Nací en Madrid y viví allí los primeros 35 años de mi vida. Crecí, estudié, me enamoré por primera vez, disfruté como se disfruta cuando uno es joven. Hubo alcaldes de todo tipo, desde el famoso y hoy felizmente olvidado Conde de Mayalde hasta Tierno Galván pasando por el también felizmente olvidado Carlos Arias Navarro. Vuelvo de vez en cuando y recorro casi exclusivamente el centro y mi barrio de Chamberí. Realmente da pena ver cómo están tratando a esa ciudad. Traigo esto a colación porque en El País de hoy coinciden dos grandes madrileños hablando de su ciudad.
Javier Marías que, como ya he mencionado antes en este blog, fue prácticamente vecino mío (apenas 200 metros separaban nuestros domicilios) vuelve a la carga contra la situación del centro. (Qué gran error cometió yéndose a vivir a la Plaza Mayor)
Elvira Lindo, la creadora de ese personaje tan madrileño que fue Manolito Gafotas, tiene una visión también crítica pero dejando alguna salida. (Sí, ya sé que es gaditana, pero en Madrid es madrileño quien quiere)
A mí sólo me queda añadir que, si el marido de la actual alcaldesa tuvo que salir del gobierno por la puerta de atrás y con cierta vergüenza pública, ella debería salir por la taza del váter. Por cierto, en una viñeta de Forges de esta pasada semana, se menciona la existencia de 254 asesores en el ayuntamiento de Madrid.
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