Está el que se derrumbó junto con el muro de Berlín y probablemente nunca se volverá a enderezar ni tendrá ánimo para enderezar a los demás. Sigue considerando que el mundo es injusto pero ha terminado por convencerse de que un cambio esencial es inverosímil. Basta de utopías, rezonga. Su escepticismo lo paraliza. (...) Está el que transmuta su escepticismo en resentimiento, y el resentimiento en oportunismo, y hoy se lo ve muy campante en tiendas conservadoras.
Mario Benedetti, Andamios
Comprendo que cueste rehacerse, desafiliarse de la mezquindad, forcejear con el egoísta que todos escondemos en algún recoveco de la achacosa almita. Pero claudicar no trae sosiego. Si se acabó la época de las grandes arengas, pues habrá que hacerlo boca a boca (...), dialogar, intercambiar dudas y ansiedades, desmantelar el fariseísmo.
Mario Benedetti, Andamios
—Creo que lo ideal es tener creencias y llevarlas a la práctica. No creer en nada significa estar perdido para siempre, pero creer en algo y quedarse paralizado sin hacer nada es el infierno.
Naguib Mahfouz, Miramar
— ¿ Nos hará este favor, señor Fowler?
— No sé—dije, no sé.
— Tarde o temprano —dijo Heng, y me recordó al capitán Trouin en el fumadero—, uno tiene que elegir partido, si quiere seguir siendo humano.
Graham Greene, El americano impasible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario