Desconocía la existencia de este director de
cine británico que por los problemas en su país terminó rodando en Estados
Unidos, Suecia o Francia. No había oído hablar de ninguna de sus películas ni
de sus planteamientos. De hecho cuando compré este libro pensaba que era un
análisis de la crisis actual de los medios de comunicación. Estaba equivocado
al menos en parte.
El texto de Watkins es una verdadera diatriba contra
el sistema en general, y contra todo lo que se refiera a los medios de
comunicación en particular.
Watkins utiliza dos conceptos que repite
incesantemente a lo largo del libro que son: el Reloj Universal y La
Monoforma. Con ellos pretende describir cuál es la situación de todos los
medios (MMA). De manera muy sintética se podrían resumir en: la homogeneización
y uniformización que está produciendo la globalización y la existencia de una
sola forma de narrar y montar siguiendo el modelo hollywoodiense. A partir de
ahí hace una crítica demoledora de todo lo que se produce en cine y televisión
insistiendo también en otra idea muy recurrente a lo largo de todo el texto que
es la de la necesaria participación del público en el acto de la creación. Así:
“No solo es posible establecer una relación
creativa y democrática con el público,
sino que es además condición indispensable para que puedan surgir nuevas formas
y procesos cinematográficos.” (p. 127)
Además, plantea la necesidad primordial de crear
nuevas formas independientemente de los contenidos que se quieran abordar:
“Sin embargo, tal y como ya he subrayado, en muchos
sentidos la crisis de los medios nace
de esta contradicción: si no somos capaces de ir más allá del contenido para
abordar decididamente el debate sobre las formas
y los procesos jerárquicos que reproducimos, y a través de los cuales
presentamos al público las voces alternativas, ¿en qué nos distinguimos de los
MMA? (p. 138) (Subrayados en el original)
En varios momentos hace alusión a algunos elementos
de esa nueva narrativa aunque creo que lo mejor es ver alguna de sus películas
o de sus cortos para entenderlo mejor. Espero poder hacerlo próximamente.
Evidentemente, todo su mensaje tiene un marcado
contenido político aunque eso sí sin una tendencia claramente marcada (parece más bien libertario). Así, por
ejemplo:
“Si realmente estamos dispuestos a tomarnos en serio
las advertencias sobre la devastación del medio ambiente a escala planetaria,
sobre la brecha cada vez mayor que separa a ricos y pobres, sobre la nueva fase
de la carrera armamentística (con el desarrollo por parte del Pentágono de una
nueva generación de armas, que incluye gigantescos drones hipersónicos y bombas
lanzadas desde el espacio –“bombardeo cinético”-, que permitiría a Estados
Unidos aniquilar a sus enemigos a la velocidad de la luz sin salir de su
territorio)…, tenemos que volver a pensar, simultáneamente, qué uso hacemos de
los medios de masas en general y de la televisión, el cine comercial y la radio
en particular.” (.p 157-158) (Subrayado
en el original)
A mí particularmente me han resultado muy
interesantes las críticas que hace a la información en la televisión que,
además, comparto en su totalidad. El ejemplo que pone con la cobertura del 11
de septiembre está muy bien traído.
En general es un libro con buenas aportaciones para
la reflexión, pero que tiene el defecto de, por un lado, insistir demasiadas
veces en las mismas ideas machacando en exceso con los conceptos que mencionaba
antes y, por otro lado, no ofrecer
demasiados ejemplos de materiales hechos con otra forma alternativa. También
creo que exagera en algunas de las críticas porque llega a dar la impresión de
que para él la única creación válida es aquella que tenga como objetivo el
cambio social.
Se puede leer un comentario muy favorable, y con el
mismo grado de radicalidad, en cinesinautor.blogspot.com
Peter Watkins, La
crisis de los medios. Traducción Emilio Ayllón.
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