jueves, 23 de diciembre de 2021

Mis libros del año

 


A lo largo del año y a medida que voy leyendo los libros al anotarlos en una ficha dejo constancia de aquellos que podrían ser los que más me han gustado ese año. Comento esto porque la selección está un tanto sesgada como ahora comentaré, pero esto se ha ido produciendo paso a paso.

Tanto entre los seis de ficción -o autoficción o literatura del yo o fact  fiction, que ya no sabe uno cómo se catalogan, como entre los que no lo son, la mitad exacta escriben en castellano pero del otro lado del Atlántico, es decir, son “ñamericanos” utilizando el neologismo que tanto me gusta inventado por Caparrós. El resto son europeos, es decir, aquí sí que de este lado del océano. ¿Casualidad? No lo creo. Hace tiempo que leo muy poco de lo que se escribe en España, sobre todo desde que desapareció Rafael Chirbes, y lo mismo me pasa con la literatura anglosajona si bien en esta ahora estoy haciendo muchas excepciones. De hecho de un autor estadounidense que he descubierto este año, Kent Haruf, he leído casi todo lo publicado.

Entre los libros de ficción quisiera destacar el de Fernanda Melchor, uno de mis grandes descubrimientos del año. De ella podrían aparecer en esta selección los tres que he leído. No podía faltar Carrère del que soy un gran seguidor porque, salvo con El reino, nunca me defrauda.

Los de no ficción están escritos mayoritariamente por periodistas (quien siga el blog ya conoce mi debilidad por ellos y su trabajo) y, claro, no podían faltar dos de mis favoritos: Caparrós y Guerriero. Junto a ellos una viajera noruega que cuenta sus viajes de maravilla, un historiador francés que ha escrito una historia muy interesante (por cierto, pronto veré la serie que han hecho sobre su investigación) y un libro muy vendido, No digas nada, con una historia apasionante. He dejado para el final otro gran descubrimiento: el del periodista salvadoreño Óscar Martínez del que ya tengo en cartera más de un libro.

Por cierto, se me escapaba comentar que casi la mitad son mujeres. No es extraño porque he leído mucha ficción escrita por ellas.

Otro buen año de lectura, de disfrutar con historias de todo tipo, de conocer realidades lejanas o de descubrir aspectos poco conocidos de otras más cercanas, de cabrearse leyendo según qué o de emocionarse hasta casi las lágrimas, de comentar los libros en el blog con la ilusión de que puedan ser útiles para alguien, aunque es cierto que por lo que veo cada vez son menos los lectores de las entradas, pero no importa porque basta con que haya alguien que lo aproveche para que dé por bien empleado el tiempo.


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