jueves, 3 de diciembre de 2015

Venezuela durante el final de Chávez




Segunda novela que leo de Barrera. En este caso se trata de la premiada con el XI Premio Tusquets de Novela por su, en palabras del jurado, “absorbente ritmo narrativo” a la hora de reflejar “las angustias y complicaciones de unas vidas condicionadas por la histeria y las tensiones de un país pendiente de un líder carismático” (tomado de lo que pone la editorial en la solapa del libro).
Efectivamente, si algo define este libro es ese trepidante ritmo, así como el entrecruzamiento de una serie de historias que terminan confluyendo de alguna manera. Como bien dice Ricardo Baixeras  en El Periódico: “La endiablada habilidad para ensamblar historias disímiles que vienen a confluir en la apoteosis de un final brillantísimo es una muestra evidente de que Barrera conoce los entresijos de una escritura hábil e inteligente para la construcción de los diálogos y para dotar a la narración de la velocidad que precisa la historia.”
Esta se desarrolla en el periodo de la enfermedad de Hugo Chávez hasta su muerte y lo que realmente cuenta Barrera es cómo viven la situación y qué posiciones adoptan hacia el chavismo diferentes personajes: Miguel Sanabria, el principal protagonista, bastante moderado en su rechazo; su esposa Beatriz, radical opositora; su hermano Antonio, chavista convencido y cuyos debates con Miguel constituyen los momentos en los que el autor pretende mostrar, y lo consigue bastante, las claves de los enfrentamientos políticos y sociales en Venezuela.
La inseguridad, la fuerte polarización social y económica, la presencia cubana, los problemas de la vivienda o la mitificación de Chávez, son diferentes aspectos que van saliendo a lo largo de la historia que, por cierto, tiene un hilo conductor realmente flojo en su interés aunque eso no importe demasiado porque el interés del libro está en otra parte.
El autor pretende no tomar un partido claro porque a pesar de fragmentos como los dos que pongo a continuación, hay también dos momentos muy relevantes en los que personas de las clases populares muestran la realidad social que desconoce totalmente  alguno de los protagonistas.

 “Tal vez, el gran triunfo de Chávez consistía en haber consolidado su voz como fundamento del poder, como eje de la sociedad. Había creado el Estado parlante, que también era, además, un Estado eclesial. Todos repetían las palabras del mesías. Era una estructura perfecta porque era un ejercicio voluntario y jubiloso de sometimiento. No había preguntas sino entusiasmo. Mucha fe. Chávez forever.” (p.89)
“El enfermo era cada vez menos enfermo y más imagen sin cuerpo: imagen sagrada. El Chávez iracundo y grosero, autoritario y caprichoso, se desvanecía dando paso a un nuevo personaje de ficción, a un fetiche. El cáncer solo podía curarse con un sacramento: La mercadotecnia mística lanzó un nuevo producto religioso: aquí está el Cristo de los pobres.” (p195)

 Libro muy entretenido que se lee de un tirón y, al mismo tiempo, muy interesante para aquellos a los que les preocupa lo que pasa en Venezuela. Por cierto que Barrera es coautor de la primera biografía que se publicó, en 2005, de Chávez.



Alberto Barrera Tyszka, Patria o muerte

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