miércoles, 21 de mayo de 2014

Apasionantes Memorias



“Uno sale enriquecido de su lectura y más esperanzado de lo que tiene derecho a estar (George Steiner). “Una obra de una solidez literaria arrebatadora. Un clásico que deja huella”. (Mauricio Bach, La Vanguardia). “Una experiencia imborrable”. (Juan Bonilla, El Mundo).
De este tenor son las opiniones que la editorial ha puesto en la faja del libro. Y tienen razón. No conocía ni a la autora ni al poeta con el que se casa y del que toma el apellido, Ósip Mandesltam, de hecho apenas conocía y solo de nombre a un poeta ruso: Pushkin. Este desconocimiento hace que el libro en muchos momentos me haya superado porque dedica gran cantidad de páginas a hablar de poetas y escritores en su relación con Ósip o a explicar diferentes aspectos de la obra de este. Sin embargo, es un texto que poco a poco se va adentrando en una época, en unos lugares, y en unos personajes que te llevan a vivir una experiencia histórica apasionante. Dice Joseph Brodsky en el Prólogo: “Sus memorias son algo más que el testimonio de su época; son una visión de la historia a la luz de la conciencia y la cultura.”
No es un libro, como yo creía, sobre los campos de concentración de Stalin; sí que  lo es sobre la experiencia de vivir bajo un régimen totalitario y las diversas formas de reaccionar ante él.
Dos breves ejemplos:
 
 “No valía la pena discutir y demostrar que un poema no leído en público ni publicado equivalía a un pensamiento y que a nadie se le podía deportar por ello”. (pág. 160)
“Danos al hombre, que la acusación ya la encontraremos”. (Fúrmanov citado en pág. 495)
 
He pasado muchas horas enfrascado en la lectura de las más de seiscientas páginas que componen el libro. En algún momento me ha costado por ese desconocimiento del que hablaba antes y también me he confundido más de una vez con las fechas. Es igual, no importa, porque se trata de verdadera literatura, de una escritura que fluye, que llega al corazón y a la cabeza, que hace sentir y compartir, que, como ha dicho Steiner, enriquece aunque, al menos en mi caso, no me haya hecho salir más esperanzado sino todo lo contrario.
Una obra absolutamente recomendable.
Por cierto, hay un índice onomástico de 23 páginas en las que la mayoría son escritores.
Dejo el enlace con un espléndido y muy completo comentario sobre el libro.
 
Nadiezhda Mandelstam, Contra toda esperanza

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