Qué gusto da encontrarse con gente como el autor de
este libro; alguien que he vivido la Centroeuropa de los treinta en los
ambientes literarios y que sabe contar tan bien lo que vio y oyó o lo que otros le contaron.
Un libro de anécdotas como reza el subtítulo sí,
pero algo más, un trozo de vida de ese rincón del mundo al que tan aficionado
literario soy en unos momentos bastante delicados –ascensión y dominio del
nazismo- teniendo en cuenta que la gran mayoría de los personajes que aparecen
en el libro como protagonistas o como contadores de las anécdotas eran judíos.
Viena, Praga o Karlovy Vary en la zona o Zúrich,
París y Hollywood lugares donde se produjo la emigración; los rabinos, las
comidas, el juego, los veraneos, los periódicos, los cafés, los abogados y, por
supuesto, los escritores tanto de narrativa como de poesía o dramaturgia, todos
como protagonistas de la multitud de cosas que se cuentan en el libro.
Me he reído a carcajadas en algunos momentos y sonreído
en muchos otros, aunque sé que me he perdido matices, a pesar de la magnífica
traducción y de las notas del propio traductor, pues hay bastantes juegos de
palabras y algunos son intraducibles.
Muy recomendable para pasar un buen rato y conocer
cosas curiosas de gente de la que hemos oído hablar más de una vez. Por ejemplo,
sale en diversos momentos Franz Welfer que apareció en el blog, ¡como nuevo
descubrimiento mío!, hace unos días.
Friedrich Torberg, La tía Jolesch, o la decadencia de Occidente en anécdotas
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