Ignacio Vidal-Folch pone para empezar unos ejemplos que, además de coincidir en gran medida con mis gustos literarios, me parecen espléndidos. El resto es también una buena reflexión.
Elvira Lindo arremete con mucha razón contra muchos de nuestros políticos sin por ello denostar la democracia.
Desde otra perspectiva, Soledad Gallego carga también contra nuestra clase política.
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