Este periodista que vivió en Viena la
mayor parte de su vida fue un fustigador en su época de casi todo con su
escritura fuertemente satírica como se puede apreciar en este libro de
aforismos que comento. Dice Aretino en criticadelibros.com: “(…) aquí se critica a los periodistas, las mujeres, los
vieneses, los berlineses, los tontos, los no tan tontos, los artistas, los
pasteles… en fin, casi podemos decir que se critica todo aquello que se mueva y
no sea el autor.”
Y es que, efectivamente, Kraus no deja
títere con cabeza, eso sí con una gran predilección por los periodistas y por
las mujeres. De hecho, aunque en el Posfacio se matice, muchas expresiones
tienen la apariencia de que Kraus tenía una fuerte misoginia.
A mí me ha resultado interesante en
unas ocasiones, sorprendente en otras, complejo en muchas e indescifrable en
varias. Es cierto que el propio autor ya avisa de que:
“Para acercarse a mis trabajos hay que leerlos
dos veces. Pero tampoco me opongo a que sean tres. De hecho, prefiero que no se
lean a que sean leídos apenas una vez. No quiero hacerme responsable de las
congestiones de un estúpido que no tiene tiempo.” (p. 114)
Y también que Sigurd Paul Scheichl
amplía la idea en el Posfacio:
“El contexto de Die Fackel (y más aún de los libros) se caracteriza no solo por el
máximo cuidado de la frase y de la impresión, sino sobre todo por un lenguaje
que aprovecha a fondo las posibilidades sintácticas y semánticas para conseguir
un matiz; impide, por su complejidad y ambigüedad, toda lectura fugaz; y obliga
a leer y releer y a reflexionar sobre lo leído. Esta complejidad –más patente
en los aforismos que en cualquier otro sitio- es también producto de múltiples
correcciones y revisiones…” (p. 192)
(Dei
Fackel fue la revista de crítica cultural que creó y que, a partir de 1911,
redactó en solitario).
Realmente se trata de un personaje
singular en una época, el primer tercio del siglo XX, y un lugar, Viena, llena
de grandes creadores. En todo caso tengo que reconocer que me he sentido un
estúpido en varios momentos por no ser capaz de captar el significado de
algunos aforismos después de leerlos más de una vez.
Dejo a continuación una pequeña
muestra de lo que se puede encontrar en el libro. No es una muestra tomada al
azar, sino que es fruto de una selección de los que más me han llamado la
atención.
Mujer
La personalidad de la mujer es insustancialidad
ennoblecida por la inconsciencia. pág. 11
No existe ser más desdichado sobre la faz de la
tierra que un fetichista que anhela un zapato de mujer y se ve obligado a
quedarse con una mujer entera. pág. 26
Política
La política social es la decisión desesperada de
operar de callos a un enfermo de cáncer. pág. 69
Progreso
¿En qué consiste entonces el progreso? ¿Se han
suprimido las ganas de azotar? No, solo el látigo.
pág. 70
Prensa,
periodismo
La relación de los periódicos con la vida coincide
más o menos con la de las echadoras de
cartas con la metafísica. pág. 75
El peluquero cuenta novedades cuando ha de limitarse
a peinar. El periodista se muestra ingenioso cuando ha de limitarse a contar novedades.
Ambos son ambiciosos. pág. 75
Faltan dependientes de comercio. Todos se apuntan al
periodismo. pág. 76
Psiquiatría
El coco es un recurso pedagógico imprescindible en
la vida familiar alemana. A los adultos se los asusta amenazándolos con el
psiquiatra. pág. 81
Los psiquiatras reconocen a los locos sobre todo
porque tienen un comportamiento alterado después de ser internados. pág.
81
Educación,
enseñanza
Si al cabo de los años alguien sabe a qué drama
clásico y a qué acto corresponde una cita, la escuela habrá errado su objetivo.
Pero si intuye dónde puede encontrarla, es una persona realmente culta y la
escuela habrá cumplido plenamente su objetivo. pág. 82
Cultura
El valor de la cultura se manifiesta con claridad
cuando los cultos toman la palabra para expresarse sobre un problema situado
fuera de su ámbito cultural. pág. 84
Karl Kraus, Dichos y contradichos. Traducción Adan Kovacsics
No hay comentarios:
Publicar un comentario