viernes, 28 de abril de 2017

Sobre el lenguaje de los políticos y más



Estamos ante un extenso libro, más de 400 páginas en formato grande, sobre el lenguaje de los políticos y también el que están adoptando los medios. En un texto tan extenso, quizá demasiado, y con un tema tan interesante, hay análisis bastante profundos, pero también a veces se cuentan cosas que no tienen tanto interés. No obstante, la mayor parte de sus doce capítulos se leen con mucha atención y hacen reflexionar y cuestionar algunas ideas preconcebidas así como también confirmar otras.
Por sus páginas aparecen los principales políticos británicos y estadounidenses de los últimos tiempos como: M.Thatcher, R.Reagan, B.Obama, T.Blair o D.Trump. También alguno de otra procedencia como es el caso de S.Berlusconi. En general, las apariciones son para criticar alguno de sus mensajes si bien unos salen mejor parados que otros.
Hay también bastantes alusiones al periodismo a lo largo del libro, desde un capítulo completo, el 5, dedicado al tema, hasta varios comentarios del autor explicando alguna de sus actuaciones tanto en la BBC como en el New York Times.
Incluso dedica  un capítulo a hablar de la retórica en el mundo griego y su evolución posterior.
Me gustaría destacar ahora un conjunto de citas que creo que resultan especialmente interesantes  y alguna incluso muy adecuada para analizar el panorama en nuestro país.
Una crítica bastante fuerte, pero también bastante acertada sobre el discurso de los políticos:

“(…) algunas de las tendencias más inquietantes del discurso político contemporáneo. Consigue su impacto rechazando toda complejidad, condicionalidad o incertidumbre. Exagera hasta el extremo para expresar su idea. Se basa en la presunción de una mala fe incorregible por parte de su blanco político. No acepta la responsabilidad de explicarle nada a nadie, y en lugar de eso trata los hechos como materia opinable. Rechaza la posibilidad siquiera de un debate racional entre las partes. Con un lenguaje así, no es de extrañar que tantos ciudadanos asqueados den la espalda a la política.” (p. 31)

Una referencia a internet y los medios digitales que cualquiera que entre en ellos puede comprobar a diario:

“(…) el lenguaje del odio desatado (y a menudo anónimo) que han permitido las plataformas digitales ha perjudicado el discurso público de otras maneras. A menudo provoca una respuesta equivalente y contraria, de manera que un debate entero degenera en vitriolo. Además, establece un nuevo y siniestro estándar para la expresión de opiniones contundentes, al que algunos políticos y comentaristas se adaptan de buena gana.” (p. 154)

Dos reflexiones que se pueden discutir y matizar, pero que plantean dos interesantes debates:

“También debemos ser cautos antes de suponer que la mejor política es aquella que tiene vocación consensual y talante dócil. A menudo, la obstinación y una sonora determinación de hacerse oír son el único modo de lograr que se acepten nuevas y valientes ideas políticas. La pasión y el debate encendido pueden ser indicadores de una democracia sana, y no solo de una enferma.” (p.25)

“Para una opinión pública enfadada, lo que resultaba atractivo no era necesariamente el radicalismo de las políticas como tal, ni siquiera su posición en el espectro de la derecha o la izquierda, sino el modo en que el radicalismo del orador indicaba una ruptura completa con el statu quo.” (p. 204)  (Lo dice tras referirse a Corbyn y Trump.)

Una idea que el año pasado estuvo cada día en los debates dentro de Podemos:

“Está claro que hay que hacer lo suficiente para mantener a los tuyos motivados y unidos, pero ellos no son tu público principal; por lo menos si lo que quieres es llegar al poder.” (p.376)

¿Autocrítica?

“La auténtica incógnita sobre buena parte del periodismo a la vieja usanza no es si puede sobrevivir como profesión, sino si merece hacerlo… y si alguien lo echaría de menos en caso de desaparecer.” (p.389)

Yo sí que lo echaría de menos.
En fin, como se puede ver hay un montón de temas interesantes a lo largo del libro y, además, están expuestos con gran agilidad y claridad. Un libro muy recomendable.
Hay una buena entrevista de Héctor G. Barnés en elconfidencial.com.


Mark Thompson, Sin palabras. ¿Qué ha pasado con el lenguaje de la política? Traducción Gabriel Dols Gallado.

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