre a menudo, pero en su propio despecho:
relee algo que escribió meses atrás, y cada palabra vuelve a ser nueva. Peor
aún: ni siquiera recuerda haber escrito ese texto. Es una de las ventajas de la
edad. Olvidar. Una cosa vieja puede parecer nueva incluso al día siguiente.
Herman Koch, Estimado señor M.
La edad adulta nos resarce de los inconvenientes de
la juventud, pero de la vejez no hay salida.
Imre Kertész, La
última posada
(…) la vejez es una etapa de la vida en que las
velas del pastel de cumpleaños cuestan más que el pastel mismo y la mitad de
toda tu orina va al laboratorio.
Svetlana Aleksiévich, El fin del “Homo sovieticus
Me contó que tenía noventa y siete años. “¿Sabe,
joven? La gente me dice: ”No me gustaría vivir tanto tiempo, tener noventa y
siete años”. Pero todos cambian de opinión en cuanto cumplen noventa y seis”,
me dijo.
Benjamin Black, Las
sombras de Quirke
“Cuerpo hostil”, luego “adverso”, “sufriente·,
“enemigo” y, por último, “condenado”: las etapas se suceden inexorablemente
hasta la muerte. Dan fe de la hegemonía que el cuerpo, el cuerpo en decadencia,
ejerce sobre el espíritu. Siempre podemos tranquilizarnos, como han hecho
tantas civilizaciones, considerando al anciano como el individuo más sabio de
la sociedad, lo que no impide que su supuesta sabiduría choque contra los
límites de un cuerpo disfuncional, que le causa más penas que alegrías, más
amargura que placer. El ser humano solo es un ser en paz durante una veintena,
digamos que una treintena de años en la actualidad. Antes, y sobre todo
después, lucha.
Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya
He leído en algún sitio que los cincuenta son la
vejez de la juventud y los sesenta son la juventud de la vejez
Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya
-¿No te da asco envejecer? La idea de que la carne
se afloje, de que seremos cada vez más débiles y blandos, cada vez menos dueños
de nosotros mismos.
-Basta con aceptarlo.
-Sí, pero es horrendo. A mí me da miedo.
Giorgio Fotana, Por
ley superior
Los viejos hambrientos poseen cuerpos que ya no
funcionan, que solo gastan comida, como los coches que queman aceite; coches de
alto consumo y bajo rendimiento.
Así son los viejos, alto consumo y bajo rendimiento.
Eso es envejecer.
Manuel Vilas, Ordesa
El envejecimiento es nuestro futuro. Lo disfrazamos
con palabras como “dignidad”, “serenidad”, “honestidad”, “sabiduría”, pero
cualquier anciano renunciaría a esas palabras con tal de que le quitaras cinco
años de encima, o incluso cinco meses.
Manuel Vilas, Ordesa
La muerte que temes se llama vejez. En tu
inconsciente suena un mensaje que te aterra: “Estás acabado.” Tu vida anterior
ha terminado, entras en una fase que tarde o temprano te llevará a ser
dependiente.
Ramón Lobo, El
día que murió Kapuscinski
Nada daña más nuestra felicidad, decía, que el
recuerdo de nuestra felicidad. No estoy segura de si es verdad. ¿A qué edad lo
escribió? A veces los viejos sólo somos felices recordando. Por eso terminamos
escondiendo los peores recuerdos debajo de la alfombra. Al fin y al cabo, hay
una sola cosa segura. Que este presente, esta edad mía, es la única de mi vida
que no veré con distancia. No voy a poder acordarme de ahora.
Andrés Neuman, Fractura
“Yo, a mi edad, más que una persona soy un período
histórico.”
(Palabras de la bisabuela del autor.)
Andrés Neuman,
Una vez Argentina
La vejez se convierte en una visión progresivamente
incómoda para sus testigos, un futuro contagioso al que no conviene acercarse
demasiado.”
Andrés Neuman,
Una vez Argentina
Continúa el mismo concepto con el que acabé la
entrega anterior. Ya decía que no debe de ser casual que este tenga tantas
citas ya que empecé esta continuación del libro con 63 años y, mejor o peor
llevada, la edad marca lo suyo a estas alturas de la vida.
Demasiado dura la de Chirbes con la que, por suerte,
no me identifico.
Como dice Buzzati, a mí cada vez me cuesta más
esperar; es como si fuese con prisas a todo.
Las citas del Elogio
del pesimismo son muy adecuadas.
Cien años vivió mi madre y siempre he dicho que no
quería esa herencia, por eso me gusta la de Thorup. De todas formas, ya veremos
cuando llegue el momento, si llega.
Alzheimer, ¡qué horrible palabra! (Lo siento por el
doctor, pero creo que muchos le odiamos).
Tiene gracia el diálogo de Barrera, pero no creo que
sea lo peor de la vejez ni de lejos.
Pues yo, a pesar de lo que dice Barnes, soy bastante
irónico, pero también bastante pesimista.
Aunque, como dice Camilleri, no se estile mucho
ceder el asiento a mí, que siempre suelo ir de pide en el autobús, desde hace
un tiempo me lo han cedido varias veces y, lo reconozco, la primera vez jode un
rato.
Yo procuro no hacer lo que dice Schlink sobre el
espejo.
A lo de Black acabo de contestar más arriba.
Me encanta lo de “periodo histórico” de Neuman.
En algún momento he hecho alusión a mi pesimismo.
Ahora, al terminar de leer y comentar las citas, me doy cuenta de que la
inmensa mayoría son negativas con lo que queda demostrada esa afirmación. Sin
embargo, en lo cotidiano no lo veo todo tan negro. Seguramente se debe a estar
enamorado y tener un hijo de diez años.