viernes, 21 de febrero de 2020

Continúa en la brecha




Sigo con la lectura de otro escritor que está en la serie del blog dedicada a mis autores favoritos. He leído todos los libros que se han publicado en España desde aquellos primeros en bolsillo, con letra muy pequeña y poco espacio entre líneas, hasta que, con Planeta, se empezaron a editar en gran formato y buena tipografía. Curiosamente, los mejores que ha escrito creo que fueron aquellos primeros que hoy no sería capaz de leer por un problema meramente físico. Ahora bien, con Le Carré  pasa lo mismo que con Woody Allen: una obra suya, aunque no sea de las mejores, siempre es bastante mejor que la de la mayoría del resto de escritores del mismo  género o de directores de cine.
La que ahora comento no está desde luego entre las mejores que ha escrito. Tiene muchas de las características del autor: un buen ritmo y agilidad en la narración, buenos diálogos y una trama bien urdida. Sin embargo, le faltan cosas para ser una de las buenas. Por un lado, a la historia le falta interés y tensión y le sobran tramas secundarias que no terminan de cuajar y que quedan sin resolver y, por otro lado, a los personajes les falta entidad y fuerza.
A pesar de ello se lee con facilidad, quizá más de la habitual, y tiene el interés añadido de que toca temas y personajes de gran actualidad con los que se muestra muy crítico, así: el Brexit, Donald Trump, Vladimir Putin y los oligarcas tanto rusos como ucranianos.
Hay que agradecer a gente como el autor, lo mismo que al recientemente fallecido Andrea Camilleri, que tengan el humor de seguir escribiendo a esas edades y con la vitalidad con que lo hacen o han hecho.
Hay una buena reseña de Miguel Ángel Oeste en elcultural.com.


John le Carré, Un hombre decente. Traducción Benito Gómez Ibáñez


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