En mi caso, decir algo nuevo sobre este autor es muy
difícil por no decir imposible. Ha aparecido tantas veces en el blog, he dicho
tantas y tan buenas cosas sobre él que no parece fácil comentar otro de sus
libros sin repetirme. Da igual porque estamos ante otro de sus magníficos
trabajos.
Esta “novela de una vida” es un texto inacabado y
publicado póstumamente en 1946, y en España en 1948 con la traducción que la
editorial Paidós ha conservado para esta edición. La preparación para esa
publicación la hizo Richardt Friedenthal que en un apéndice explica el proceso
que siguió para ella en el que incluso tuvo que completar algunos apartados
siguiendo las notas que había dejado Zweig. Este tenía previstos dos volúmenes,
uno dedicado a la vida y otro a la obra. El que se publicó está centrado casi
exclusivamente en la vida de Balzac con pequeños comentarios a alguna de sus
obras.
En la primera parte ofrece un retrato de la infancia y
juventud que resulta bastante terrible: una madre muy despegada y que apenas le
hacía caso; la dura estancia en un internado entre los 6 y los 12 años; y, aunque
era mal estudiante, sus estudios de jurisprudencia por obligación paterna que
le llevan a trabajar con un notario para luego abandonarlo y dedicarse a su
pasión: la escritura.
A partir de ahí, Zweig se centra en tres aspectos
principalmente, quizá porque son los que más le llamaron la atención de la vida
de Balzac. Por un lado, su extensa, variada y en algunos casos frustrada vida
amorosa, con el detalle de que Zweig ve más que la búsqueda del amor, la de una
posición social y, en casos como el de von Hanska, económica. Por otra parte,
la inmensa capacidad de trabajo para lo que da mucha información y pone
numerosos ejemplos que son, desde luego, realmente espectaculares. Finalmente, dedica
mucho espacio a escribir sobre su economía desde dos puntos de vista: por un
lado, su vida de lujo con compras de todo tipo de objetos y, como consecuencia,
el gasto de los anticipos y el aumento de las deudas que, como en un círculo
vicioso, le obligaban a escribir mucho y muy deprisa para cumplir con lo
comprometido; y, por otro lado, su capacidad para meterse en negocios que
siempre terminaban en la quiebra y en nuevos endeudamientos como son, por
ejemplo, sus creaciones de una editorial, una imprenta, una fundición o sus
inversiones en ferrocarriles y en bolsa. De todo salió malparado.
Una de las conclusiones que el lector puede sacar de
esa vida es cómo fue capaz de concentrarse y escribir la cantidad de páginas
que escribió con una vida tan azarosa y complicada. Quizá lo explica el hecho,
que Zweig destaca en varias ocasiones, de que tenía una disciplina de trabajo
muy estricta y que incluso cuando tuvo, como con Hanska, una relación más
fuerte y duradera, solo la veía en las horas de la tarde que no dedicaba a
escribir.
Lo que he destacado no quita para que Zweig admirase,
y mucho, al gran autor francés. Aunque se muestra crítico con varios de sus
libros, otros son para él de lo mejor que se había escrito hasta entonces, y Balzac
uno de los más grandes del siglo XIX.
En fin, de este extenso libro, 406 páginas, se pueden
decir muchas más cosas, pero creo que lo mejor que se puede decir es que,
nuevamente, es un auténtico placer leer a Zweig. Su capacidad de narrar sin
repetirse, de profundizar en la psicología de los personajes, en este caso
todos reales, de escribir de una forma clara y al mismo tiempo tremendamente
literaria (si es que se pude decir algo así), hacen de su lectura una
experiencia distinta y enriquecedora.
Tenía este libro entre los pendientes desde hace
muchos años seguramente pensando que como era un texto inacabado sería un texto
menor. Error, inmenso error porque se trata de otro de sus grandes libros.
¿Recomendable? De Zweig prácticamente todo lo es y
muchos son, además, imprescindibles.
Una acotación personal. Solo he leído un par de libros
de Balzac y hace más de cuarenta años porque fue para unos trabajos cuando
estudiaba historia. Da igual, no es necesario conocer la obra de este gran
escritor francés para disfrutar de la lectura de esta recreación de su vida.
Stefan Zweig, Balzac. La novela de una vida.
Traducción Arístides Gamboa
No hay comentarios:
Publicar un comentario