Es la tercera novela que leo de este buen escritor
venezolano, pero es la primera que se publicó en España al obtener el premio
Herralde de novela en 2006. Actualmente su última obra, Patria o muerte, está teniendo bastante éxito.
Las tres versan sobre temas muy diferentes como diferente es también
la forma de tratarlos. En este caso la enfermedad es la gran protagonista,
tanto la real, a partir del cáncer que tiene el padre del personaje principal
–el médico Andrés Miranda-, como la ficticia de uno de sus pacientes que,
además, termina trasladando su hipocondría a la enfermera del médico a través
de un procedimiento que es uno de los hallazgos de la novela: la
correspondencia que se establece entre ambos.
Novela muy bien escrita, como es habitual en
Barrera, y muy concentrada en los temas que quiere tratar. Con un cierto
sentido del humor y de la ternura, pero sobre todo con un par de momentos muy
emocionantes que a mí me han tenido con el corazón encogido y con un nudo en la
garganta.
Al mismo tiempo, el autor aprovecha para hablar
sobre las diferencias sociales a partir del personaje de la mujer que asiste a
su padre, de nombre Merny porque sus padres se llamaban Mercedes y Nicolás, que me parece realmente muy conseguido.
Aprovecha también Barrera para introducir algunas
interesantes citas entre otros de Joseph Roth o Chéjov y esta de Julio Ramón
Ribeyro que me gusta especialmente:
“El dolor físico es el gran regulador de nuestras
pasiones y ambiciones. Su presencia neutraliza de inmediato todo otro deseo que
no sea la desaparición del dolor. Esa
vida que recusamos porque nos parece chata, injusta, mediocre o absurda cobra
de inmediato un valor inapreciable: la aceptamos en bloque, con todos sus
defectos, con tal de que se nos dé sin su forma de vileza más baja que es el
dolor.” (p.148)
Novela corta, 168 páginas, pero intensa.
Recomendable.
Dejo el enlace a una curiosa reseña hecha en su
momento en una revista venezolana.
Alberto Barrera Tyszka, La enfermedad
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