Tengo que reconocer que descubrí a Judt a raíz de
una entrevista en El País a causa de su enfermedad. No había oído hablar de él
ni, mucho menos, visto o leído ninguno de sus libros (bueno, la mayoría aún no
se habían publicado en España).
Después y en muy poco tiempo he leído los cinco
libros que he puesto que son todos los traducidos con excepción de uno dedicado
a los intelectuales franceses de la posguerra. Además, empecé la lectura por los
dos más cortos, Algo va mal y El refugio de la memoria; y he de decir
que el primero ha sido uno de los libros que más me han marcado en los últimos
tiempos. Me parecen unas reflexiones muy sinceras y honestas y me han hecho
cambiar de opinión en un par de temas. Hace unos días, como queda reflejado en
el blog, terminé la lectura de esa monumental en muchos sentidos, Posguerra. En medio leí los otros dos
muy diferentes por su contenido y su intención.
Así pues, en unos años he leído un montón de páginas
escritas por Judt. Deslumbrante en muchas ocasiones, preciso e interesante siempre,
claro la mayoría de las veces; no se trata tanto de un historiador como de un
intelectual y de un pensador de los mejores de los últimos años que, de no haber
desaparecido tan tempranamente, habría podido dejar aún su impronta en muchos
de los problemas actuales.
Lectura recomendable para cualquiera que esté
interesado en la marcha del mundo e ineludible para los que sigan la historia
contemporánea.
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