“Un maestro de la ambientación; casi se percibe cómo
el temor, pavor, asociado a los actos y deseos ocultos, emana de las páginas.” Library Journal
“Es sorprendente la capacidad de Black para dar vida
a sus personajes con ráfagas de una perspicacia penetrante, ya esté Quirke
tratando con su suegra o aprendiendo a conducir.” Kirkus Reviews
En estos dos
fragmentos de comentarios críticos puestos en la solapa por la editorial se
resumen muy bien las principales virtudes del libro.
Es el tercer libro que leo de la serie de novela
negra que tiene al forense Quirke como protagonista y como autor a Benjamin
Black tras el que se oculta un gran escritor irlandés, John Banville. Es el que
más me ha gustado hasta ahora y pienso seguir leyendo el resto de la serie
El gran mérito de estos libros de Black es que,
tratándose de novela negra, no importe demasiado la trama criminal sino que
sean más importantes e interesantes las distintas las relaciones y
reacciones entre los diferentes protagonistas. Estos tiene
algo en común: se trata de gentes bastante perdidas y en varios casos con traumas
que vienen de lejos. El estudio de sus
caracteres, de sus diversas actitudes, de sus pasiones o de sus vicios, se
constituye en el centro de la novela. Obviamente hay una trama criminal, pero
también aquí es más interesante la postura que ante ella van adoptando los
diferentes protagonistas.
¡Ah! Y el clima. El tiempo en el sentido más físico
del término. Ese Dublín brumoso, con niebla, lluvioso, frío, que aparece casi
en cada página y que me hace recordar tanto a Mankell quien daba también un
gran protagonismo a este aspecto. Y, por supuesto, no pueden faltar las
alusiones críticas a la religión que tanto me gustan en las novelas de la
serie.
Un libro muy recomendable no solo para aficionados
al género sino para todo aquel que guste de la buena literatura y de los buenos
personajes.
Benjamin Black, En
busca de April
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