Hace unos días aparecía Carrère en una nueva entrega
de la serie de mis autores favoritos. Me encanta su forma de tratar
literariamente asuntos reales tan diferentes como el de un asesino que mata a
su familia, los padecimientos del cáncer o la biografía de un personaje ruso
muy peculiar.
La editorial Anagrama ha publicado este mes dos
libros muy anteriores a los que había leído. De hecho este que comento es de
1986 cuando el autor no había cumplido los treinta años. En este caso se trata
de literatura sin relación con la realidad, si es que eso existe, pero en
cualquier caso ficción e imaginación puestas al servicio de una historia mínima
que mí me ha tenido desasosegado y nervioso durante toda la lectura.
Algunas frases de la contraportada:” He aquí una
novela en la que parece que no sucede nada…Sin embargo, un centenar de páginas
después, uno concluye su lectura con el estómago revuelto y un nudo en la
garganta, tras un viaje alucinante y terrorífico a un infierno que uno percibe
ahí, muy cerca, la alcance de la mano…”(Jean-Claude Lebrun, Révolution); o
también: “Un relato entre el absurdo y el cuento filosófico, que hace reír y al
mismo tiempo da miedo. ¡Dios, qué bueno es! (Jérôme Garcin)
Dejo el enlace del comentario hecho en el último Babelia.
Desde luego, recomiendo este libro, pero sobre todo,
una vez más, cualquiera de este grandísimo creador.
Emmanuel Carrère, El bigote
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