A lo largo del
año y a medida que voy leyendo los libros al anotarlos en una ficha dejo
constancia de aquellos que podrían ser los que más me han gustado ese año.
Comento esto porque la selección está un tanto sesgada como ahora comentaré,
pero esto se ha ido produciendo paso a paso.
Tanto entre los
seis de ficción -o autoficción o literatura del yo o fact fiction, que ya no sabe uno cómo se
catalogan, como entre los que no lo son, la mitad exacta escriben en castellano
pero del otro lado del Atlántico, es decir, son “ñamericanos” utilizando el
neologismo que tanto me gusta inventado por Caparrós. El resto son europeos, es
decir, aquí sí que de este lado del océano. ¿Casualidad? No lo creo. Hace
tiempo que leo muy poco de lo que se escribe en España, sobre todo desde que
desapareció Rafael Chirbes, y lo mismo me pasa con la literatura anglosajona si
bien en esta ahora estoy haciendo muchas excepciones. De hecho de un autor
estadounidense que he descubierto este año, Kent Haruf, he leído casi todo lo
publicado.
Entre los
libros de ficción quisiera destacar el de Fernanda Melchor, uno de mis grandes
descubrimientos del año. De ella podrían aparecer en esta selección los tres
que he leído. No podía faltar Carrère del que soy un gran seguidor porque,
salvo con El reino, nunca me
defrauda.
Los de no
ficción están escritos mayoritariamente por periodistas (quien siga el blog ya
conoce mi debilidad por ellos y su trabajo) y, claro, no podían faltar dos de
mis favoritos: Caparrós y Guerriero. Junto a ellos una viajera noruega que
cuenta sus viajes de maravilla, un historiador francés que ha escrito una
historia muy interesante (por cierto, pronto veré la serie que han hecho sobre
su investigación) y un libro muy vendido, No
digas nada, con una historia apasionante. He dejado para el final otro gran
descubrimiento: el del periodista salvadoreño Óscar Martínez del que ya tengo
en cartera más de un libro.
Por cierto, se
me escapaba comentar que casi la mitad son mujeres. No es extraño porque he
leído mucha ficción escrita por ellas.
Otro buen año
de lectura, de disfrutar con historias de todo tipo, de conocer realidades
lejanas o de descubrir aspectos poco conocidos de otras más cercanas, de
cabrearse leyendo según qué o de emocionarse hasta casi las lágrimas, de
comentar los libros en el blog con la ilusión de que puedan ser útiles para
alguien, aunque es cierto que por lo que veo cada vez son menos los lectores de
las entradas, pero no importa porque basta con que haya alguien que lo
aproveche para que dé por bien empleado el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario