Con esta entrega se termina la
trilogía que O’Brien dedicó a reflejar la realidad de la Irlanda de los
cincuenta y sesenta a través de la historia y las relaciones entre dos mujeres.
Seguramente estoy influido por haber
leído de forma casi simultánea la extraordinaria tetralogía de Elsa Ferrante,
pero tengo que reconocer que esta trilogía ha ido de más a menos. Si el primer
volumen, en el que se cuentan los años de formación, me pareció muy interesante, ya en el segundo
me empezaron a sobrar cosas y en este tercero me ha costado mucho entrar en
bastantes momentos.
Las dos amigas están ahora casadas y,
desde luego, no felizmente como de forma irónica reza el título. El libro se
divide en capítulos contados en tercera persona cuando hablan de una de las
amigas, Kate, y en primera cuando es la otra, Baba, la que lo cuenta. Estos son
lo mejor del libro pues tienen un gran sentido del humor y de la ironía sobre
todo en algunas escenas de sexo del capítulo 7 o en la búsqueda de médico para
abortar del capítulo 9.
En todo caso poca cosa para un libro
en el que, aunque está muy bien escrito y los personajes son muy reales y
creíbles, me ha costado mucho entrar y que he leído bastante por encima por
falta de interés en las historias.
Como decía antes, lo siento porque el
primer volumen me había parecido muy bueno e interesante y he visto que la
trilogía ha gustado bastante a mucha gente, pero en mi caso no ha sido así y
eso siempre supone una cierta frustración.
Edna O’Brien, Chicas felizmente casadas. Traducción Regina López Muñoz
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