viernes, 30 de junio de 2017

Mucho más que una biografía de Sabina




“Todo, absolutamente todo lo que a usted se le ocurra que puede haber llenado y colmado la vida de este absoluto genio trovador lo ha plasmado Valdeón en su libro.”
Estas palabras de Jesús Ruiz Mantilla en su comentario en  elpais.com, resumen en muy pocas palabras lo que es este magnífico libro.
Un libro, como dice la editorial en la contraportada, “A mitad de camino de la biografía, la crítica cultural, el periodismo literario y el ensayo”.
No soy un gran seguidor de Sabina. He ido a varios de sus conciertos, tanto en teatros como en plazas de toros, y los he disfrutado, pero no conozco varios de sus discos ni muchas de sus canciones. Tampoco soy un aficionado al rock ni al pop por lo que muchos de los nombres que salen en el libro hablando de estas músicas o no los conozco o lo hago solo de nombre. “Y, sin embargo”, he disfrutado enormemente con la lectura de este gran libro (grande no solo por sus más de 500 páginas). Además, me incita a volver a escuchar sus canciones ya conocidas y, sobre todo, a descubrir otras.
El libro hace un recorrido se puede decir que exhaustivo por la obra de Sabina y, muy de vez en cuando, aporta algunas informaciones sobre su vida privada, apenas las necesarias para situar el momento del personaje del que, por otra parte, ofrece visiones sintéticas tan interesantes como las que reproduzco a continuación:

“También inicia la construcción (en el año 1983), de forma voluntaria e inconsciente, o consciente pero involuntaria, de su personaje. Alguien con tanta verdad pegada a los huesos como intención de ser literatura. Un héroe poco heroico. Mitad calle mitad fábula. Golfo e irreverente. Locuaz. Ácido. Al igual que Almodóvar, pero sin la bata de cola ni elementos punk, Sabina aprovecha el costumbrismo y sus delirios.” (p. 81)

“Existencialismo anarquizante, poesía con chupa de cuero, insolencia, inteligencia, sensibilidad y garra, comprimidos en canciones balsámicas.” (p. 114) (Hablando del disco Juez y parte)

“Sabina tiene una especial cualidad comunicadora que acerca sus canciones al día a día de muchos prisioneros urbanos, que les hace identificarse con los personajes y las situaciones que describe con maestría. Y como el envoltorio musical  es de un material nada crispado, resulta difícil resistirse a entrar en su mundo.” (p. 176) (Jorge Flo en la crítica de El hombre del traje gris de El País).

“Con muchos, con Gabriel García Márquez, Alfredo Bryce Echenique, Ángel González, Luis García Montero y José Caballero Bonald, entre otros, la relación ha sido o es de íntima amistad. Otros, como Fidel Castro, dan testimonio del poder de seducción y el aura de un artista al que reciben jefes de Estado. Su estatus es el de los Rolling Stones. Algo más que una celebridad. Algo menos que una leyenda. Para lo primero le sobran discos espléndidos. Para lo segundo le falta morirse.” (p. 430)

No obstante, el núcleo fundamental del texto se dedica al comentario de sus discos y canciones hecho de forma muy detallada, tanto que me he perdido la esencia de muchas de las observaciones. Particularmente interesante me ha parecido el espacio que dedica al papel del productor en el producto final. Una vez más reconozco mi desconocimiento del tema.
Muy interesantes me han parecido también los comentarios de las giras y lo que cuenta sobre el origen de algunos conciertos.
Valdeón demuestra un gran conocimiento no solo de la obra de Sabina, sino de la música que se hacía y se hace en España. Además, el libro está lleno de textos extraídos de críticas hechas en distintos medios y entrevistas a músicos y productores que han tenido que ver con la obra de Sabina. Destacan de manera especial las intervenciones, extensas y sinceras,  de Pancho Varona; de hecho creo que podría haber firmado también como coautor del libro.
Valdeón escribe muy bien y en algunos momentos se nota hasta un cierto contagio “sabiniano” en su escritura. Todo colabora a hacer de la lectura de este libro un momento particularmente gratificante.
Si no puedo decir que haya descubierto a Sabina, sí que he descubierto muchas cosas de él (por ejemplo que es un gran trabajador y un hombre de elevada cultura) y, desde luego, la motivación para conocer mejor su obra.
Hay una buena reseña de la agencia EFE en eldiario.es.


Julio Valdeón, Sabina. Sol y sombra


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