Para terminar este serial nada mejor que acudir a dos de sus más eximios y prolíficos representantes: don Federico y don César. Ambos tienen miles de páginas y de horas de charla en la radio y la televisión sobre todo lo divino y lo humano, así que lo que aquí aparece no es sino un infinitesimal parte de su pensamiento, pero no es una mala muestra.
Faltan en la serie gentes como Pío Moa (el gran historiador actual) o el grupo GEES que tan buenos análisis estratégicos realiza, pero hay que seleccionar.
Agradezco a José María Izquierdo la ingente y dura tarea que hace cada día leyendo los medios en los que se publican este tipo de artículos. Hay que tener en cuenta que he elegido aquellos que tenían relevancia para entender esa ideología. Hay muchos que tienen también gran interés para ampliar nuestro nivel de insultos y descalificaciones en lo que hay verdaderos maestros, pero esa es otra tarea.
Ustedes ya saben quién es el liberal más liberal de todos los liberales. Federico Jiménez Losantos, claro. Pues fíjense cómo viene: “El PP tiene que empezar a gobernar contra esta izquierda golpista, vandálica y violenta, que va a ser la izquierda que va a tener en toda la legislatura”. Y hace sus propuestas: “Rajoy tiene que hacer una ley de huelga, tiene que hacer una ley contra el vandalismo callejero y tiene que hacer una ley contra el vandalismo estudiantil”. Y sigue el apóstol liberal: “Además, tiene que darle a la policía y a los jueces los mecanismos legales para que el otoño que viene no sea el del triunfo del delito, sino el de la policía contra el delito”. Para que nos vayamos preparando.
26 abril 2012
Pero creo que quien exige hoy pista es César Vidal. Como he hecho en alguna otra ocasión, permítanme la extensión. Espero que al final entiendan por qué tanta atención al multidoctorado: “Los inmigrantes tenían familias más numerosas que las españolas y además solían padecer un estado de salud peor. Por añadidura, eran atendidos sin cotizar y sin ser legales con el empadronamiento como único requisito. Al cabo de unos meses, millones de inmigrantes no sólo estaban disfrutando de nuestra Sanidad, sino que además avisaban a sus parientes de que podían venir a España a operarse. Los taxistas comenzaron entonces a descubrir pasmados que en el aeropuerto de Barajas los recién llegados del otro lado del Atlántico les indicaban como dirección no sólo la calle del hospital, sino hasta el número de planta. No fue sólo la Sanidad. Las ayudas de comedor y las becas comenzaron a ser copadas en las escuelas por los hijos de los inmigrantes, cuyos padres, al menos sobre el papel, siempre ganaban menos que los españoles. Por primera vez en la Historia, una nación pagaba impuestos crecientes para conseguir que se desplomara aún más su deplorable sistema educativo y además quedarse sin becas y ayudas de comedor”.
26abril 2012
Pues aún les dura la resaca de los sindicatos, que para valorarlos en tan poco hay que ver la literatura que les dedican. No está mal César Vidal en su diatriba antisindical en La Razón. Que ya es conocida, pero por refrescarles la memoria: “Estrujaron a las empresas ya en la época de la Transición obligando al cierre de millares y catapultando al paro a millones de trabajadores. Luego fueron acumulando privilegios -muchos más que los que tenían aquellos a los que, despectivamente, llamaban patronos- (…) De paso, se aferraron a una legislación surgida del socialismo de camisa azul de la Falange y que ha hecho más por destruir empleo que ninguna otra circunstancia. Nunca defendieron a los obreros. En todo caso, defendieron su supuesto derecho al resentimiento, a la opresión y a vivir de nuestros impuestos. El resultado es que ahora mismo el número de parados se acerca peligrosamente a los seis millones mientras sus liberados saben que no serán despedidos y que incluso decidirán quién va a la calle y quién conserva la nómina un día más”. Brillante, como ven.
3 de mayo 2012
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